Salmo 3 – Confianza en medio de la angustia
Rodeado de enemigos que tratan de quitarle la confianza en Dios (v. 3), el salmista se pone totalmente bajo la protección divina. Su confianza se funda en el recuerdo de la ayuda que recibió del Señor en circunstancias similares (vs. 4-5, 8).
La “multitud innumerable” mencionada en el v. 7, podría indicar que este salmo fue inicialmente la súplica de un rey o de un jefe militar, y que sólo más tarde comenzó a ser recitado por el común de los fieles.
La “multitud innumerable” mencionada en el v. 7, podría indicar que este salmo fue inicialmente la súplica de un rey o de un jefe militar, y que sólo más tarde comenzó a ser recitado por el común de los fieles.
Señor, cuántos son mis enemigos, cuántos se levantan contra mí; cuántos dicen de mí: "ya no lo protege Dios". Pero tú, Señor, eres mi escudo y mi gloria, tú mantienes alta mi cabeza. Si grito invocando al Señor, El me escucha desde su monte santo. Puedo acostarme y dormir y despertar: el Señor me sostiene. No temeré al pueblo innumerable que acampa a mí alrededor. Levántate, Señor; sálvame, Dios mío: tú golpeaste a mis enemigos en la mejilla, rompiste los dientes de los malvados. De ti, Señor, viene la salvación y la bendición sobre tu pueblo.
«Me acuesto y me duermo..., y vuelvo a despertar».
Ese es mi día, Señor, esa es mi vida. Los ritmos de mi cuerpo a tono con los ritmos de tu creación, con las estrellas de noche y con el resplandor de tu luz durante el día. Tuyo soy cuando trabajo y tuyo cuando duermo; tuyo cuando me mantengo de pie en la postura que me hace hombre y me permite mirar al cielo, y tuyo cuando me acuesto, con cansancio en el cuerpo y confianza en el alma, y me tumbo sobre la tierra que tú has creado para que me sostenga durante la vida y me reciba en la muerte, amparando mi cuerpo cuando tú recibas mi alma.
Dios de toda confianza, tú eres nuestro escudo y nuestra gloria; podemos acostarnos, dormir y despertar, pues hemos creído en la resurrección de tu Hijo; por eso, no tememos a nuestros enemigos y vivimos en paz.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
Por Jesucristo, nuestro Señor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario