domingo, 22 de marzo de 2020

Los riesgos de la estrategia del Reino Unido contra el coronavirus

En los últimos días, los funcionarios del gobierno del Reino Unido tuvieron que lidiar con una gran ola de críticas y reacciones violentas. La razón detrás de esto es su política de manejo y contención del reciente brote de coronavirus. Si bien los principales eventos en todo el mundo están siendo cancelados y pospuestos, la respuesta del Reino Unido ha sido muy leve, especialmente en comparación con otros países con tasas de infección similares. La semana pasada, 60,000 personas asistieron a una concurrida carrera de caballos en Cheltenham, suroeste de Inglaterra. El gobierno recomendó recientemente que las personas mayores de 70 años se auto aíslen, lo que contrasta con las recomendaciones del consejo de la OMS: que todos deben practicar el distanciamiento social, independientemente de su edad.
Durante una entrevista con BBC Radio 4, el principal asesor científico del gobierno expresó su opinión sobre cómo reducir la transmisión utilizando el término “inmunidad colectiva”. Dos días después, el secretario de estado de salud y atención social del país tuvo que insistir ante el público preocupado de que la “inmunidad colectiva” no es la política oficial. Entonces, ¿qué es exactamente la inmunidad colectiva y por qué está causando tanta controversia?
¿Qué es exactamente la inmunidad colectiva?
En epidemiología, el número de reproducción básica de una enfermedad significa el número esperado de infecciones que puede generar un caso. En otras palabras, el número de personas que una persona puede contagiar en promedio (representado como R0). Una forma de disminuir el número de reproducción básica y detener así una epidemia es mediante la vacunación. Si es probable que una persona contagie a otras dos personas (R0 = 2), vacunar al 50% de la población y hacerla inmune sería suficiente para prevenir una epidemia. Si una persona que no está vacunada contra el sarampión, por ejemplo, está rodeada de personas que sí lo están, está protegida contra la enfermedad a pesar de no haberse vacunado.
Desafortunadamente, todavía no hay vacuna contra COVID-19. En un buen escenario donde la inmunidad colectiva contra el coronavirus ocurre naturalmente, la mayoría de las personas se contagiarían, y se recuperarían y, a partir de ese momento, serían inmunes. Esto se opone al método de distanciamiento social, cuyo objetivo es prevenir la infección tanto como sea posible. La lógica detrás de la estrategia de inmunidad natural colectiva es minimizar el riesgo de una segunda ola de coronavirus, similar al segundo resurgimiento de la gripe española en 1918.
¿Por qué puede ser peligrosa la estrategia de inmunidad colectiva?
Para lograr la inmunidad colectiva, más del 60% de un país ‘necesita’ contagiarse. Si usamos el Reino Unido como ejemplo, es una población de 66 millones de personas. Eso significa más de 40 millones de personas contagiadas. Las tasas de mortalidad se estiman actualmente en 1% a nivel mundial, dependiendo del acceso a la atención médica y otras variables. En el peor de los casos, un millón de personas podrían morir de la enfermedad antes de que se logre la inmunidad colectiva. Además, el Sistema Nacional de Salud está en riesgo de verse abrumado y sin preparación para la gran cantidad de pacientes que necesitan cuidados intensivos.
A la luz de esos riesgos, un grupo de más de 200 científicos y profesionales de la salud han expresado su preocupación en una carta abierta al gobierno. Hicieron hincapié en los peligros de este enfoque y pidieron que se tomaran medidas más estrictas de distanciamiento social. Otros expertos, como Tony Costello, ex director de la Organización Mundial de la Salud, señalaron que aún no es seguro que quienes contraen Covid-19 se vuelvan inmunes a él.
Como resultado de las severas críticas, el Departamento de Salud y Asistencia Social trató de aclarar que la entrevista de la BBC fue malinterpretada. Por el momento, parece que el gobierno británico se está alejando de la inmunidad colectiva y se está inclinando más hacia el distanciamiento social, aunque todavía no con la misma seriedad que el resto de Europa. JQ

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