La enfermedad de Parkinson es una
de las pocas condiciones de salud comunes que los científicos aún no saben cómo
tratar. La medicación existente para el Parkinson solo ayuda al cerebro a
compensar la pérdida de nervios provocada por la enfermedad, pero no puede
detener o evitar que las células cerebrales reales mueran. Mientras tanto, la
enfermedad de Parkinson sigue siendo la enfermedad neurológica de más rápida
expansión en el mundo, con más de 10 millones de personas que la padecen en
todo el mundo. Por lo tanto, decir que existe una necesidad urgente de un
tratamiento eficaz para la enfermedad de Parkinson es una subestimación enorme.
Una colaboración de investigación entre la Escuela de Medicina de la
Universidad Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, y la Escuela de Medicina de
la Universidad Sungkyunkwan en Suwon, Corea del Sur, encontró un potencial para
tal tratamiento en la naturaleza. Un compuesto de origen vegetal llamado
farnesol puede ser capaz de hacer algo que ningún medicamento existente para la
enfermedad de Parkinson puede hacer: evitar que los nervios afectados por la
enfermedad de Parkinson mueran.
Pérdida neuronal y enfermedad de Parkinson
Para entender cómo funciona este
compuesto natural, necesitamos explicar un poco sobre la neurología detrás de
la enfermedad de Parkinson. Como puede que sepa o no, la enfermedad de
Parkinson se dirige a una región específica del cerebro llamada sustancia
negra, que está poblada por neuronas que producen el neurotransmisor dopamina.
A medida que avanza la enfermedad, mueren más y más de estas células cerebrales
productoras de dopamina, lo que se manifiesta en un empeoramiento de los
temblores, deterioro cognitivo, rigidez muscular y pérdida del equilibrio y la
coordinación. Todos estos son síntomas característicos de la enfermedad de
Parkinson.
El farnesol es un compuesto natural capaz de reducir la pérdida de nervios.
Los tratamientos actuales pueden
reponer la dopamina en el cerebro y mejorar la función cerebral general, lo que
alivia algunos de los síntomas, pero ningún medicamento existente puede tratar
la causa: la pérdida de células nerviosas en sí. Aquí es donde el farnesol
puede resultar útil. Este compuesto está presente de forma natural en muchas
plantas y se encuentra comúnmente en ciertos aceites esenciales (hierba de
limón, citronela y aceite esencial de bálsamo) e incluso en perfumes. La
investigación encontró que este compuesto puede prevenir la pérdida de nervios
al activar los mecanismos protectores naturales del cerebro a nivel molecular.
Para ser técnico, tomar farnesol por vía oral aumentó la producción de una
proteína llamada PGC-1 alfa que protege las células cerebrales del daño y la
muerte. Actualmente, la efectividad del farnesol solo se probó en modelos de
Parkinson en ratones, pero los resultados son muy prometedores. Los
investigadores usaron farnesol como suplemento porque tiene que tomarse
internamente y atravesar la barrera hematoencefálica para que funcione. Dado
que la ingesta de aceites esenciales o perfumes es tóxica, tuvieron que extraer
farnesol para que fuera seguro para los sujetos. Después de complementar la
dieta de los ratones con farnesol durante solo una semana, vieron una mejora
notable en la fuerza y la coordinación, y las pruebas posteriores revelaron
que los ratones tratados con farnesol tenían el doble de neuronas de dopamina
sanas que los ratones que no recibieron tratamiento. Los investigadores aún
deben determinar la eficacia del farnesol en humanos, pero este compuesto
natural podría ser la clave para un nuevo tratamiento revolucionario de la
enfermedad de Parkinson. YTL
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