viernes, 11 de abril de 2025

Día litúrgico: Sábado V (C) de Cuaresma

Texto del Evangelio (Jn 11,45-56): En aquel tiempo, muchos de los judíos que habían venido a casa de María, viendo lo que había hecho, creyeron en Él. Pero algunos de ellos fueron donde los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Entonces los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron consejo y decían: «¿Qué hacemos? Porque este hombre realiza muchas señales. Si le dejamos que siga así, todos creerán en Él y vendrán los romanos y destruirán nuestro Lugar Santo y nuestra nación». Pero uno de ellos, Caifás, que era el Sumo Sacerdote de aquel año, les dijo: «Vosotros no sabéis nada, ni caéis en la cuenta que os conviene que muera uno solo por el pueblo y no perezca toda la nación». Esto no lo dijo por su propia cuenta, sino que, como era Sumo Sacerdote aquel año, profetizó que Jesús iba a morir por la nación —y no sólo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos—. Desde este día, decidieron darle muerte.
Por eso Jesús no andaba ya en público entre los judíos, sino que se retiró de allí a la región cercana al desierto, a una ciudad llamada Efraím, y allí residía con sus discípulos. Estaba cerca la Pascua de los judíos, y muchos del país habían subido a Jerusalén, antes de la Pascua para purificarse. Buscaban a Jesús y se decían unos a otros estando en el Templo: «¿Qué os parece? ¿Que no vendrá a la fiesta?». Los sumos sacerdotes y los fariseos habían dado órdenes de que, si alguno sabía dónde estaba, lo notificara para detenerle.
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy empieza a fraguarse el juicio de las autoridades religiosas de Israel contra Jesús. Hace poco que Él ha resucitado a Lázaro. Eso ocurrió en Betania, muy cerca de la capital. Allí llega la noticia. No pueden negar los milagros; al contrario, ellos mismos son testigos de las obras del Señor.
—Incluso movidos por envidia, serán instrumentos del Padre, que pedía al Hijo ofrecerse en sacrificio por la salvación del mundo entero.

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Estrategias efectivas para proteger tu salud cardíaca…

Al parecer, los hábitos de alimentación que una persona tendrá a lo largo de su vida tienen sus raíces en la etapa fetal. Evidencia científica muestra que lo que la madre come, de alguna manera deja huella en el bebé, y a lo largo de los años de desarrollo como niño, joven y adulto, lo que consuma y beba irá moldeando hábitos que ayudarán, o perjudicarán, su salud cardíaca.
La salud del corazón está vinculada a los alimentos. Hay alimentos buenos y malos para el corazón, algunos que hay que eliminar por completo de la dieta y otros que hay que consumir con cuidado. Los productos ‘amigos’ pueden comerse al límite de la saciedad.
La enfermedad cardiovascular (ECV) representa una de las cuatro principales causas de muerte junto con la diabetes, el cáncer, y las enfermedades respiratorias crónicas. Todas afecciones no transmisibles, y muchas veces prevenibles.
El costo de una mala salud cardiovascular no solo afecta nuestra calidad de vida. El gasto en atención médica puede arruinar el presupuesto familiar si no se tiene cobertura médica. La atención individual, los controles de rutina y la prevención son esenciales, como sucede con muchos otros aspectos de la salud. Asegúrese de mantener su cobertura médica al día para que su corazón pueda estar sano durante mucho tiempo.
Por qué la nutrición importa
Los alimentos impactan en el organismo humano de distintas maneras. Sin duda son la base biológica para que esa maquinaria de relojería que es el cuerpo humano funcione bien, porque aportan nutrientes (proteínas, carbohidratos, lípidos, vitaminas, minerales y agua) que permiten desde el funcionamiento celular hasta la capacidad motora.
Pero comer en exceso algunos de ellos hace que esa maquinaria comience a fallar. Por ejemplo, los alimentos altos en grasas saturadas y grasas trans alteran la salud arterial, generan una ingesta elevada de sodio y azúcar, y provocan aumento de peso, cuatro de los principales factores de riesgo de las ECV.
La buena nutrición previene justamente ese desbalance.
QUÉ COMER
·         Frutas y vegetales. Las frutas y verduras (con excepción de la papa blanca) están asociados con una reducción del riesgo de ECV. Los de colores intensos en particular tienden a tener una mayor densidad nutricional.
·         Alimentos de granos enteros. (panes integrales, arroz y pastas integral, avena, quinoa) Consumir de dos a tres porciones diarios de estos productos se vincula con una disminución del riesgo cardiovascular.
·         Fuentes saludables de proteínas con base en plantas (nueces y legumbres), pescado y frutos de mar. Los patrones dietéticos que contienen estos alimentos se asocian consistentemente con un menor riesgo de ECV. Estudios han concluido que de 2 a 3 porciones de pescado por semana se asocian con una menor incidencia de mortalidad por ECV. El componente central que logra esta reducción es el ácido graso omega-3 y la sustitución de otras fuentes de proteína animal, como la carne roja no magra y la carne procesada. La soja (incluyendo edamame y tofu), frijoles, lentejas, garbanzos y guisantes son tipos comunes de legumbres.
·         Aceites vegetales que provengan de plantas como de soja, oliva, girasol o canola. En este caso la evidencia científica ha observado que reemplazar los aceites altos en grasas saturadas por estas versiones naturales afecta de manera favorable los lípidos y las lipoproteínas), reduciendo el riesgo de enfermedad cardíaca.
QUÉ EVITAR o MINIMIZAR
·         Bebidas y alimentos que contengan azúcar agregado. Este azúcar extra que está en una enorme cantidad de productos, aún en los menos pensados, puede aumentar drásticamente el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas.
·         Alimentos ultraprocesados. Estos alimentos son lo opuesto a los productos que están en su estado natural, y también se diferencian de los que están mínimamente procesados, como una lata de atún en agua. Los alimentos ultraprocesados en general se producen con sustancias extraídas de otros alimentos como grasa, grasas oxigenadas o almidón. Algunos ejemplos de estos productos son las sodas, los hot dogs, la comida rápida, los fiambres y las galletas.
·         Alimentos con alto contenido de sal. A más consumo de sal, más riesgo cardíaco. Se necesita un nivel de sodio en el organismo, pero muchos productos procesados ya contienen sal.
·         Aceites llamados tropicales como el de coco o palma, o los producidos con grasa animal, ya que contienen más grasas saturadas, que elevan el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Encontrar un buen médico de atención primaria puede ser una de las mejores inversiones para reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas. HD

