sábado, 5 de noviembre de 2022

Gonorrea, ¿la epidemia silenciosa?

La OMS revela que se diagnostican 82 millones de casos de gonorrea cada año. Esta cifra ha crecido de manera exponencial en la última década en casi todas las regiones. 
En los Estados Unidos en 2020, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informaron un total de 677.769 casos de gonorrea. Las tasas de gonorrea notificadas aumentaron un 111% desde el mínimo histórico de 2009.
 La gonorrea es la segunda enfermedad de transmisión sexual más frecuente, la primera es la clamidia, con decenas de millones de casos anuales a nivel global. La diferencia es que los casos de clamidia han ido bajando en esta década. 
Las tasas de gonorrea reportadas aumentaron en la mayoría de los grupos étnicos raciales/hispanos, y los mayores aumentos se observaron entre las personas negras/afroamericanas no hispanas y las personas no hispanas de varias razas. 
Qué es la gonorrea 
La gonorrea es causada por la bacteria Neisseria gonorrhoeae, que puede transmitirse a través del sexo vaginal, oral y anal. A veces llamada ‘the clap’, la enfermedad ha afectado a los humanos al menos desde los tiempos medievales. 
La mejor manera de evitar la gonorrea y otras ETS es no tener sexo vaginal, anal u oral en absoluto. Pero la mayoría de las personas tienen relaciones sexuales en algún momento de sus vidas, por lo que es importante saber cómo tener relaciones sexuales más seguras. Y usar protección cuando tienes relaciones sexuales realmente ayuda a reducir las posibilidades de contraer una ETS. 
Hacerse pruebas de detección de ETS con regularidad es otra forma importante de mantenerse saludable. 
La gonorrea puede curarse con antibióticos, pero si se deja sin tratar, puede causar infertilidad o enfermedad pélvica inflamatoria, y aumentar el riesgo de contraer o transmitir VIH. A menudo las mujeres no saben que están infectadas, porque muchas no experimentan síntomas. 
Los síntomas típicos en hombres incluyen secreción del pene o sensación de ardor al orinar. Pero no todos los hombres experimentan estos síntomas. 
La azitromicina y la ceftriaxona funcionan de manera combinada para destruir el ciclo de reproducción de la bacteria Neisseria gonorrhoea, que causa la infección. Sin embargo, autoridades sanitarias de varios países han estado reportando que algunos tratamientos no están dando resultado. 
Ésta es una batalla más de la guerra que la salud pública mundial está teniendo contra las bacterias multirresistentes.
 Lo que ocurre es que producto del abuso de recetas de antibióticos, sumado a que muchas veces no se toman bien —no se cumple con los 10 días habituales de tratamiento— las bacterias se van acostumbrando a la medicación y van generando lo que se conoce como ‘resistencia’.
 Además, muchas personas no reciben tratamiento —de los casos en el país sólo la mitad llegan a tratarse— lo que hace que la bacteria circule más y se fortalezca. 
El resultado es una bacteria súper resistente, contra la cual los antibióticos existentes se vuelven ineficaces. HD

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