Investigadores estadounidenses han evaluado esta asociación en más de
1.400 mujeres participantes en el Framingham Heart Study a lo largo de casi 70
años.
Las mujeres que desarrollan preeclampsia durante el embarazo tienen casi
4 veces más probabilidades de sufrir un ictus más adelante en la vida que las
mujeres sin antecedentes de esta enfermedad, según científicos de Universidad
de Utah Health (Estados Unidos).
Basándose en este hallazgo, recomiendan que las mujeres que han tenido
preeclampsia sean vigiladas estrechamente en los años posteriores por sus
médicos.
“Nuestro estudio sugiere firmemente que, en el caso de
las mujeres con antecedentes de preeclampsia, los médicos deberían considerar
un tratamiento agresivo de los factores de riesgo cerebrovascular a mediana
edad, como la hipertensión arterial y los niveles elevados de colesterol y
glucosa –afirmó Adam de Havenon, autor principal del estudio-. Hacer esto
podría reducir potencialmente el riesgo de ictus en estas mujeres”.
Investigaciones anteriores han revelado una relación entre la
preeclampsia y el ictus, pero no se realizó un seguimiento de las mujeres hasta
la mediana edad ni se observó el desarrollo de factores de riesgo
cerebrovascular, como la hipertensión, el colesterol, la hiperglucemia o el
tabaquismo.
En el presente estudio, publicado en JAMA Network Open,
De Havenon y colegas analizaron los datos de 1.435 mujeres que habían dado a
luz y participaban en el Framingham Heart Study, estudio epidemiológico que
seguía a un grupo de individuos a lo largo del tiempo para determinar la
historia natural de las enfermedades cardiovasculares. La salud de las
participantes se evaluó cada 2 años, entre 1948 hasta 2016. Ninguna de las
participantes había sufrido un ictus antes de inscribirse en el estudio de
Framingham. Sin embargo, 169 tenían preeclampsia antes de inscribirse. Las que
presentaron esta enfermedad tenían más probabilidades de ser más jóvenes,
fumar, tener una presión arterial diastólica más elevada y recibir tratamiento
para la hipercolesterolemia que el resto de mujeres evaluadas.
Durante un seguimiento medio de 32 años, 231 mujeres experimentaron un
ictus. Tras tener en cuenta el desarrollo de los factores de riesgo vascular
tradicionales a lo largo del tiempo, los antecedentes de preeclampsia se
asociaron de forma independiente a un riesgo 3,8 veces mayor de sufrir un ictus
más adelante en la vida. Aunque los investigadores reconocen que aún se
desconoce mucho sobre la relación entre la preeclampsia y el ictus, sospechan
que la primera puede causar más daños a largo plazo de lo que se pensaba,
haciendo a la mujer más susceptible de sufrir un ictus a medida que envejece.
“La preeclampsia es una enfermedad complicada que
implica una lesión en el revestimiento de los vasos sanguíneos -comentó la
coautora principal Lauren Theilen-. Solíamos pensar que simplemente ocurría
mientras se estaba embarazada y que luego se curaba. Pero la preeclampsia puede
causar un daño duradero en los vasos sanguíneos”.
De cara al futuro, Theilen está explorando diversos mecanismos
fisiológicos que podrían ayudar a explicar cómo y por qué la preeclampsia,
junto con otros factores de riesgo vascular, aumenta el riesgo de ictus entre
las mujeres. BP
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