¿Por qué me cuesta tanto perdonarme?...

A menudo, la vida nos lleva por caminos inesperados y, en el transcurso de nuestro viaje, es inevitable cometer errores. A veces, esos errores pueden pesarnos tanto que nos encontramos atrapados en un ciclo de culpa y auto-reproche. Tal vez te has preguntado: “¿Por qué me cuesta tanto perdonarme a mí mismo?” Esta lucha es más común de lo que imaginamos, y puede transformar profundamente nuestra calidad de vida.

El perdón hacia uno mismo es una práctica esencial para sanar y crecer. La gracia que recibimos de Dios nos enseña a extender esa misma gracia a nosotros mismos. Al aprender a perdonarnos, liberamos el peso del pasado y nos damos la oportunidad de avanzar con una nueva perspectiva y esperanza.

Sugerencias Prácticas para Perdonarte a Ti Mismo

1.     Escribe una Carta de Perdón: Tómate un tiempo para escribir una carta a ti mismo expresando tus sentimientos sobre el error que cometiste. Reconoce tu dolor y expresa tu deseo de perdonarte. Este ejercicio puede ayudarte a manifestar y procesar tus emociones.

2.     Reflexiona sobre la Gracia de Dios: Dedica tiempo a meditar en las Escrituras que hablan sobre el perdón y la gracia, como Efesios 4:32, que nos anima a perdonarnos así como Dios nos ha perdonado. Permite que esta correcta perspectiva te impregne y te ayude a aplicar la misma compasión hacia ti mismo.

3.     Haz una Lista de Aprendizajes: Cada error trae consigo lecciones valiosas. Haz una lista de lo que has aprendido de tus experiencias pasadas. Reconocer el crecimiento personal puede ser un gran paso hacia el perdón.

4.     Reemplaza los Pensamientos Negativos: Está atento a los pensamientos auto-críticos y reemplázalos con afirmaciones que reflejen compasión y comprensión. Por ejemplo, en lugar de pensar ‘Soy un fracaso’, cambia eso a ‘Estoy aprendiendo y creciendo’.

5.     Busca Apoyo en Otros: Habla con alguien de confianza sobre tus luchas con el perdón. Compartir tus sentimientos puede ser liberador y recibir apoyo puede ayudarte a dar el paso hacia el perdón de ti mismo. RdeP

Hablar y callar... 02

Palabras y abrazos... 01

11 de Abril...

Buenos días... 2025-096