lunes, 2 de mayo de 2022

¿No entiendes por qué tu Presión Arterial es alta?…

Hoy en día, muchos son conscientes de la importancia de normalizar la tensión arterial, que es la presión que la sangre ejerce sobre las paredes de los vasos sanguíneos por los que pasa. De hecho, bastantes personas se encargan de medirla para asegurarse de que cumple los parámetros correctos: una presión sistólica de 120/80 mm para un adulto sano en reposo mientras está sentado. Puede ser que hayas realizado una cantidad no pequeña de mediciones con un aparato casero o en la visita al doctor y siempre te resulta más alta de lo normal. Aunque muchos saben cómo tratar este problema, pocos conocen todas las razones que pueden causarlo en primer lugar. Seguramente has escuchado en el pasado que la ingesta excesiva de sodio es una de ellas y hoy conocerás otros 9 factores que son bastante sorprendentes y algunos son solucionables y tratables. 
1. Deshidratación 
A menudo tengo dolores de cabeza en los días calurosos cuando paso tiempo al aire libre bajo el sol abrasador sin beber suficiente agua. Esto puede provocar deshidratación, así como enfermedades en las que el cuerpo pierde líquidos a través del tracto digestivo, quemaduras en las que pasa más agua a través de la piel e intoxicaciones alimentarias en las que podemos perder líquidos a través de los vómitos. Cuando experimentamos una deshidratación, se producen dos procesos en el cuerpo que hacen que los vasos sanguíneos se estrechen y la primera es cuando nuestro cerebro le dice a la glándula pituitaria que libere unas sustancias químicas especiales. La segunda es que los riñones producen menos orina para retener más líquido en el cuerpo, lo que hace que los vasos sanguíneos del corazón y el cerebro se contraigan aún más. Como resultado, la deshidratación puede conducir a un aumento de la presión arterial, pero como se puede entender, este es un problema solucionable. 
2. Apnea del sueño 
¿Sufres este trastorno del sueño, que se manifiesta en la interrupción del proceso respiratorio o en la disminución de la frecuencia respiratoria durante el sueño? No todo el mundo conoce esta respuesta sobre sí mismo, así que si no estás diagnosticado, no dudes en intentar diagnosticarte con las siguientes señales que lo indican, y por supuesto acudir a un especialista. Una de las razones por las que debes hacerlo es que cuando la respiración se interrumpe con frecuencia durante el sueño, como ocurre en la apnea del sueño, el sistema nervioso libera sustancias químicas que elevan la presión arterial. Además, entra menos oxígeno en el cuerpo, lo que puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos y dificultar la regulación de la presión arterial durante su flujo. Así pues, si padeces este síndrome, date prisa en tratarlo no sólo para dormir bien, sino también para regular la presión arterial. 
3. Problemas de tiroides 
La glándula tiroidea de la tráquea es pequeña, pero desempeña un papel fundamental en la producción y secreción de importantes hormonas en la sangre. Cuando no funciona correctamente y no produce suficientes de estas hormonas, el ritmo cardíaco desciende y las arterias pierden su flexibilidad. Además, los niveles bajos de hormonas pueden elevar los niveles de LDL, también conocido como ‘colesterol malo’, lo que puede endurecer aún más esas arterias. Esto da lugar a una situación en la que nuestra sangre fluye más rápido en los vasos sanguíneos inflexibles y empuja sus duras paredes, todo lo cual conduce a un aumento de la presión arterial. Por cierto, el fenómeno opuesto de liberar demasiadas hormonas de la glándula tiroides puede hacer que nuestro corazón lata demasiado rápido, lo que también puede conducir a un aumento de la presión arterial. 
4. Mala alimentación 
Al igual que con otros problemas médicos, a veces la solución está en una dieta adecuada que se adapte a tu estado de salud. Así que, como se mencionó al principio del artículo, muchos de los que sufren de presión arterial alta ya saben que deben reducir las cantidades de sodio que consumen, pero ¿hay otros consejos que se puedan aplicar? Según muchos expertos, ¡absolutamente sí! Para mantener una cantidad equilibrada de líquido en la sangre, los riñones necesitan un equilibrio entre el sodio y el potasio consumidos. Por eso, aunque pongas menos sal en tu cuerpo, mientras no consumas suficientes alimentos ricos en potasio, no resolverás tu problema de hipertensión. Por lo tanto, añada a su dieta plátanos, pescado, judías, brócoli y espinacas, así como otros ingredientes alimentarios que contienen una variedad de nutrientes que equilibrarán tu presión arterial. 
