El desayuno, el almuerzo y la
cena son comidas importantes para mantener nuestro cuerpo nutrido y con energía
durante todo el día, pero una comida ha disfrutado durante mucho tiempo de la
reputación de ‘la comida más importante del día’. Sí, estamos hablando de
desayuno. Desde la infancia, se nos advierte que no nos saltemos el desayuno, y
esta idea tiene sus raíces en la verdad. Se ha descubierto que saltarse el
desayuno repetidamente ralentiza el metabolismo, aumenta los niveles de
cortisol y causa dificultad para concentrarse. Un metaanálisis reciente, un
análisis estadístico que combina los resultados de múltiples estudios
científicos, publicado en el Journal Clinical Nutrition, solidificó aún más la importancia
del desayuno, cuando reveló una clara correlación entre saltarse el desayuno y
las enfermedades cardíacas. Después de analizar a más de 221,730 participantes,
los investigadores encontraron que pasar el desayuno elevaba el riesgo de enfermedad
cardiovascular en un 22%. Estos resultados confirman los hallazgos de un
metanálisis similar realizado en 2019. El estudio anterior, que se publicó en
el Journal of Cardiovascular Development and Disease, analizó los datos de
cuatro estudios diferentes de los EEUU y Japón y encontró que aquellos que
regularmente se saltaban el desayuno tenían un 21% más de probabilidades de
sufrir enfermedades cardiovasculares que los participantes que desayunaban con
regularidad. Además, las personas que se saltan el desayuno también tienen más
probabilidades de morir por problemas relacionados con el corazón y un ataque
cardíaco en particular. Otro estudio del mismo año analizó los hábitos
alimenticios de 113 pacientes con ataque cardíaco y encontró que aquellos que
tendían a saltarse el desayuno y cenar cerca de la hora de acostarse tenían de
cuatro a cinco veces más probabilidades de morir, sufrir otro ataque cardíaco o
experimentar angina en 30 días después de ser dado de alta del hospital.
¿Por qué el desayuno tiene un efecto tan drástico en la salud de nuestro
corazón?
La palabra desayuno significa
literalmente romper el período de ayuno de la noche anterior. Cuando no
desayunamos, prolongamos ese período, y más tarde, cuando comemos, tendemos a
‘deleitarnos’ con comidas más pesadas y con más calorías para ‘compensarlo’. Se
ha comprobado que comer grandes porciones de alimentos en intervalos
prolongados puede resultar en colesterol alto y presión arterial y azúcar en
sangre elevados, en comparación con picar comidas más pequeñas con más
frecuencia. Desafortunadamente, estas tres complicaciones son factores de
riesgo de enfermedad cardíaca. Son causados por la tensión adicional en el
cuerpo durante las pocas veces que una persona come, según Eric Rimm, profesor
asociado de nutrición en la Escuela de Salud Pública de Harvard. El tipo de
comida que consume una persona durante el desayuno también puede ser un factor.
Por lo general, la mañana es cuando la mayoría de las personas tienden a comer
una comida saludable. “Al omitir una comida que generalmente contiene fibra o
fruta o yogur, se está perdiendo una ocasión en la que las personas pueden
obtener nutrientes saludables”, dijo Rimm. Dado el riesgo para la salud del
corazón y los otros beneficios para la salud que ofrece el desayuno, está claro
que es una comida esencial y la mayoría de las personas lo saben. Una encuesta
realizada en 2009 encontró que el 93% de los estadounidenses están de acuerdo
en que el desayuno es la comida más importante del día. Sin embargo, existe una
aparente brecha entre las creencias de las personas y sus acciones. Una
encuesta de 2019 encontró que el estadounidense promedio desayuna solo tres
veces a la semana, mientras que el 13% de los participantes dijo que rara vez,
o nunca, desayuna. Dada toda esta información, te instamos a que conviertas el
desayuno en un hábito, si aún no lo es. ¡Buen provecho! YTL
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