ANMAT comunicó que: “Esta Administración Nacional aclara a la población
que la vacuna COVID 19 AstraZeneca no contiene grafeno entre sus componentes” y
admitió que “la información sobre contenido de grafeno surge de un error
involuntario en el informe adjunto a la causa judicial y que ya fue aclarado en
la misma”.
La causa judicial en la que se cometió el error tramita en la Unidad
Funcional de Instrucción número 3 del Departamento Judicial de San Martín, en
la Provincia de Buenos Aires en la que se averigua las causas de la muerte de
una mujer.
“La información sobre el contenido de grafeno surge de
un error en el tipeo del Informe IF-2021-120912800-APN-DECBR#ANMAT adjunto al
expediente judicial y que fuera aclarado en la declaración realizada día martes
11 de enero del corriente año, en la causa judicial correspondiente, por la
responsable del área”, agregó ANMAT en el comunicado.
De este modo, en el punto 4 del informe donde dice “el Grafeno se
encuentra dentro de los componentes de la misma” debe decir “el Grafeno NO se
encuentra dentro de los componentes de la misma”, subrayó el organismo oficial.
El grafeno es un material compuesto por la agrupación de átomos de carbono
que se posicionan hexagonalmente. Esta disposición da lugar a monocapas de un
átomo de espesor. Este material, forma parte de una de las sustancias más
abundante en la naturaleza, el grafito (el grafito podemos encontrarlo, por
ejemplo, en las minas de nuestros lápices). Un milímetro de grafito contiene
tres millones de capas de grafeno.
Por otra parte, el año pasado se había difundido en todo el mundo una
mentira respecto de que las vacunas contra la COVID-19 contenían grafeno. La
teoría se compartió y desmintió en español, inglés y francés, pero también en
chino, árabe, ruso, indonesio, noruego o albanés, entre otros muchos idiomas.
De todas formas, motivó vídeos en Estados Unidos, preguntas en el Parlamento
Europeo y se manifestó como una de las preocupaciones sobre la seguridad de las
vacunas en encuestas de Nueva Zelanda.
Se trata de una fabulación que tuvo su origen en 2020, cuando las
vacunas solo estaban en estudio, y se relaciona con otras conjeturas
fantasiosas sobre la inoculación de nanobots, antenas o microchips de 5G con el
fin de controlar la voluntad humana. BP
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