jueves, 28 de mayo de 2020

Hesiquio Palatino, Santo

Mártir, 29 de Mayo
Elogio: En Antioquía de Siria, san Hesiquio Palatino, mártir, que en la persecución bajo el emperador Diocleciano, al escuchar la orden de que quien no sacrificase a los ídolos debía abandonar el ejército, se despojó inmediatamente de las armas, y por este motivo fue arrojado al río Orontes con una gran piedra atada a su brazo derecho.

La noticia sobre este santo mártir es genuinamente antigua, si bien se han producido en los distintos martirologios algunas confusiones con el nombre y con la fecha correcta. Se lo encuentra los días 29 de mayo (breviario siríaco), 30 (Jeronimiano, y desde allí a muchos otros), 26 de agosto (martirologio siríaco), 4 de marzo y 10 de mayo (sinaxarios griegos), y otras variantes. Se trata siempre del mismo santo, aunque en algunos aparezca escrito como Hesiquio y Palatino -como si fueran dos-, en vez de Hesiquio Palatino (de hecho, en el Martirologio Romano anterior aun figuraba como dos).
«Palatino», podría ser su nombre propio, pero también podría indicar que pertenecía al personal de palacio, quizás a los soldados, tal como se conservó en su Pasión.
La tradición martirológica del Jeronimiano solo trae como elogio «que padeció muchos tormentos», sin ninguna aclaración ni de su condición de soldado, ni del modo concreto de su martirio; pero en los sinaxarios griegos se encuentra lo que posiblemente sea el resumen de una «Pasión» perdida, y que recoge el elogio del Martirologio Romano: «al escuchar la orden de que quien no sacrificase a los ídolos debía abandonar el ejército, se despojó inmediatamente de las armas, y por este motivo fue arrojado al río Orontes con una gran piedra atada a su brazo derecho».

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