Texto
del Evangelio (Jn 3,16-18): En
aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo
único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque
Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el
mundo se salve por Él. El que cree en Él, no es juzgado; pero el que no cree,
ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios».
Comentario del Evangelio
Hoy, san Juan nos habla del amor infinito de Dios.
Tanto nos ama que ha enviado al mundo a su eterno Hijo, y nos ha desvelado su
propia ‘intimidad familiar’. Ahora sabemos que Dios no es un ser solitario; Él
mismo es Tres Personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.
—¡Qué misterio tan grande y tan precioso!: Tres
Personas en un único Dios. Porque… si no fuera ‘Tres’, ¿cómo podría ser Amor?
(para amar se necesita, por lo menos, ‘Otro’ más).
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