Mártir, 27 de Mayo
Elogio: En Silistra, Mesia Inferior, san
Julio, mártir, que, ya veterano y licenciado de la milicia, en época de
persecución de los oficiales fue apresado y entregado al gobernador Máximo,
ante el cual despreció a los ídolos y confesó hasta el fin el nombre de Cristo,
por lo que le condenaron a muerte.
País: Bulgaria - †: c. 302
San Julio,
soldado veterano, fue acusado de cristiano por sus oficiales ante Máximo, el
gobernador de la baja Mesia. Máximo residía en Durostorum (actualmente
Silistria, en Bulgaria). Poco antes habían sido martirizados Pisícrates y
Valencio, que pertenecían a la legión de Julio. A pesar de las promesas y
amenazas del juez, éste declaró que no deseaba otra cosa que morir por Cristo
para vivir eternamente con Él. Entonces, el juez le condenó a ser decapitado.
Cuando se dirigía al sitio de la ejecución, Hesiquio, otro soldado cristiano
que sufrió el martirio pocos días más tarde, le dijo: «Ten valor, y acuérdate
de mí, que voy a seguirte pronto. Encomiéndame a los siervos de Dios,
Pisícrates y Valencio, que nos precedieron en la confesión del nombre de
Jesús». Julio abrazó a Hesiquio y respondió: «Hermano querido, apresúrate a
reunirte con nosotros, pues aquellos a quienes acabas de invocar han oído ya tu
oración».
Julio se vendó los ojos con un pañuelo y dijo, al presentar el cuello al verdugo: «Señor Jesús, por cuyo nombre voy a morir, dígnate recibir mi alma entre tus santos». El martirio tuvo lugar el 27 de mayo, en Durostorum, hacia el año 302.
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