La representación en Argentina de la Organización Panamericana de la
Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS) ‘celebró’ el dictamen
favorable ‘con amplia mayoría’ obtenido por la ley de etiquetado frontal en la
Cámara de Diputados, por tratarse de ‘un paso fundamental para una alimentación
más saludable’.
“El dictamen favorable al proyecto aprobado en el
Senado con la inclusión del perfil de nutrientes en el etiquetado es un paso
fundamental para una alimentación más saludable, con un impacto importante en
disminuir la obesidad y la carga de muerte por enfermedades no transmisibles en
Argentina”, afirmó el Representante interino de la OPS/OMS, Paolo Balladelli,
en un comunicado.
La Cámara baja emitió el martes dictamen positivo para al proyecto de
Ley de Alimentación Saludable, tras su tratamiento en el plenario de las
comisiones de Legislación General, de Salud, de Industria y de Defensa del
Consumidor.
El proyecto había recibido media sanción del Senado el pasado 26 de
noviembre, quedando de este modo cumplimentando el paso previo para su
tratamiento en el recinto de Diputados y aprobación definitiva.
“El proyecto de ley capitaliza las experiencias y
evidencias generadas a nivel nacional e internacional con relación al
etiquetado frontal de alimentos, al mejoramiento de los entornos alimentarios
escolares y a la protección de la población infantil de la publicidad de
productos no saludables”, dice el comunicado.
La organización recordó que “varios países de la región han avanzado con
regulaciones similares”, y en Argentina la “OPS sigue brindando apoyo para que
el proyecto de ley logre su aprobación sin modificaciones y se convierta en
ley”.
El Modelo de Perfil de Nutrientes de la OPS que toma la iniciativa “establece
umbrales para la clasificación de productos alimenticios procesados y
ultraprocesados con relación a sus cantidades de azúcares, grasas, grasas saturadas,
grasas trans y sodio y está basado en las metas de ingesta de nutrientes de la
población de la OMS”, que se ajustan de acuerdo con las necesidades energéticas
de las personas y también tiene en cuenta las dietas equilibradas para cada
grupo etario.
Este modelo no se aplica a los alimentos frescos, naturales o
mínimamente procesados como frutas, verduras carnes, pollo, pescado, arroz,
fideos secos, polenta, harinas y legumbres, ni tampoco a los ingredientes para
cocinar como aceite y sal de mesa o el azúcar.
“Es una herramienta para la formulación y aplicación de
diversas estrategias reglamentarias relacionadas con la prevención y el control
de la obesidad y el sobrepeso, como la restricción de la comercialización de
alimentos y bebidas poco saludables a los niños, la reglamentación de los
alimentos en el entorno escolar, y el uso de etiquetas de advertencia en el
frente del envase, entre otras”, dijeron desde el organismo. BP
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