Obispo, 25
de Octubre
San Gaudencio vivió a finales del siglo IV o
principios del siglo V ignorándose su patria, la fecha de su nacimiento y aún
la historia de sus primeros años.
Pero se sabe que después de la muerte del obispo
Filastro, ocurrida en el año 387, fue elegido obispo de Brescia y que aunque al
principio no quiso aceptar el nombramiento, se vio obligado a ello por el
afecto del pueblo y las repetidas instancias de los obispos de la provincia
entre los cuales figuraba San Ambrosio.
San Gaudencio mantuvo una gran amistad con el
obispo de Milán y fue uno de los latinos enviados a Constantinopla en los años
404 y 405 para interceder a favor de San Crisóstomo durante la persecución.
En la historia de la antigua literatura cristiana
ocupa un distinguido lugar San Gaudencio por muchas obras que de él se
conservan. Se le deben principalmente las noticias que nos quedan de Filastro,
consignadas en un discurso suyo sobre la vida y escritos de este prelado y que
suele también titularse Liber de vita sancti Philatrii.
Se conservan también diez sermones y algunas
homilías sobre diferentes pasajes de la Biblia entre otras, las que pronunció
el día de su consagración, muy interesante para la historia de su vida.
Dupín dice de él en su Nouvelle bibliothèque que su
estilo es sencillo pero descuidado, sus alegorías violentas, sus sermones
secos, estilo muy poco atractivo y superficial. Pero en cambio, Pablo Galearti
afirma que su estilo, aunque sencillo, es elegante, fácil y ameno.
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