jueves, 4 de diciembre de 2025

Día litúrgico: Viernes I (A) de Adviento

Texto del Evangelio (Mt 9,27-31): Cuando Jesús se iba de allí, al pasar le siguieron dos ciegos gritando: «¡Ten piedad de nosotros, Hijo de David!». Y al llegar a casa, se le acercaron los ciegos, y Jesús les dice: «¿Creéis que puedo hacer eso?». Dícenle: «Sí, Señor». Entonces les tocó los ojos diciendo: «Hágase en vosotros según vuestra fe». Y se abrieron sus ojos. Jesús les ordenó severamente: «¡Mirad que nadie lo sepa!». Pero ellos, en cuanto salieron, divulgaron su fama por toda aquella comarca.
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy vemos a Jesús devolviendo la vista a dos ciegos. ¡Qué regalo tan grande! ¿Te lo imaginas? Eso mismo ha hecho Dios con nosotros a través de la Navidad: nació y vivió con nosotros, contándonos muchas cosas de su Vida que nunca habríamos sabido. La más importante: en Dios hay tres Personas (Padre, Hijo y Espíritu Santo).
—Jesús ahora nos pide fe en su Palabra. A los ciegos les pregunta: «¿Creéis que puedo hacer eso?». Y a ti: ¿confías en mí?

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Lectura y matemáticas para prevenir el envejecimiento cognitivo…

Las personas que utilizan regularmente habilidades matemáticas o de lectura no experimentan un deterioro cognitivo relacionado con la edad, según un nuevo estudio desarrollado por la Universidad de Stanford y publicado en Science Advances.
El equipo encontró que, para la mayoría de los individuos, las habilidades cognitivas aumentan hasta los 40 años, antes de comenzar a declinar. Sin embargo, para aquellos con un uso por encima del promedio de estas prácticas en el trabajo o en el hogar, no se observa ninguna disminución.
Estos hallazgos sugieren que el declive cognitivo con la edad no es inevitable, lo que podría ayudar a aliviar las preocupaciones económicas en países con poblaciones envejecidas y un mercado laboral en disminución. Investigaciones anteriores indicaban que los niveles de habilidades cognitivas comenzaban a disminuir en la adultez temprana, pero estos estudios se basaban en datos transversales de diferentes cohortes de adultos, en lugar de seguir a la misma población a lo largo del tiempo, lo que se conoce como estudio longitudinal.
Habilidades lingüísticas y matemáticas
Los expertos analizaron datos del Programa para la Evaluación Internacional de Competencias de Adultos (PIAAC), que evaluó habilidades lingüísticas y matemáticas en una población alemana de 16 a 65 años, y luego reevaluó a una gran muestra del grupo 3,5 años después. Los participantes también informaron con qué frecuencia realizaban actividades como leer correos electrónicos o calcular costos en el trabajo o en el hogar.
Después de ajustar los errores, los investigadores determinaron que las habilidades promedio de lectura y matemáticas aumentaban hasta los 40 años, antes de declinar. No obstante, las personas con una frecuencia de uso de habilidades por encima de la mediana en el trabajo o en el hogar no mostraron ningún declive con la edad.
Para los trabajadores con un uso por encima del promedio, los niveles de habilidad aumentaron consistentemente más allá de los 40 años antes de estabilizarse. Los autores también señalaron que las habilidades matemáticas disminuyeron más bruscamente en las mujeres que en los hombres con la edad.
“Estos resultados sugieren que las relaciones entre la edad y las habilidades de los adultos merecen atención en las políticas públicas, en consonancia con las preocupaciones sobre la necesidad de un aprendizaje continuo a lo largo de la vida”, comentaron los autores. BP

