domingo, 17 de noviembre de 2024

Día litúrgico: Lunes XXXIII (B) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 18,35-43): En aquel tiempo, sucedió que, al acercarse Jesús a Jericó, estaba un ciego sentado junto al camino pidiendo limosna; al oír que pasaba gente, preguntó qué era aquello. Le informaron que pasaba Jesús el Nazareno y empezó a gritar, diciendo: «¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!». Los que iban delante le increpaban para que se callara, pero él gritaba mucho más: «¡Hijo de David, ten compasión de mí!». Jesús se detuvo, y mandó que se lo trajeran y, cuando se hubo acercado, le preguntó: «¿Qué quieres que te haga?». Él dijo: «¡Señor, que vea!». Jesús le dijo: «Ve. Tu fe te ha salvado». Y al instante recobró la vista, y le seguía glorificando a Dios. Y todo el pueblo, al verlo, alabó a Dios.
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy nos unimos al grito de Bartimeo. ¡Muchos nos quieren callados! ¡Pues no!, valentía y a gritar. Otros gritan. ¿Por qué vamos a callarnos? Además la fe no es para guardárnosla en un bolsillo.
—Podemos gritar a ‘grito pelado’ como Bartimeo. Pero tenemos que gritar, sobre todo, con el ejemplo. Las palabras mueven, pero el ejemplo arrastra.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario