Investigadores españoles describen el efecto del ejercicio en la salud
psicológica de la población durante el inicio de la pandemia.
La disminución en la actividad física durante el confinamiento causó
problemas psicológicos en la población adulta, según refleja un estudio de la
Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y otras instituciones españolas.
Este trabajo describe el efecto del movimiento sobre la salud psicológica de la
población en esos meses, a partir de la revisión de la evidencia sobre los
impactos de la pandemia.
Se trata de un primer paso para determinar si la práctica deportiva
puede ser una buena estrategia para contribuir al bienestar emocional en este
tipo de situaciones. “El confinamiento provocó desordenes psicológicos en las
personas, más en los adultos que en los niños” indica María Gloria
Gallego-Jiménez, investigadora de UNIR. Los estudios revisados reflejan que la
pandemia y las medidas de confinamiento causaron estrés, ansiedad, aislamiento
social y angustia psicológica en adultos, así como niveles de depresión y
ansiedad más altos de lo habitual en el personal médico
La investigación, publicada en el International Journal of
Environmental Research and Public Health, analiza la literatura
científica que vincula actividad física y salud mental durante el
confinamiento. “Los resultados ponen de manifiesto que la población buscó
recursos para practicar deportes, ayudándose de la tecnología”, añade
Gallego-Jiménez.
Los autores analizaron 180 artículos publicados desde el 1 de enero de
2019 hasta el 15 de julio de 2020, que resumen los impactos de la pandemia en
el bienestar psicológico en las poblaciones adultas y los efectos que se
obtienen fruto de la actividad física en la salud psicológica durante ese
período.
“Los estudios revisados reflejan que la pandemia y las
medidas de confinamiento causaron estrés, ansiedad, aislamiento social y
angustia psicológica en adultos, así como niveles de depresión y ansiedad más
altos de lo habitual entre la primera línea del personal médico”, apuntan.
Además, varios trabajos refieren específicamente cómo los adultos se volvieron
más sedentarios durante la cuarentena y disminuyeron sus niveles de actividad
física con resultados psicológicos perjudiciales.
Para los investigadores, es preciso ahondar en el trabajo para aclarar
si la actividad física puede constituir una estrategia eficaz para prevenir los
efectos psicológicos negativos de la pandemia. “Esto podría servir a los
líderes institucionales y los gobiernos, así como a los profesionales e
investigadores de la salud, para informar las decisiones clínicas y políticas cara
a otras posibles pandemias”, concluyen. BP
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