martes, 3 de octubre de 2023

Manejo de la desobediencia…

A la hora de educar a sus hijos los padres deben tener en cuenta que cada persona es una unidad biopscioespiritual, esto implica que la formación que se les dé esté orientada al desarrollo de cada una de estas dimensiones en el niño y el adolescente para que pueda crecer en armonía en todo su ser.

Es importante formarlos de acuerdo a su edad, en el área física fortaleciendo el cuerpo a través del cuidado y aseo personal, el deporte, estimulando la adquisición adecuada de su psicomotricidad fina y gruesa, la sobriedad en la alimentación, etc.

A nivel psicológico propiciando el desarrollo adecuado de su propia identidad y personalidad, una recta visión de sí mismos y de los demás, de ellos en relación con su entorno, generándoles seguridad y confianza, estando siempre disponibles para cuando necesiten ayuda, pero al mismo tiempo dándoles un poco de libertad para realizar cosas y responsabilizarse de sus actos, generando en ellos madurez emocional y afectiva, así como una actitud crítica frente a la realidad.

Espiritualmente, desde niños deben descubrir su dignidad de hijos de Dios, enseñarles a relacionarse y encontrarse con el Señor Jesús y Santa María, ayudarles a crecer en su fe, enseñarles a rezar y a participar de la Eucaristía, de acuerdo a su edad; y llegado el momento, propiciar su preparación para la confesión y la Primera Comunión. Enseñarles a tener al Señor como el centro de sus vidas, de manera que puedan confiar siempre en su Providencia, estar seguros de su compañía y de su amor. Fortalecer en ellos la adquisición de los valores que regirán sus vidas, una actitud combativa y una vida virtuosa. V

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