5. Vejiga llena 
Esto puede sonar un poco extraño, pero justo antes de hacer una prueba de presión arterial - debes visitar el baño y vaciar la vejiga. La explicación de esto fue revelada en un estudio publicado en 2011, en el que se pidió a 172 mujeres que se contuvieran y no orinaran durante al menos 3 horas, y fueron examinadas para ver si afectaba a su presión arterial. Los resultados del estudio mostraron que su nivel de presión arterial era efectivamente más alto antes de orinar. Dado que las posibilidades de padecer hipertensión arterial aumentan con la edad, hay que asegurarse de que los datos que se obtienen durante las pruebas son fiables y precisos, y la forma más sencilla de hacerlo es simplemente ir al baño antes de realizarlas... 
6. Tomar ciertos medicamentos 
Los medicamentos que tomamos están pensados para mejorar nuestra sensación y contribuir a nuestra salud, pero cualquiera que haya mirado el apéndice adjunto a su envase, probablemente haya notado que algunos de ellos tienen una larga lista de efectos secundarios. Por ello, algunos de estos medicamentos pueden resolver efectivamente el problema de salud que se padece, pero también elevar la presión arterial. Este fenómeno puede producirse como consecuencia de la toma de antiinflamatorios no esteroides, como la aspirina o los medicamentos que contienen ibuprofeno. También puede ocurrir después de tomar antidepresivos, que están diseñados para mejorar el estado de ánimo aumentando los niveles de sustancias químicas como la dopamina, la norepinefrina y la serotonina. Algunos de estos fármacos son la venlafaxina, los inhibidores de la monoaminooxidasa, los antidepresivos tricíclicos y la fluoxetina. Tomar ISRS también puede tener un efecto similar si se consume junto con litio u otros fármacos que afectan a la serotonina. 
7. Anticonceptivos hormonales 
Muchas mujeres utilizan hoy en día diversos anticonceptivos hormonales, como píldoras, inyecciones o dispositivos intrauterinos. Todos ellos están asistidos por hormonas que obstruyen los vasos sanguíneos y como resultado, como se ha mencionado anteriormente, pueden provocar un aumento de la presión arterial. Las posibilidades de sufrir este problema aumentan entre las mujeres mayores de 35 años, o las que fuman o son obesas. Así que si decides utilizar alguna de estas medidas y te encuentras en una de las poblaciones de riesgo mencionadas, asegúrate de revisar tu presión arterial cada 6-12 meses. 
8. Aerosoles nasales 
Cada vez que se me tapa la nariz debido a un resfriado o a una rinitis alérgica, me apresuro a utilizar un spray que me abra las fosas nasales y me ayude a dejar de sonarme cada segundo. Es cierto que esta solución es estupenda y me proporciona aire para respirar, literalmente, pero, como puedes comprender, también puede aumentar la presión arterial. Este fenómeno se produce porque los sprays nasales contienen diversas sustancias, como la pseudoefedrina y la fenilefrina, que, aunque ayudan a abrir la nariz, pueden estrechar los vasos sanguíneos y por tanto, hacer que la misma cantidad de sangre pase por un espacio más estrecho. Además, estos aerosoles pueden reducir el efecto y la eficacia de los medicamentos para la presión arterial alta, por lo que si padece este problema, consulta a tu médico antes de utilizarlos. 
9. La soledad 
La razón que más nos ha sorprendido es la soledad, por lo que hemos decidido firmar el artículo con ella. A veces la soledad no se debe al número de personas que nos rodean en un momento dado, sino a la cercanía que sentimos hacia ellas. Quienes la experimentan no tienen por qué estar ni siquiera estresados o deprimidos y pueden estar perfectamente sanos, mental y físicamente. Según un estudio publicado en 2010 y realizado entre personas de 50 a 68 años, la soledad también puede provocar un aumento de la presión arterial, cuando este efecto no es inmediato, sino que aparece unos 4 años después. Los autores del estudio creen que esto se debe al miedo continuo que tienen las personas al rechazo o a la decepción y a su creciente necesidad de seguridad, que está cambiando el funcionamiento de su cuerpo. Por lo tanto, si sufres de soledad o de alguno de los factores mencionados anteriormente, trátalos rápidamente para reducir y equilibrar tu presión arterial. SF

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