Obispo, 06
de Noviembre
Elogio: En
Rennes, de la Bretaña Menor, san Melanio, obispo, que pasó al encuentro del
Señor en el lugar llamado Placio, a la vera del río Vicenon, donde él mismo,
con sus propias manos, había construido una iglesia y congregado a monjes para
el servicio de Dios.
País: Francia - †: c. 530
Melanio nació
en Placet, de la región bretona de Brain. En razón de que había servido a Dios
con gran fervor en un monasterio, fue obligado por el clero y el pueblo de
Rennes a aceptar la consagración episcopal, en cuanto murió el obispo san
Amando. Al ocupar su cargo desempeñó un papel muy importante en la redacción de
los cánones del sínodo de Orléans el año 511. Junto con los obispos Licinio de
Tours y Eustoquio de Angers, san Melanio escribió una carta en la que reprendía
a dos sacerdotes bretones llamados Lovocato y Catierno, que vagabundeaban de un
sitio a otro. En la carta, escrita por todos ellos para dar mayor autoridad a
su intervención, advierten a los destinatarios contra dos tipos de abusos: ante
todo reprueban a los sacerdotes extranjeros e itinerantes que, con un altar
portátil, van celebrando misa de casa en casa; el segundo abuso criticado es el
empleo de mujeres, que son además conhospitae (cohabitan con el clero), durante
la celebración de la eucaristía, considerando esta práctica de la participación
de las mujeres en el ministerio como algo que se remonta al influjo de alguna
herejía griega. Ya en nuestra época, se ha cuestionado que esa práctica
provenga del influjo griego, y se ha propuesto más bien que fuera una
influencia de la religión celta.
Las virtudes más características del santo eran la humildad y el espíritu de oración. Su biógrafo afirma que realizó numerosos milagros. El rey Clodoveo, después de su conversión, llegó a tenerle en alta estima. San Melanio murió antes del año 549, en un monasterio que había fundado en Placet. Fue sepultado en Rennes, donde su fiesta se celebra todavía. Antiguamente, se celebraba también en Mullion de Cornwall, en donde había suplantado a san Moliano como patrón de la ciudad.
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