Las personas con sobrepeso y obesidad no solo
corren un mayor riesgo de sufrir complicaciones médicas graves, sino también
estigma social y discriminación en el trabajo, centros educativos y de salud y
por la sociedad en general.
Así apunta un nuevo estudio, publicado en la
revista Nature Medicine, que subraya cómo la 'marca' del peso puede
causar un daño considerable a los individuos afectados, incluyendo consecuencias
físicas y psicológicas.
«Sin embargo, el impacto perjudicial de este
estigma va más allá del daño a los individuos», sostienen los autores, un grupo
de 36 expertos internacionales dirigidos por Francesco Rubino, investigador del
King's College de Londres.
Por ejemplo, la opinión predominante de que la
obesidad es una elección y que puede ser totalmente revertida por decisiones
voluntarias como comer menos y hacer más ejercicio puede influir negativamente
en las políticas de salud pública, el acceso a los tratamientos y la investigación.
Además, la literatura científica indica que las personas afectadas tienen menos
probabilidades de recibir una atención adecuada. «La huella del peso daña la
salud, socava los derechos humanos y sociales y es inaceptable en las
sociedades modernas», apuntan.
Los 36 expertos, entre los cuales se encuentra el
español Antonio Torres, de la Universidad
Complutense de Madrid, examinaron las pruebas disponibles sobre las causas
y los daños del estigma del peso y elaboraron una declaración conjunta de
consenso con recomendaciones para erradicar este sesgo. Más de 100
organizaciones médicas ya han respaldado esta declaración, entre ellas la Federación Mundial de la Obesidad y las
revistas Nature Research.
«El informe es una postura sin precedentes y audaz
de la comunidad científica sobre las causas, las consecuencias del estigma del
peso y la importancia de abordar la cuestión no solo como un asunto de salud
pública, sino también como de derechos humanos y sociales», explica Rubino.
Consecuencias
del sesgo por el peso
Aparte de trazar las amplias consecuencias del
estigma del peso, esta iniciativa muestra la brecha entre la narrativa pública
de la obesidad y los actuales conocimientos científicos sobre la regulación del
peso y las complejas causas de la epidemia de esta enfermedad.
«Sugerimos que la lucha contra los estigmas del
peso requiere un esfuerzo concertado de todas las partes interesadas, incluidos
los medios de comunicación, para cambiar la narrativa de la obesidad y
asegurarse de que es coherente con las pruebas científicas», añade Rubino.
Si bien el grupo de expertos no encontró pruebas
que apoyaran el sesgo que experimentan las personas con obesidad, observaron
una serie de ideas erróneas subyacentes que pueden contribuir a estigmatizar
las actitudes.
Así, en la declaración se formulan 13
recomendaciones para poner fin a este problema, entre ellas el reconocimiento
como enfermedad crónica, la sensibilización de los trabajadores de la salud
para que reconozcan el estigma en los entornos clínicos y el aumento de la
financiación para la investigación sobre obesidad y diabetes tipo 2.
También se pide la adopción de políticas públicas
firmes para prohibir la discriminación y las desigualdades basadas en el peso.
«Debemos comprometernos a tratar a los individuos con sobrepeso y obesidad con
dignidad y respeto», concluyen los autores.
Compromiso
para eliminar el sesgo del peso
La declaración de consenso internacional incluye reconocer que: Los individuos afectados por sobrepeso y obesidad se enfrentan a una
forma omnipresente de estigma social basada en la suposición, típicamente no
probada, de que su peso corporal se deriva principalmente de una falta de
autodisciplina y responsabilidad personal.
Esta descripción no es coherente con las pruebas
científicas actuales que demuestran que la regulación del peso corporal no está
totalmente bajo control voluntario y que los factores biológicos, genéticos y
ambientales contribuyen de manera decisiva a la obesidad.
Los prejuicios y los estigmas relacionados con el
peso pueden dar lugar a la discriminación y socavar los derechos humanos, los
derechos sociales y la salud de las personas afectadas. El estigma y la
discriminación por el peso no pueden ser tolerados en las sociedades modernas.
Condenar:
* El uso de lenguaje, imágenes, actitudes, políticas
y discriminación basada en el peso que estigmatizan, dondequiera que ocurran.
Y, por último, comprometerse a:
* Tratar a los individuos con sobrepeso y obesidad
con dignidad y respeto.
* Abstenerse de utilizar un lenguaje, imágenes y
narraciones estereotipadas que describen de manera injusta e inexacta a las
personas con sobrepeso y obesidad como perezosos, glotones y faltos de fuerza
de voluntad o autodisciplina.
* Alentar y apoyar las iniciativas educativas
destinadas a erradicar los prejuicios sobre el peso mediante la difusión de los
conocimientos actuales sobre la obesidad y la regulación del peso corporal.
* Alentar y apoyar las iniciativas destinadas a
prevenir la discriminación de peso en el lugar de trabajo, la educación y los
centros de salud. BP
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