La vacuna contra el coronavirus desarrollada por Pfizer y BioNTech requiere
una conservación a -70°C (con un margen de 10°C más o menos) y si bien las
empresas anunciaron que desarrollaron transportadores especiales que sólo
necesitan hielo seco y luego se pueden utilizar para almacenar por 30 días,
especialistas advierten que igual la logística será complicada en algunos
países.
En su comunicado difundido el miércoles 02/12 con el anuncio de la
aprobación para su uso de emergencia en el Reino Unido, las compañías
detallaron que “para garantizar la calidad del producto, las empresas han
desarrollado transportadores de temperatura controlada especialmente diseñados
para la vacuna candidata BNT162b2, que pueden mantener las condiciones de
almacenamiento recomendadas (-70°C ± 10°C) durante períodos prolongados de
tiempo sin ningún equipo adicional que no sea hielo seco”.
La idea de las empresas es que las dosis se envíen cuando cada país
comience la vacunación para que ninguno deba ‘almacenar la vacuna por más de 30
días’. Las empresas
detallaron que estos transportadores pueden “mantener la temperatura durante 10
días sin abrir”, en tanto que una vez abierto, el centro de vacunación puede
utilizar esos transportadores como una solución de almacenamiento temporal “hasta
30 días con re-congelación cada 5 días de acuerdo con las instrucciones de
manipulación. Una vez descongelado, la
vacuna puede almacenarse hasta cinco días en condiciones de refrigeración
(2-8°C)”, informaron.
Al respecto, Emilio Malchiodi, Profesor Titular de la Cátedra de
Inmunología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica, UBA y Director del
Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral (UBA-Conicet), señaló a Télam que
“esto es posible de implementar en las grandes ciudades y en países con cierta
infraestructura pero puede ser una complicación para muchos lugares”.
“En Argentina, por ejemplo, aunque su estructura de
vacunación es la mejor de América Latina e incluso está al nivel de los países
más desarrollados, toda la organización contempla vacunas que requieren una
conservación entre 2 y 8 grados (a excepción de la Sabin que requiere menos
20), por lo que demandaría crear de una capacidad operativa muy compleja”,
añadió. El especialista señaló que “hay
que tener en cuenta que hay muy pocos lugares que venden hielo seco, aun en la
ciudad de Buenos Aires, y muy pocas instituciones cuentan con refrigeradores de
menos de 80 grados. Por ejemplo, en la facultad
tenemos tres freezer de menos 80 pero están repletos de reactivos caros y
muestras irremplazables”, finalizó. BP
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