viernes, 21 de enero de 2022

Helen Keller…

Keller nació en una hacienda llamada Ivy Green, el 27 de junio de 1880. No nació ciega y sorda, sino una niña típica, sana, y bonita. No fue hasta diecinueve meses después que contrajo una enfermedad que los doctores describieron como una congestión aguda del estómago y el cerebro. Keller no tuvo la enfermedad por mucho tiempo, pero la dejó ciega, sorda, e incapaz de hablar. A la edad de siete años había inventado más de sesenta distintas señas que podía emplear para comunicarse con su familia. 
En 1887, sus padres, Capitán Arthur H. Keller y Kate Adams Keller, finalmente se pusieron en contacto con Alexander Graham Bell, quien trabajaba con jóvenes sordos. Les sugirió contactar con el Instituto Perkins para los Ciegos en Watertown, Massachusetts. Le delegaron a la profesora Anne Sullivan, quien tenía tan sólo 20 años, para intentar curar la mente de Helen. Esto fue el inicio de un período de 49 años de trabajar juntas. 
Sullivan exigió y recibió permiso del padre de Helen para aislar a la niña del resto de la familia, en una pequeña casa en su jardín. Su primera tarea era disciplinar a la niña mimada. El gran progreso de Helen ocurrió un día cuando se dio cuenta de que los movimientos que su maestra estaba haciendo con sus palmas simbolizaban la idea de ‘agua’ y casi exhaustó a Sullivan quien siguió exigiendo nombres de otros objetos familiares en su mundo (incluyendo su preciosa muñeca). 
Anne pudo enseñar a Helen a pensar inteligiblemente y a hablar, usando el método Tadoma: tocando los labios de otros mientras hablan, sintiendo las vibraciones, y deletreando los caracteres alfabéticos en la palma de la mano de Helen. También aprendió a leer francés, alemán, griego, y latín en braille. 
En 1888, asistió al Instituto Perkins para los Ciegos y también asistió a la Escuela Wright-Humason para los Sordos en Nueva York. Cuando Helen tenía 24 años en 1904, se graduó cum laude de Radcliffe College, donde Anne Sullivan había traducido cada palabra en su mano, y llegó a ser la primera persona sorda en graduarse de la universidad. 
Helen se convirtió con una tremenda fuerza de voluntad en una oradora y autora mundialmente famosa. Estableció la lucha por los sensorialmente discapacitados del mundo como la meta de su vida. En 1915, fundó ‘Helen Keller Internacional’, una organización sin fines de lucro para la prevención de la ceguera. Helen y Anne Sullivan viajaron a más de 39 países, e hicieron varios viajes a Japón, llegando a ser favorecida por la gente japonesa. Helen Keller conoció a cada presidente estadounidense desde Grover Cleveland hasta John F. Kennedy y fue la amiga de varios personajes famosos incluyendo Alexander Graham Bell, Charlie Chaplin, y Mark Twain. 
Helen Keller fue miembro del partido socialista y activamente hacía campañas y escribía en apoyo de las clases trabajadoras desde 1909 hasta 1921. Apoyaba al candidato Eugene V. Debs del Partido Socialista en cada una de sus campañas para la presidencia. Sus opiniones políticas se reforzaban por frecuentes visitas de trabajadores. En sus propias palabras, “He visitado talleres donde se explota al obrero, fábricas, barrios atestados. Si no lo podía ver, lo podía oler.” 
Periodistas que habían elogiado su valor e inteligencia antes de identificarse como socialista ahora llamaban atención a sus incapacidades. El editor del Brooklyn Eagle escribió que “errores surgieron de las manifiestas limitaciones de su desarrollo”. Keller respondió al editor, refiriéndose a que lo había conocido antes de que él supiera sobre sus visiones políticas:En ese tiempo sus cumplidos hacia mi eran tan generosos que me sonrojo al recordarlos. Pero ahora que apoyo al socialismo me recuerda a mí y al público que soy ciega y sorda y especialmente responsable de errar. Debo haberme empequeñecido en inteligencia desde que lo conocí... ¡Oh, ridículo Brooklyn Eagle! Socialmente sordo y ciego, defiende un sistema intolerable, un sistema que es la causa de gran parte de la ceguera y sordera física que nosotros tratamos de prevenir”. 
Helen Keller también se unió a la unión industrial, los Trabajadores Industriales del Mundo (Industrial Workers of the World, IWW), en 1912 después de sentir que el socialismo parlamentario ‘se hundía en el pantano político’. Helen Keller escribió para el IWW de 1916 a 1918. En “Por qué me convertí en un Trabajador Industrial del Mundo” (Why I Became an IWW) Helen escribió que su motivación para el activismo fue su interés por la ceguera y otras incapacidades: 
Era parte de un comité para la investigación de las condiciones de los ciegos. Por primera vez yo, quien había pensado que la ceguera era una desfortuna fuera del control humano, encontré que gran parte de eso se podía rastrear a las malas condiciones industriales, frecuentemente causadas por el egoísmo y la avaricia de los patrones. Y la maldad social también era parte de esto. Me di cuenta que la pobreza llevaba a las mujeres a una vida de vergüenza que terminaba en la ceguera”.Helen Keller escribió sobre la aparición del comunismo durante la Revolución Rusa. Sus contactos con supuestos comunistas fueron investigados frecuentemente por el FBI. 
En 1920 era de los fundadores de la Unión Americana de Libertades Civiles. En los años 1920, envió cien dólares a la NAACP con una carta de apoyo que apareció en la revista The Crisis. 
En 1925 se dirigió a una convención de Lions Clubs International dando gran foco a esa organización por su trabajo de servicio que continúa hoy día. 
En 1960 se publicó su libro Light in my Darkness (Luz en mi Oscuridad) en el cual advocó las lecciones de Emanuel Swederborg. También escribió una larga autobiografía. Escribió once libros en total, y fue la autora de numerosos artículos. 
Keller comprometió mucho de su vida en patrocinar la Fundación Americana para los Ciegos. 
El 14 de septiembre de 1964, el Presidente Lyndon B. Johnson le recompensó con la Medalla Presidencial de Libertad, el mayor honor estadounidense de ciudadanos. 
Helen Keller murió el 1 de junio de 1968 a la edad de 88 años, más de treinta años después de la muerte de Anne Sullivan. Fue incinerada y sus restos se guardaron en la Capilla de San Joseph de Arimathea en la Catedral Nacional de Washington. Wo

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