Hoy en día, muchos son
conscientes de la importancia de normalizar la tensión arterial, que es la
presión que la sangre ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos por los
que pasa. De hecho, bastantes personas se encargan de medirla para asegurarse de
que cumple los parámetros correctos: una presión sistólica de 120/80 mm para un
adulto sano en reposo mientras está sentado. Puede ser que hayas realizado una
cantidad no pequeña de mediciones con un aparato casero o en la visita al
doctor y siempre te resulta más alta de lo normal. Aunque muchos saben cómo
tratar este problema, pocos conocen todas las razones que pueden causarlo en
primer lugar. Seguramente has escuchado en el pasado que la ingesta excesiva de
sodio es una de ellas y hoy conocerás otros 9 factores que son bastante
sorprendentes y algunos son solucionables y tratables.
1. Deshidratación
A menudo tengo dolores de
cabeza en los días calurosos cuando paso tiempo al aire libre bajo el sol
abrasador sin beber suficiente agua. Esto puede provocar deshidratación, así
como enfermedades en las que el cuerpo pierde líquidos a través del tracto
digestivo, quemaduras en las que pasa más agua a través de la piel e
intoxicaciones alimentarias en las que podemos perder líquidos a través de los
vómitos. Cuando experimentamos una deshidratación, se producen dos procesos en
el cuerpo que hacen que los vasos sanguíneos se estrechen y la primera es
cuando nuestro cerebro le dice a la glándula pituitaria que libere unas
sustancias químicas especiales. La segunda es que los riñones producen menos
orina para retener más líquido en el cuerpo, lo que hace que los vasos
sanguíneos del corazón y el cerebro se contraigan aún más. Como resultado, la
deshidratación puede conducir a un aumento de la presión arterial, pero como se
puede entender, este es un problema solucionable.
2. Apnea del sueño
¿Sufres este trastorno del
sueño, que se manifiesta en la interrupción del proceso respiratorio o en la
disminución de la frecuencia respiratoria durante el sueño? No todo el mundo
conoce esta respuesta sobre sí mismo, así que si no estás diagnosticado, no
dudes en intentar diagnosticarte con las siguientes señales que lo indican, y
por supuesto acudir a un especialista. Una de las razones por las que debes
hacerlo es que cuando la respiración se interrumpe con frecuencia durante el
sueño, como ocurre en la apnea del sueño, el sistema nervioso libera sustancias
químicas que elevan la presión arterial. Además, entra menos oxígeno en el
cuerpo, lo que puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos y dificultar la
regulación de la presión arterial durante su flujo. Así pues, si padeces este
síndrome, date prisa en tratarlo no sólo para dormir bien, sino también para
regular la presión arterial.
3. Problemas de tiroides
La glándula tiroidea de la
tráquea es pequeña, pero desempeña un papel fundamental en la producción y
secreción de importantes hormonas en la sangre. Cuando no funciona
correctamente y no produce suficientes de estas hormonas, el ritmo cardíaco
desciende y las arterias pierden su flexibilidad. Además, los niveles bajos de
hormonas pueden elevar los niveles de LDL, también conocido como ‘colesterol
malo’, lo que puede endurecer aún más esas arterias. Esto da lugar a una
situación en la que nuestra sangre fluye más rápido en los vasos sanguíneos
inflexibles y empuja sus duras paredes, todo lo cual conduce a un aumento de la
presión arterial. Por cierto, el fenómeno opuesto de liberar demasiadas
hormonas de la glándula tiroides puede hacer que nuestro corazón lata demasiado
rápido, lo que también puede conducir a un aumento de la presión arterial.
4. Mala alimentación
Al igual que con otros
problemas médicos, a veces la solución está en una dieta adecuada que se adapte
a tu estado de salud. Así que, como se mencionó al principio del artículo,
muchos de los que sufren de presión arterial alta ya saben que deben reducir
las cantidades de sodio que consumen, pero ¿hay otros consejos que se puedan
aplicar? Según muchos expertos, ¡absolutamente sí! Para mantener una cantidad equilibrada
de líquido en la sangre, los riñones necesitan un equilibrio entre el sodio y
el potasio consumidos. Por eso, aunque pongas menos sal en tu cuerpo, mientras
no consumas suficientes alimentos ricos en potasio, no resolverás tu problema
de hipertensión. Por lo tanto, añada a su dieta plátanos, pescado, judías,
brócoli y espinacas, así como otros ingredientes alimentarios que contienen una
variedad de nutrientes que equilibrarán tu presión arterial.
