Por
sus apuntes de viaje, es decir, por las páginas de los Hechos en los que San
Lucas habla en primera persona, podemos reconstruir parte de su actividad
misionera. Fue compañero y discípulo de los apóstoles. El historiador Eusebio
subraya: “... tuvo relaciones con todos los apóstoles, y fue muy solícito”. De
esta sensibilidad y disponibilidad suyas hacia el prójimo nos da testimonio el
mismo San Pablo, unido a él por grande amistad. En la carta a los Colosenses
leemos: “Os saluda Lucas, médico amado...”.
La
profesión médica nos hace suponer que él se dedicó mucho tiempo al estudio. Su
formación cultural se nota también por el estilo de sus libros: su Evangelio
está escrito en un griego sencillo, limpio y bello, rico en términos que los
otros tres evangelistas no tienen. Hay que hacer otra consideración sobre su
Evangelio, además del hecho estilístico e historiográfico: Lucas es el
evangelista que mejor que los otros nos pintó la humana fisonomía del Redentor,
su mansedumbre, sus atenciones para con los pobres y los marginados, las
mujeres y los pecadores arrepentidos. Es el biógrafo de la Virgen y de la
infancia de Jesús. Es el evangelista de la Navidad. También los Hechos de los
Apóstoles y el tercer Evangelio nos hacen ver el temperamento de San Lucas,
hombre conciliador, discreto, dueño de sí mismo; suaviza o calla expresiones
que hubieran podido herir a alguien, con tal que esto no vaya en contra de la
verdad histórica.
Al
revelarnos los íntimos secretos de la Anunciación, de la Visitación, de la
Navidad, él nos hace entender que conoció personalmente a la Virgen María. En
efecto, Lucas nos advierte que hizo muchas investigaciones y buscó
informaciones respecto de la vida de Jesús con los que fueron testigos
oculares. Un escrito del siglo II, el Prólogo antimarcionista del Evangelio de
Lucas, sintetiza el perfil biográfico del modo siguiente: “Lucas, un sirio de
Antioquía, de profesión médico, discípulo de los apóstoles, más tarde siguió a
San Pablo hasta su martirio. Sirvió incondicionalmente al Señor, no se casó ni
tuvo hijos. Murió a la edad de 84 años en Beocia, lleno de Espíritu Santo”. FSG
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