A todos nos ha pasado, ir a pelar una patata y
encontrar que está llena de raíces. Ir a hacer un sofrito con cebolla y
encontrar que han crecido en ella brotes y se ha quedado seca por dentro. Para
evitar que esto se repita, sigue estos trucos que te brindamos a
continuación con los cuales conservarás perfectamente y durante más tiempo los
ajos, las cebollas y patatas.
La verdad es que tanto las patatas, como los ajos y
las cebollas suelen aguantar aptas para el consumo bastante tiempo, pero si no
las almacenamos bien, no es nada sorprendente encontrarnos con que han brotado
o directamente se han estropeado. La mejor opción es no darles mucho tiempo
para ello, gastarlas antes haciendo unas deliciosas patatas fritas, un puré o
lo que más nos guste, y cualquiera de los innumerables platos que requieren
ajos y cebollas. Pero ya que muchas veces esto no es posible, solo nos queda
aprender a conservarlos bien para tenerlos disponibles más tiempo y no tenerlos
que tirar a la basura.
Cómo evitar que ajos, cebollas y patatas broten
1. Las patatas
Estos tubérculos son uno de los productos por
excelencia, podemos encontrarlos en los hogares de medio mundo. Con ellas se
cocinan patatas fritas, cocidas, rellenas, guarniciones, ensaladas y multitud
de guisos en todo el mundo. Por ello es normal adquirirlas en sacos grandes, de
2, 3, 5 kilos o más, pero si no las conservamos adecuadamente, es probable que
alguna de ellas acabe pudriéndose, estropee las que tiene cerca y emita mal
olor por toda la cocina, o que comiencen a salir de ella raíces y se ablande
hasta resultar no apta para su consumo.
Cómo evitar que broten
Recuerda este consejo: evita que a las patatas les
de la luz. La luz es lo que más las perjudica. No olvidemos que son un
tubérculo que se desarrolla enterrado, en total oscuridad. La luz les hace
perder tamaño y consistencia, y hace que se pongan verdes y adquieran un sabor
amargo.
En segundo lugar hay otra clave: la temperatura. El
calor elevado daña rápidamente las patatas; solo un poco más que el frío
extremo. Con el calor la patata pierde agua, se oxida y llegan los brotes, y
con el frío oscurecerá y se volverá más dulce por una pérdida de almidón. La
temperatura ideal que tienes que conseguir si quieres conservar tus patatas
comestibles y con todo su sabor particular deber estar entre los 7 y 11° C. Lo
ideal es mantenerlas en un lugar cerrado al que no entre la luz, pero que a la
vez tenga una buena ventilación, que permita a las patatas respirar. Una
temperatura similar a la que puede haber en las despensas o en los sótanos,
bodegas o garajes de las casas. Para almacenarlas los recipientes más adecuados
pueden ser cajas de madera, cestas, sacos, etc. El material a evitar es el
plástico.
2. Los ajos
Con el ajo nos pasa igual, un ajo mal conservado
brotará. Y eso con suerte, porque otra opción es que sencillamente se pudra y
lo tengamos que tirar. Pelar, limpiar las cabezas de los ajos y guardar
los dientes en la nevera no es una buena idea. La humedad ayuda a que se
pudran, y el frío de la nevera a que broten.
Cómo evitar que broten
La manera idónea de conservar los ajos es, al igual
que las patatas, es en un sitio oscuro y fresco. Debes conservarlos
enteros, e ir retirando los dientes de ajo a medida que los vayas utilizando.
Esto se debe a que las capas que protegen al propio ajo son su mejor protector.
Asegúrate de que están bien secos, ¡como si fueran papel!
Si el ajo no es uno de los ingredientes habituales
en tus platos y unas pocas cabezas te duran mucho, hay otras dos formas
naturales para conservarlo.
·
En aceite: saca los dientes, límpialos bien, introdúcelos en
un frasco pequeño y cúbrelo hasta arriba de aceite.
·
Congelado: saca los dientes, límpialos bien, pica el ajo,
introdúcelo en una bolsa de cierre hermético y al congelador.
3. Las cebollas
La cebolla es una hortaliza que, junto con las
patatas y los ajos, es otro de los productos que nunca falta en nuestra cesta
de la compra, barato y que con una buena conservación resiste el paso del
tiempo más allá que otros alimentos. Pero también es frecuente ir por una
cebolla y encontrar que ha brotado, pareciendo más una palmera que la cebolla
que habíamos depositado en ese lugar, o aún más decepcionante, encontrarla
aparentemente bien pero que al partirla por la mitad descubras que por dentro
está pocha.
Cómo evitar que broten
Las cebollas no se ven tan perjudicadas por la luz
como las patatas, pero también es mejor mantenerlas sin exposición directa a la
luz, siempre fuera de la nevera, en un lugar fresco y aireado. En cuanto al
recipiente, igualmente, notaremos los beneficios de almacenarlas en cestas o
bolsas de papel ligeramente abiertas. Material a evitar: el plástico. LDG
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