Los hallazgos del análisis,
basados en una revisión de los registros de exámenes médicos y dentales de más
de 3.600 personas con hipertensión, revelan que las personas con encías más
saludables tienen una presión arterial más baja y respondieron mejor a los
medicamentos para disminuir la presión arterial, en comparación con las
personas que tienen problemas en las encías, una condición conocida como
periodontitis.
Específicamente, las personas con
enfermedad periodontal tenían 20% menos probabilidades de alcanzar niveles
saludables de presión arterial, en comparación con los pacientes con buena
salud oral.
A partir de estas conclusiones,
los autores de la investigación apuntaron que los pacientes con enfermedad
periodontal pueden necesitar un control más estricto de la presión arterial,
mientras que los diagnosticados con HTA podrían beneficiarse de una derivación
al odontólogo que controle su salud dental e indique tratamiento en caso de
detectar anomalías.
“Los médicos deben prestar mucha
atención a la salud bucal de los pacientes, en particular a aquellos que
reciben tratamiento para la HTA, e instar a aquellos con signos de enfermedad
periodontal a buscar atención”, afirmó Davide Pietropaoli, de la Universidad de
L'Aquila en Italia, investigador principal del estudio. “Asimismo, los
odontólogos deben saber que la salud bucal es indispensable para la salud
fisiológica general, incluida la cardiovascular”, añadió.
Los pacientes con periodontitis
severa tenían una presión sistólica (la “alta”) que era, en promedio, 3 mmHg
más alta que la de quienes presentaban buena salud oral. Esa diferencia de 3
mmHg es similar a la que se puede lograr al reducir la ingesta de sal en 6
gramos por día (equivalente a una cucharadita de sal, o 2,4 gramos de sodio),
apuntaron los autores del artículo.
La presencia de enfermedad
periodontal amplió aún más la brecha, hasta 7 mmHg, entre las personas con HTA
no tratada. La medicación para la presión arterial la redujo hasta 3 mmHg, pero
no la eliminó por completo, lo que sugiere que la enfermedad periodontal puede
interferir con la eficacia de la terapia de la presión arterial.
“Los pacientes con HTA
y los médicos que los atienden deben ser conscientes de que una buena salud oral
puede ser tan importante como varias intervenciones en el estilo de vida que
ayudan a controlarla, como una dieta baja en sal, ejercicio regular y control
del peso”, subrayó Pietropaoli.
Si bien el estudio no fue diseñado
para aclarar exactamente cómo la enfermedad periodontal interfiere con el
tratamiento de la presión arterial, los investigadores dicen que sus resultados
son consistentes con investigaciones anteriores que vinculan la inflamación
oral de bajo grado con el daño de los vasos sanguíneos y el riesgo
cardiovascular.
Se estima que la HTA afecta hasta
al 40% de las personas mayores de 25 años en todo el mundo. La HTA no
tratada o mal controlada puede provocar ataques cardíacos, ACV e insuficiencia
cardíaca, así como también enfermedad renal.
La investigación destaca que las
encías enrojecidas o inflamadas, el sangrado cuando se utiliza hilo dental y
los dientes que pierden gradualmente su encía o se aflojan, pueden ser
indicadores de problemas periodontales. BP
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