Porque
no hay nada más grande, ni que reconforte tanto que ayudar. Hay personas que ponen
su corazón en todo lo que hacen. Las delata el brillo de sus ojos, el color de
su sonrisa y la intención vestida de amor en cada uno de sus actos.
Son
esas que siempre aparecen para arroparte, cuando ni siquiera te has dado cuenta
de que temblabas de frío, las que te proponen un trueque de risas por tristezas
y las que siempre están dispuestas a ayudarte a cambiar de color los días
nublados. Las buenas personas son artífices del amor más genuino y sincero que
podamos encontrar; tesoros que apreciar y cuidar desde lo más profundo de cada
uno de nosotros. Así son las buenas personas, las delata la bondad como signo
de superioridad y la paciencia como estrategia para comprender a los demás.
La
calidad está en el corazón del hombre, nace espontáneamente y aflora como un
río, la calidad es voluntad, es trato, es un comportamiento, una actitud, una
forma de dar y darse a los demás.
La
calidad humana es una vocación que da excelencia a quienes tienen el don de
practicarla. ¡Gracias personas bonitas, gracias por hacernos uno de los mayores
regalos: su compañía! “He aprendido que la gente olvidará lo que dijiste,
también olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidará cómo la hiciste sentir”.
-Maya Angelou-. AFS
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