lunes, 18 de noviembre de 2024

Alimentos que estimulan el Cerebro: Secretos para una Mente más aguda…

Un creciente conjunto de investigaciones ha investigado la relación entre la elección de alimentos y la salud cognitiva en la vejez. En particular, la dieta mediterránea, que incluye mucho pescado, aceite de oliva, frutas, verduras y cereales integrales, se ha convertido en un enfoque prometedor para aumentar la esperanza de vida cognitiva.
Un nuevo estudio publicado en npj Aging intentó explorar esta posible relación analizando los patrones dietéticos en un grupo de personas de 65 a 75 años. Este estudio utilizó un método más objetivo, utilizando análisis de sangre para determinar la ingesta dietética y correlacionarla con el envejecimiento cognitivo observado.
El estudio identificó dos caminos únicos para el deterioro cognitivo. Curiosamente, la progresión más lenta se asoció con un perfil de ingesta de nutrientes similar al de la dieta mediterránea, que ha sido bien documentado en estudios anteriores por sus impactos beneficiosos en la salud humana.
“Investigamos biomarcadores de nutrientes específicos, como los perfiles de ácidos grasos, que en la ciencia nutricional se sabe que ofrecen beneficios potenciales para la salud”, dice el neurocientífico Aron Barbey, de la Universidad de Illinois.
“Esto se alinea con el extenso conjunto de investigaciones en el campo que demuestran los efectos positivos para la salud de la dieta mediterránea, que enfatiza los alimentos ricos en estos nutrientes beneficiosos”.
Fundamentalmente, los investigadores adoptaron un enfoque más objetivo para la evaluación dietética. Evaluaron muestras de sangre en busca de biomarcadores nutricionales en lugar de datos autoinformados, que pueden ser sesgados e inexactos. Estos biomarcadores ofrecieron pruebas verificadas de la ingesta dietética de los participantes, revelando los nutrientes específicos asociados con un envejecimiento más lento. Entre ellos se incluyen los ácidos grasos, que abundan en el pescado y el aceite de oliva, así como antioxidantes como la vitamina E, que se puede encontrar en las espinacas y las almendras.
Además, el estudio identificó carotenoides, que son pigmentos vegetales presentes en zanahorias y calabazas y que anteriormente se habían relacionado con una menor inflamación y protección celular. Además, en este estudio, la colina, una vitamina que se encuentra en las yemas de huevo, las vísceras y la soja cruda, surgió como otro biomarcador beneficioso relacionado con el retraso del envejecimiento.
Los investigadores utilizaron un enfoque doble para evaluar el envejecimiento cerebral. Las imágenes por resonancia magnética (MRI) revelaron información detallada sobre la configuración neuronal, mientras que las evaluaciones cognitivas ofrecieron una medida de la agilidad mental práctica. Esta metodología combinada dio como resultado un conocimiento más complejo del cerebro que envejece, incluidos componentes estructurales y funcionales.
“Esto nos permite construir una comprensión más sólida de la relación entre estos factores”, dice Barbey. “Examinamos simultáneamente la estructura, la función y el metabolismo del cerebro, demostrando un vínculo directo entre estas propiedades del cerebro y las capacidades cognitivas”.
Los hallazgos de este estudio contribuyen al creciente conjunto de evidencia que sugiere un vínculo entre las elecciones dietéticas y la salud cognitiva en la vejez. Si bien se necesita más investigación, los hallazgos indican que incluso cambios dietéticos menores pueden reducir potencialmente el riesgo de deterioro cognitivo y trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer. JQR

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