¿Eres de los
que cuando se despiertan por la mañana o después de trabajar en una misma
posición tuercen el cuello y la columna hasta que suenen? Si bien esto parece
inofensivo, a la larga puede causar problemas en tus articulaciones. Aquí te
explicamos qué debes saber sobre este hábito.
Las
articulaciones son las responsables de conectar los huesos entre sí, y, en
algunos casos, permitir el movimiento, actuando como una ‘bisagra’. Existen
360: 86 se encuentran en el cráneo, 76 en la columna vertebral y la pelvis, 66
en el tórax, 32 en cada extremidad superior, 31 en cada extremidad inferior y 6
en la garganta.
Existen tres
tipos de articulaciones: las fibrosas, que están conformadas principalmente por
colágeno y son inmóviles, las cartilaginosas, responsables de mantener en su
lugar a los huesos, y las sinoviales, son las que forman los hombros, codos,
rodillas, dedos de los pies, y, gracias al líquido sinovial, permiten el
movimiento.
Aunque en
algunos casos puede ser un reflejo, la mayoría de la gente truena sus
articulaciones por molestias y dolores. Se estima que 1 de cada 4
estadounidenses sufre dolor de espalda, mientras México la cifra aumenta a 8 de
cada 10. Esta molestia también constituye una de las principales causas de
discapacidad en el mundo.
¿Por qué suena la espalda?
Es normal
creer que el sonido característico que se produce cuando estiramos el cuello o
torcemos la espalda se deba al choque de los huesos entre sí o a un reacomodo
de las vértebras. Pero no es así, el responsable es el gas presente entre las
articulaciones, específicamente disuelto en el líquido sinovial, que implosiona
cuando realizamos este esfuerzo. Otro punto para tener en cuenta es que la
posibilidad de tronar una vértebra no se debe a que existe una restricción o
limitación en la misma. Por el contrario, quiere decir que esta tiene
hipermovilidad o demasiado movimiento, para compensar la hipomovilidad o poco
movimiento de otra vertebra adyacente.
Consecuencias de crujir la
espalda
Crujir la
espalda ocasionalmente no representa ningún riesgo inmediato, pero, aunque
genere una sensación de alivio, tampoco es una opción beneficiosa. Si se vuelve
costumbre puede llevar a que el cartílago se desgaste, provocando dolores y
posibles desgarros de los tendones o ligamentos.
Puede
parecer difícil, pero para evitar estos problemas la primera opción es resistir
la necesidad constante por tronar la espalda. Otra manera de enfrentar las
molestias es mediante automasajes, ejerciendo presión sobre los puntos de
dolor. Si los problemas perduran, no dudes en consultar a un kinesiólogo o
fisioterapeuta.
Otra manera
de combatir los dolores de espalda es consumiendo más vitamina D, que ayuda a
fortalecer el desarrollo óseo y articular. Aunque se puede obtener de
suplementos recetados por un profesional, lo ideal es conseguirla de lácteos,
cereales, bebidas de soja, yemas de huevo, hongos, quesos, pescados magros, y
cítricos. También mediante la exposición moderada a la luz solar.
Para aliviar
las molestias en la espalda puedes utilizar compresas frías y calientes,
controlar tu peso, descansar entre 7 y 8 horas por día o recurrir a ciertas
prácticas alternativas, como el yoga, la acupuntura o técnicas de respiración y
relajación. HD
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