El cambio
de hábitos forzado por las nuevas circunstancias de aislamiento obligatorio puede reforzar
nuestros síntomas previos de depresión.
Al temor relacionado con contraer coronavirus se le suma el de encontrarnos con
‘nosotros mismos’ sin ningún estímulo externo que nos distraiga de lo que hasta
este momento lográbamos evitar.
Así lo explica la licenciada en psicología Adriana Sznycer, y asegura que
lo habitual ante la necesidad de modificar nuestro cotidiano es reaccionar
con estados de ansiedad, tristeza, preocupación y en ciertos casos con
angustia o desesperación. Incluso podemos sentir miedo por lo que está
ocurriendo o lo desconocido por venir.
Eva Rotenberg, licenciada en psicología, miembro de la Asociación Psicoanalítica
Argentina y fundadora de la Escuela para Padres
Multifamiliar, señaló: “La situación actual nos impone un cambio de
vida, y hay quienes lo aprovechan favorablemente y otros que, sin proponérselo,
incentivan síntomas depresivos previos”.
Ambas profesionales aseguran que el ‘encierro’ que
debemos guardar estos días no conlleva
necesariamente a la depresión. Que derive en esto dependerá de la
contribución de otros factores.
“No todos se deprimen. Hay mucha gente que aprovecha estos momentos para
desarrollar la creatividad y acercarse a su familia, o ayudar a sus hijos”,
explica Eva. ¿Quiénes son más propensos? “Aquellos que usan su vida para
escaparse de sí mismos, que necesitan hacer cosas o comprar, de manera
compulsiva”.
La psicóloga Adriana Sznycer explica
que poder afrontar la situación dependerá de las herramientas
psíquicas que cada persona tenga, y que en este factor también influya la edad. “Es muy
diferente la respuesta de un adolescente acostumbrado a estar con su grupo de
pertenencia, a la de un adulto mayor, o un niño en edad escolar. Podrá
entonces generar en unos rechazo y rebeldía, en otros mucho cuidado y prevención,
y en otros mayor dependencia”.
Depresión en
el contexto familiar
La fundadora de la Escuela para Padres Multifamiliar
explica que más allá de la ‘paranoia’ existente, lo que vemos en relación al
coronavirus es que empeora y nunca son pocas las medidas de precaución que
se tomen. Por eso, respetar la reclusión es fundamental. La clave, para la
licenciada, es encontrar la manera de estar en familia y con uno mismo. “Hay situaciones
preocupantes, como las de aquellos adultos que temen perder su
trabajo, que se funda el negocio o empresa, y aquellos que
tienen que trabajar para sustentarse ese día o esa semana. Entonces
entiendo que al virus se le suma la
preocupación por la economía”, problematiza.
Para Adriana es necesario que el resto de la
familia esté atenta en caso de que alguno de sus integrantes esté pasando por
ese estado, para poder brindarle apoyo
y contención, siendo
indispensable la atención psíquica o
psicológica.
Como parte de una gran cantidad de propuestas que
migró a Internet se pueden realizar sesiones de terapia a través de
una plataforma virtual. La oferta de tratamiento psicológico para evitar la
depresión está destinada a orientar, conversar y poder compartir todo
lo que está sucediendo, además de que, para hacerle frente a la situación, han
salido propuestas de tratamiento gratis,
de profesionales decididos a ayudar a la distancia.
“Es muy importante tener en cuenta qué recursos internos tienen los adultos de
la familia, porque si se deprimen es muy difícil que puedan sostener
a los chicos, cuyo mecanismo de defensa es portarse mal para que sus
padres tengan que salir de la cama y retarlos, y ocuparse de ellos”, explica
Eva.
Por su parte, la licenciada Sznycer propone: “Se
hace necesario reprogramar actividades,
horarios y funciones de cada uno de los integrantes para facilitar la
convivencia. Hacer circular los roles y tareas a desempeñar a fin de no
provocar hastío ni cansancio ni generar mayor estrés del que ya implica
permanecer las 24 horas en el interior del hogar con las mismas personas.
En el caso de los niños, es aconsejable mantener rutinas diarias que incluyan
socialización, juegos y aprendizaje”.
Claves para
intentar salir de la depresión y prevenirla
“Hay muchas cosas valiosas para hacer cuando el
tiempo empieza a funcionar de otra manera y nos permite desarrollar otros
aspectos de nosotros mismos que no conocíamos”, incentiva Eva
Rotenberg, la clave más fundamental según las profesionales es intentar abrir
nuestro mundo interno y estar dispuestos a ser creativos para entretenernos.
Aprovechar para leer, pintar, aprender música, etc.
Según la psicóloga Adriana Sznycer, estas son
algunas acciones que podemos realizar para intentar sentirnos mejor: Entender
que la mejor manera de prevención es quedarnos en casa. Ser responsables y
no centrarnos en la imposibilidad de
salir. Cuanta más gente y más pronto se quede adentro, antes
podremos disfrutar del exterior.
Consultar
fuentes confiables y evitar la sobreinformación
Informarse desde fuentes oficiales y medios
reconocidos para evitar las fake news, no creer todo lo que se recibe sin
chequearlo antes. Consultar las noticias en horarios determinados, no
de modo indiscriminado.
Estar en
contacto con amigos, familia y conocidos
No aislarnos y mantener las redes sociales: la
tecnología puede ser nuestra aliada para comunicarnos a diario por los
diferentes medios. Mantener los vínculos es fundamental.
Aprovechar
el tiempo
Podemos hacer las tareas que siempre nos
quedan pendientes por “falta de tiempo”.
Evitar el
sedentarismo
Hacer ejercicios físicos, bailes o diferentes
movimientos. Hay muchas aplicaciones o videos que pueden ayudarnos con esto.
Podemos estipular horarios del día para ésta actividad y cumplirla.
Mantener
hábitos y costumbres
Es muy importante, para adaptarse a la nueva
situación. Establecer rutinas y horarios para levantarse, acostarse, comer,
estudiar, trabajar, etc.
Realizar una
consulta profesional
En caso de sentir depresión, angustia o tristeza
persistente, nerviosismo o ansiedad abrumadoras, es
necesario realizar una consulta para encontrar modos de manejar
el estrés que puede provocar una situación de encierro prolongado.
Eva Rotemberg agrega: “En el caso de los niños
pequeños podemos agarrar cartulinas y dibujar entre todos. Favorecer el
dibujo, la pintura, armar cosas con hilos, cajas, y rollitos de papel
higiénico. Escribir cuentos juntos y dibujarlos, inventar juegos
o jugar a los disfraces. Y en el caso de los adultos podemos aprovechar
las propuestas de Internet, donde hay profesores que dan clases de
escritura, de teatro, de yoga, etc.
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