Mártir Laico, 03 de
Abril
Etimológicamente: Salvador
= Aquel que salva, es de origen latino.
Fecha de
beatificación: 20 de
noviembre de 2005, por el Papa Juan Pablo II, como parte de un grupo formado
por él y otros 8 mártires mexicanos.
Nació en Magdalena,
Jalisco, el 18 de marzo de 1880. Mecánico por vocación, se dedicó a este
oficio, llegando a ser uno de los más competentes de Guadalajara. Devoto de
Jesús Sacramentado, participaba todos los días de la Eucaristía y adoraba, con
frecuencia, el Santísimo en el sagrario. Su conducta como hijo, esposo y padre
fue siempre ejemplar. Poseía una
particular intuición ante el peligro, al que se enfrentaba con singular
fortaleza. Al comenzar el año
de 1927 la situación religiosa se tornó imposible para los católicos. Se
perseguía sin tregua a los clérigos por considerárseles instigadores de la
resistencia armada. El 2 de abril de 1927, consumado el asesinato de Anacleto
González y sus tres compañeros, acudió al cementerio a despedir los restos del
conocido líder.
De regreso a su
taller, lo esperaban agentes de la policía, quienes valiéndose de un ardid, lo
arrestaron. En la Inspección general comenzó un crudísimo tormento; lo colgaron
de los dedos pulgares; querían los verdugos conocer el paradero de los
presbíteros Eduardo y José Refugio. Exánime lo tiraron en un calabozo. En las primeras
horas del 3 de abril, lo condujeron, junto con su hermano Ezequiel, al panteón
de Mezquitán. Ante el pelotón de fusilamiento, pidió una vela encendida,
iluminando su pecho descubierto dijo: “¡Viva Cristo Rey y la Virgen de
Guadalupe!; disparen; muero por Dios, que lo amo mucho”.
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