La caspa es un mal común que suele causar vergüenza, y, en
muchos casos, puede esconder ciertos problemas que van más allá de las
molestias estéticas. La caspa se denomina también dermatitis seborreica y es
una dolencia cutánea, inflamatoria y común que hace que se formen escamas.
Estas pueden ser blancas o amarillentas, aparecen comúnmente en el cuero
cabelludo, dentro del oído, o en las cejas, y puede ocurrir con o sin
enrojecimiento de la piel.
Los principales síntomas de la caspa son picazón y escamas en
el cuero cabelludo, pero también puede ocasionar otros signos como parches de
grasa en el cuero cabelludo y cosquilleo en la piel.
Las causas subyacentes de la caspa son varias. Incluyen la
piel reseca, la dermatitis seborreica, sensibilidad a ciertos productos para el
cabello y crecimiento de un tipo específico de hongo que vive en el cuero
cabelludo.
Se cree que la caspa ocurre por una sobreproducción de grasa
en la piel, sumado a la presencia del hongo Malassezia o
del Pityrosporum ovale. Otras afecciones que pueden favorecerla
son: estrés, fatiga, climas extremos, piel grasosa o su excesiva limpieza, uso
frecuente de champú o lociones que contienen alcohol, y trastornos como el acné
o la obesidad.
En las personas con caspa, las células de la piel pueden
morir y ser reemplazadas aproximadamente una vez cada dos semanas, al contrario
de personas sin caspa en quienes tarda alrededor de un mes. El resultado es que
las células muertas caen en bloques grandes y se hacen visibles en el cuero
cabelludo.
La caspa también puede estar relacionada con mala nutrición,
particularmente con la deficiencia de zinc. Éste mineral puede encontrarse en
las ostras, pavo, cerdo y algunos frutos secos, especialmente las almendras o
semillas de calabaza. La ingesta diaria recomendada para un adulto ronda los 10
mg diarios.
La caspa no es contagiosa ni es un indicador de falta de
higiene, y a menudo se puede controlar con el uso diario de un champú especial.
En los casos más graves, los especialistas pueden recomendar productos de uso
médico. Recuerda que se trata de una afección muy frecuente, tanto en niños
como en adultos, independientemente de su herencia racial o edad.
Cómo eliminarla
Cuando la caspa es leve o ligera, los champús anticaspa pueden funcionar
bien para librarse de la molestia. El ácido salicílico es uno de los compuestos
principales que se encuentran en la aspirina, y también es el compuesto
principal de ciertos champús anticaspa. Este y otros como el que contiene el
alquitrán de hulla pueden elegirse como primer intento contra las formas más
leves.
Aceite de árbol de té
El aceite de árbol de té, que se usa para tratar el acné y la psoriasis,
tiene poderosas propiedades antimicrobianas y antiinflamatorias. Varios
estudios han demostrado que el aceite de árbol de té es efectivo para
contrarrestar el hongo que puede ocasionar tanto la dermatitis seborreica como
la caspa. Para aprovecharlo, solo debes agregar unas gotas en tu champú.
Sábila o aloe vera
El efecto de esta planta se ha estudiado en la dermatitis seborreica
(caspa) con efectos positivos. Lo que más se utiliza a nivel popular es la
pulpa de la hoja, que se aplica directamente sobre el cuero cabelludo y se deja
actuar entre 15 y 30 minutos antes de enjuagar.
Aceite de almendra o sésamo
Los aceites de almendra y sésamo se utilizan para combatir la caspa. Se
toma la medida de una cuchara de té, se entibia y se distribuye por todo el
cuero cabelludo. Se deja actuar por 15 minutos y se lava el pelo normalmente.
Ambos son humectantes y además de lubricar el cuero cabelludo, ayudan a
eliminar la dermatitis.
Té de labrador
Es un pequeño arbusto aromático de hojas delgadas que se conoce también
con el nombre de té de la Bahía de Hudson, y puedes conseguirlo en herboristerías
y dietéticas. Se prepara un té con sus flores y hojas que luego se usa para
tratar el picor severo, piel reseca, caspa y piojos.
Bicarbonato y limón
Enjuagar el cabello con mezclas de agua, limón, vinagre o bicarbonato de
sodio, son soluciones caseras muy difundidas desde hace décadas para eliminar
la caspa. Entre las infusiones que se cree pueden derrotarla, se destacan el té
de romero, salvia, menta, jengibre, orégano, laurel o cáscaras de papa.
Cuando consultar al médico
Si no consigues eliminarla con los métodos comunes, debes plantearte una
visita al médico. En caso de enfermedad dermatológica subyacente, no sólo debe
tratarse la caspa, sino que se debe seguir el tratamiento de base que el médico
prescriba para el problema de salud en particular. HD
No hay comentarios.:
Publicar un comentario