Una investigación realizada en el Reino
Unido con 94.000 adultos jóvenes (de menos de 55 años) mostró un fuerte aumento
de ACV en este grupo. El trabajo, que ha estado recopilando información por 20
años, ofrece evidencia de que esta tendencia es un problema emergente de salud
pública no solo en Inglaterra sino en casi todos los países desarrollados.
Tradicionalmente se ha considerado que los factores de
riesgo vascular, como la presión arterial alta, la diabetes y la obesidad,
juegan un papel menor en el ACV joven; pero estudios recientes han comenzado a
cuestionar este punto de vista.
En las conclusiones del trabajo, la doctora Lixin
Li, de la Universidad de Oxford dijo que “nuestro estudio
muestra un aumento preocupante en los casos de ACV en jóvenes en Oxfordshire,
lo que refleja una imagen similar en otros países de altos ingresos”.
Para la experta, es clave revisar los factores de
riesgo, ya que al parecer, aquellos que se consideraban exclusivos de los séniors como
la hipertensión o la diabetes ya forman parte del mundo joven.
“Establecer la importancia de los factores de
riesgo conocidos en el grupo joven ayudará a aumentar la conciencia general
sobre la necesidad de un mejor control. También necesitamos mejores formas de
identificar a los jóvenes con alto riesgo de ACV, ya que los modelos de riesgo
actuales se basan en marcadores de predicción para personas mayores”, dijo Li.
En febrero de 2022, la Asociación Americana
del Corazón (AHA) presentó un informe que destacaba que en los Estados
Unidos, los ataques cerebrales estaban disminuyendo en las personas de 75
años y más, pero estaban aumentando
en los adultos de 49 años y menos.
Fueron 29 años de análisis de datos, por los que se
llegó a la conclusión de que esta era una realidad
especialmente en estados del sur y centro oeste del país como Alabama,
Arkansas, Minnesota y Dakota del Norte.
Aunque no de manera tan marcada, la tendencia se
observa en Latinoamérica, en donde luego de la Declaración de Gramado, un
compromiso para enfrentar el ACV en la región
establecido en 2018 en Brasil, mejoró la concientización sobre esta afección, y
las iniciativas para prevenir el ataque cerebral aumentaron de un 25% a un
75% en muchos países.
Accidente
cerebrovascular o ataque cerebral
Según explica la biblioteca especializada ADAM, “un ACV
sucede cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Algunas
veces, se denomina ataque cerebral”.
Si el flujo sanguíneo se detiene por más de pocos
segundos, el cerebro no puede recibir nutrientes y oxígeno. Las células
cerebrales pueden morir, lo que causa daño permanente.
Un ACV se presenta cuando un vaso sanguíneo en el
cerebro se rompe, causando un sangrado dentro de la cabeza. El ACV o ataque
cerebral es una afección grave que requiere un tratamiento de emergencia.
Hay dos tipos principales de ACV:
·
Accidente
cerebrovascular isquémico, que puede tratarse si se detecta a tiempo
·
Accidente cerebrovascular
hemorrágico, presenta un escenario clínico grave.
La presión arterial alta es el principal factor
de riesgo para los ACV. Otros factores de riesgo importantes son:
·
Frecuencia cardíaca irregular,
llamada fibrilación auricular
·
Diabetes
·
Ser hombre
·
Antecedentes familiares de la
enfermedad
·
Colesterol alto
·
La edad, especialmente después
de los 55 años
·
Origen étnico (las personas de
raza negra son más propensas a morir de un ACV)
·
Obesidad
·
Historial de accidentes
cerebrovasculares previos o accidentes isquémicos transitorios
Además de las causas clínicas como la diabetes, la
obesidad o la importancia, el tabaquismo y el consumo de alcohol son factores
de riesgo del ataque cerebral joven.
Síntomas
Los síntomas de un ACV dependen de qué parte del
cerebro esté dañada. En algunos casos, es posible que una persona no se dé
cuenta de que ha tenido un ACV.
La mayoría de las veces los síntomas se presentan de
manera súbita y sin aviso. Pero también pueden ocurrir de manera intermitente
durante el primero o segundo día.
Los síntomas por lo general son más graves cuando el ACV
acaba de suceder, pero pueden empeorar lentamente.
El dolor de cabeza tal vez sea el síntoma más característico. Pero no es un dolor
habitual, cambia dependiendo de la posición, puede ser muy intenso, tanto que
despierta a la persona.
Otros síntomas dependen de la gravedad del ACV y de
la parte del cerebro afectada. Los síntomas
pueden incluir:
·
Cambio en la lucidez mental
(somnolencia, pérdida del conocimiento y coma)
·
Cambios en la audición o en el
sentido del gusto
·
Cambios que afectan el tacto y
la capacidad de sentir dolor, presión o temperaturas diferentes
·
Confusión o pérdida de memoria
·
Dificultad para deglutir
·
Dificultad para leer o
escribir
·
Mareos o sensación anormal de
movimiento (vértigo)
·
Problemas con la vista, como
disminución de la visión, visión doble o ceguera total
·
Falta de control de esfínteres
·
Pérdida del equilibrio o
coordinación, o problemas para caminar
·
Debilidad muscular en la cara,
el brazo o la pierna (por lo regular solo en un lado)
·
Entumecimiento u hormigueo en
un lado del cuerpo
·
Cambios emocionales, de
personalidad o de estado de ánimo
·
Problemas para hablar o
entender a otros que estén hablando
Diagnóstico
y tratamientos
El diagnóstico debe ser veloz, clínico y de imagen,
para detectar de inmediato si ha ocurrido un ACV y el tratamiento necesario.
Estos incluyen el examen físico y la evaluación de
síntomas, pruebas de sangre, electroencefalograma y electrocardiograma.
Hay alternativas quirúrgicas y farmacológicas para
tratar el ACV. De acuerdo a la magnitud del ataque, puede quedar secuelas, y
muchas personas necesitan rehabilitación para recuperar alguna facultad
perdida.
Durante la conferencia en la que se presentó el
análisis de la AHA, Audrey Leasure, de la Escuela de Medicina de la Universidad de
Yale y autora principal del estudio, dijo que “el ACV es una carga de
salud pública cada vez mayor en los Estados Unidos”.
“Hay alrededor de 795.000 ACV nuevos o recurrentes
cada año en el país, y la carga económica y de atención médica de esta
creciente población de sobrevivientes de ACV tiene un impacto en la
infraestructura de atención médica a nivel nacional en todos los niveles”.
Por su parte, la doctora Li, del estudio británico,
remarcó que el ACV en adultos jóvenes puede tener un gran impacto, ya que a
menudo ocurre cuando están formando una familia o ya tienen niños pequeños que
cuidar, y aún no han alcanzado la cima de sus carreras. HD
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