Según el reglamento de la Unión Europea, hay tres
tipos de mascarillas respiratorias en el mercado: FFP1, FFP2 y FFP3 (Filtering
Face Piece, por su siglas en inglés). Pero, ¿son realmente efectivas para
protegerse del coronavirus?
Tipos de mascarilla
- Por un lado están las mascarillas quirúrgicas,
que se utilizan principalmente por los profesionales en los quirófanos, que
filtran el aire que se exhala y que por tanto contienen los agentes,
partículas, bacterias o virus se pueden transmitir a través de la respiración
hacia otras personas que están a nuestro alrededor.
- Por otro lado, las mascarillas de protección
respiratoria, que filtran el aire que se inhala del exterior. Estas
mascarillas retienen agentes, partículas, bacterias o virus que provienen del
entorno en el que nos encontremos. Están homologadas para distintas capacidades
de filtrado. Algunas incorporan una válvula de exhalación que reduce la humedad
del interior, para así proporcionar más comodidad en general y en especial a la
hora de respirar. Se dividen según la protección de su filtro entre:
FFP1: 78% de eficacia de filtración mínima, 22% de fuga
hacia el exterior. Protege de residuos no tóxicos y no fibrogénicos de polvo o
aerosoles. Impide que se inhalen estos y los olores molestos.
FFP2: 92% de eficacia de filtración mínima, 8% de fuga
hacia el exterior. Igual que la anterior ofrece protección frente a residuos no
tóxicos, sí frente a elementos fibrogénicos. De esta manera, impide que
inhalemos fluidos tóxicos de polvo, aerosoles y humos.
FFP3: 98% de eficacia de filtración mínima, 2% de fuga
hacia el exterior. Actúa contra distintos tipos venenosos y tóxicos de polvo,
humo y aerosoles. Es eficaz contra bacterias, virus y esporas de hongos.
Según los expertos de la Federación de
Distribuidores Farmacéuticos, solo la FFP2 y la FFP3 equivalen a la N95
(mascarilla homologada que recomienda la OMS para el coronavirus).
¿Qué diferencias hay entre ellas?
Tanto la FFP2 como la FFP3 están homologadas para
retener partículas de hasta 0,6 micras. Según explican desde el Servicio
Riojano de Salud, la OMS recomienda el uso para procedimientos de aislamiento o
con posible generación de aerosoles infecciosos como M. Tuberculosis,
sarampión, varicela, SRAS…, un respirador con una eficiencia de filtración de
al menos el 95% para partículas de 0,3 micras de diámetro. Este se corresponde
con el modelo de mascarilla N95, según normativa americana NIOSH. Sin embargo,
esta no se corresponde con la europea, y este nivel de protección se queda a
camino entre la FFP2 y FFP3.
Así, se recomienda el uso de las FFP2 en las
actividades con bajo o moderado riesgo, mientras que las FFP3 quedan relegadas
a circunstancias donde este sea alto. Indican además que las mascarillas con
válvula no deben utilizarse en ambientes estériles, mientras que las
autofiltrantes tienen que desecharse tras su utilización si no se pueden
limpiar de forma adecuada para volverlas a emplear. Por lo tanto, dependiendo
de para qué las vayamos tendremos que decantarnos por uno u otra opción en
función de sus características.
Consejos de uso, según la OMS
Otro aspecto a tener en cuenta es que si no
colocamos bien este artículo pierde su eficacia. Además del uso racional y
recomendado, la OMS ofrece una serie de consejos sobre cómo usar este producto
sanitario.
- Antes de ponerse una mascarilla, lávate las manos
con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
- Cúbrete la boca y la nariz con la mascarilla y
asegúrate de que no haya espacios entre tu cara y la máscara.
Evita tocar la mascarilla mientras la usas; si lo haces, lávate las manos
con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón.
- Cámbiate de mascarilla tan pronto como esté
húmeda y no reutilices las mascarillas de un solo uso.
- Para quitarse la mascarilla: quítatela por detrás
(no toques la parte delantera de la mascarilla); deséchala inmediatamente en un
recipiente cerrado; y lávate las manos con un desinfectante a base de alcohol o
con agua y jabón. YTL
No hay comentarios.:
Publicar un comentario