5. Vejiga llena
Esto puede sonar un poco
extraño, pero justo antes de hacer una prueba de presión arterial - debes
visitar el baño y vaciar la vejiga. La explicación de esto fue revelada en un
estudio publicado en 2011, en el que se pidió a 172 mujeres que se contuvieran
y no orinaran durante al menos 3 horas, y fueron examinadas para ver si
afectaba a su presión arterial. Los resultados del estudio mostraron que su
nivel de presión arterial era efectivamente más alto antes de orinar. Dado que
las posibilidades de padecer hipertensión arterial aumentan con la edad, hay
que asegurarse de que los datos que se obtienen durante las pruebas son fiables
y precisos, y la forma más sencilla de hacerlo es simplemente ir al baño antes
de realizarlas...
6. Tomar ciertos medicamentos
Los medicamentos que tomamos
están pensados para mejorar nuestra sensación y contribuir a nuestra salud,
pero cualquiera que haya mirado el apéndice adjunto a su envase, probablemente
haya notado que algunos de ellos tienen una larga lista de efectos secundarios.
Por ello, algunos de estos medicamentos pueden resolver efectivamente el
problema de salud que se padece, pero también elevar la presión arterial. Este
fenómeno puede producirse como consecuencia de la toma de antiinflamatorios no esteroides,
como la aspirina o los medicamentos que contienen ibuprofeno. También puede
ocurrir después de tomar antidepresivos, que están diseñados para mejorar el
estado de ánimo aumentando los niveles de sustancias químicas como la dopamina,
la norepinefrina y la serotonina. Algunos de estos fármacos son la venlafaxina,
los inhibidores de la monoaminooxidasa, los antidepresivos tricíclicos y la
fluoxetina. Tomar ISRS también puede tener un efecto similar si se consume
junto con litio u otros fármacos que afectan a la serotonina.
7. Anticonceptivos hormonales
Muchas mujeres utilizan hoy en
día diversos anticonceptivos hormonales, como píldoras, inyecciones o
dispositivos intrauterinos. Todos ellos están asistidos por hormonas que
obstruyen los vasos sanguíneos y como resultado, como se ha mencionado anteriormente,
pueden provocar un aumento de la presión arterial. Las posibilidades de sufrir
este problema aumentan entre las mujeres mayores de 35 años, o las que fuman o
son obesas. Así que si decides utilizar alguna de estas medidas y te encuentras
en una de las poblaciones de riesgo mencionadas, asegúrate de revisar tu
presión arterial cada 6-12 meses.
8. Aerosoles nasales
Cada vez que se me tapa la
nariz debido a un resfriado o a una rinitis alérgica, me apresuro a utilizar un
spray que me abra las fosas nasales y me ayude a dejar de sonarme cada segundo.
Es cierto que esta solución es estupenda y me proporciona aire para respirar,
literalmente, pero, como puedes comprender, también puede aumentar la presión
arterial. Este fenómeno se produce porque los sprays nasales contienen diversas
sustancias, como la pseudoefedrina y la fenilefrina, que, aunque ayudan a abrir
la nariz, pueden estrechar los vasos sanguíneos y por tanto, hacer que la misma
cantidad de sangre pase por un espacio más estrecho. Además, estos aerosoles
pueden reducir el efecto y la eficacia de los medicamentos para la presión
arterial alta, por lo que si padece este problema, consulta a tu médico antes
de utilizarlos.
9. La soledad
La razón que más nos ha
sorprendido es la soledad, por lo que hemos decidido firmar el artículo con
ella. A veces la soledad no se debe al número de personas que nos rodean en un
momento dado, sino a la cercanía que sentimos hacia ellas. Quienes la experimentan
no tienen por qué estar ni siquiera estresados o deprimidos y pueden estar
perfectamente sanos, mental y físicamente. Según un estudio publicado en 2010 y
realizado entre personas de 50 a 68 años, la soledad también puede provocar un
aumento de la presión arterial, cuando este efecto no es inmediato, sino que
aparece unos 4 años después. Los autores del estudio creen que esto se debe al
miedo continuo que tienen las personas al rechazo o a la decepción y a su
creciente necesidad de seguridad, que está cambiando el funcionamiento de su
cuerpo. Por lo tanto, si sufres de soledad o de alguno de los factores
mencionados anteriormente, trátalos rápidamente para reducir y equilibrar tu
presión arterial. SF
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