Corona de Adviento – La templanza…

“No vayas detrás de tus pasiones, tus deseos refrena” (Si 18,30).
El Catecismo de la Iglesia Católica (n. 1809) nos dice: “La templanza es la virtud moral que modera la atracción de los placeres y procura el equilibrio en el uso de los bienes creados. Asegura el dominio de la voluntad sobre los instintos y mantiene los deseos en los límites de la honestidad”.
Esta virtud no siempre es bien entendida. Algunos la minusvaloran como si fuera algo de caracteres débiles, pusilánimes o apocados. Otros la reducen mucho y no le dan toda la amplitud que ella tiene en la formación del hombre virtuoso. Veamos esto un poco más detenidamente.
En los días que vivimos, nuestra sociedad ha olvidado muchas cosas, aunque quizá lo que ha olvidado con mayor facilidad es a dominar sus pasiones, precisamente porque estas son lo más natural y primitivo en el ser humano. Hoy se abusa de la comida, del alcohol, del sexo, de las drogas, de la violencia, es decir, de todo aquello relacionado con los cinco sentidos que puede ser necesario como es el caso del alimento para la conservación del individuo y de las funciones sexuales para la conservación de la especie, o que incluso que no son necesarias, como es el caso de las drogas.
Hoy se achaca a los cristianos y más directamente a los católicos que no sabemos vivir porque no sabemos disfrutar la vida y sus placeres. Se mira a la Iglesia Católica con sospecha y se le echa en cara predicar una religión de lo prohibido: “no hagas, no digas, no pienses, no desees…” Pareciera que hoy los católicos estamos sobrando en un mundo que ha renunciado a mantener los tabúes de antes, y, según ellos, mantenemos estúpida y fanáticamente unos comportamientos y unas reglas aparentemente superadas. Vivimos en un siglo en el que la vergüenza ya no existe porque las acciones culpables ya no son consideradas como vergonzosas, y en el que la honestidad, que es la “disposición de lo perfecto para lo mejor” (Aristóteles), brilla por su ausencia. Cuántos de nosotros hemos olvidado de sentir pudor por nuestras faltas, dominados por el espíritu imperante; cuántas veces la sociedad acepta vicios, alentándonos a caer en ellos a través principalmente de los medios de comunicación, de las películas y de los anuncios.
Esto nos lleva a hablar del placer, porque en sentido genérico la virtud de la templanza se asocia al término ‘temperantia’ relacionado con la moderación. A la templanza le corresponde regular los actos humanos que requieren moderación o contención. Dios, nuestro Creador, lo hizo todo bien y asoció a unos actos humanos concretos una especie de recompensa que se obtiene al llevarlos a cabo. De esa forma sabiamente determinó que los actos repetitivos necesarios para la vida como el comer y el reproducirse, entre otros, lejos de ser enojosos, cansinos o dolorosos fueran placenteros.
Hasta aquí la sabiduría de Dios es perfecta. Pero he aquí que el gran “sabio de este mundo”, la creatura humana, decidió corregir la plana al Creador y demostrarle que no es necesario mantener la relación intrínseca que Él determinó entre el acto y el placer, y así buscó disfrutar del placer evitando las cargas y las responsabilidades de los actos implicados.
Volvamos a nuestro mundo y démonos cuenta cómo muchas personas han dejado de practicar la virtud de la templanza, que es precisamente la que nos ayuda a moderar y a equilibrar los deseos de placer a los que nuestra naturaleza tiende. El apetito natural puede llevar a la persona a realizar actos que sobrepasen la norma de la razón, elevando el plano animal sobre el plano racional. Por eso la templanza debe moderar y rectificar ese apetito natural, manteniendo el justo medio, para que no pervierta el orden de la razón. Ciertamente Dios, que puso este orden entre el acto y el placer, puso también el orden en nuestras facultades: las superiores –inteligencia y voluntad– nunca pueden estar por debajo de las inferiores –sensibilidad, sentimientos, emociones.
Ahora bien, en nuestro tiempo la palabra ‘templanza’ se ha ido reduciendo mucho hasta llegar a identificarla en ocasiones con la moderación en el comer y en el beber. La virtud de la templanza es algo mucho más amplia y de mucha mayor categoría. Es, como indicamos arriba, una virtud cardinal que conduce a la Vida.
Asimismo se ha entendido la templanza como la moderación de la pasión de la ira. Al airado se le aconseja que se modere y que no dé rienda suelta a su enojo, pero de nuevo aquí se vuelve a reducir el entorno de esta gran virtud considerándola exclusivamente como un refrenamiento de impulsos. Hay que evitar esta consideración reduccionista que nos podría llevar a ser personas tímidas, apocadas, pusilánimes, cuando en realidad un apasionamiento bien dirigido siempre es el mejor camino para emprender grandes obras y elevadas empresas.
Un tercer reduccionismo lo encontramos cuando vinculamos la templanza al miedo y a la prevención ante cualquier clase de exaltación. Pero entonces ¿dónde quedarían las valiosas y reconocidas acciones de los héroes y los santos? Siempre se les podría tildar de exaltados, fanáticos, radicales, es decir de intemperantes.
Entonces ¿qué es la templanza y cómo debemos practicarla en nuestra vida? Indicaré algunas notas que por sentido de brevedad no expondré ampliamente:
1. Orden en el interior del hombre: el primer efecto de la templanza es la tranquilidad de espíritu o de ánimo, entendiendo por espíritu el lugar interno donde la persona humana toma las decisiones. Realizar el orden en el propio yo. Actuar con templanza quiere decir que el hombre se enfoca sobre sí y sobre su situación interior conformándola con sus principios morales.
2. Convertirse a sí mismo: es misterioso el hecho de que el orden interior del hombre no sea algo que se dé de forma espontánea, como una realidad natural. Las mismas fuerzas que alimentan la vida humana pueden pervertir el orden interior. La templanza nos ayuda por medio de la reflexión, examen y actuación a poner en orden el desorden interior provocado.
3. Defender este orden interior restaurado contra nuestras propias pasiones practicando:
a. la sobriedad en los deleites del gusto,
b. la castidad frente a la lujuria,
c. la mansedumbre y dulzura frente a las tentaciones de vengar una injusticia,
d. la humildad ante el instinto de dominio y la propia valoración personal,
e. la discreción ante el instinto de la curiosidad y el ansia de conocer.
A modo de conclusión sobre este tema de la templanza propondría algunas líneas prácticas que nos ayudarán a tomarla más en cuenta en nuestra vida diaria:
1. No te rijas por las modas del momento o por los comportamientos grupales impuestos: sé tú mismo con tus propias convicciones personales y cristianas.
2. Adquiere el hábito de la reflexión. No actúes al primer impulso: eso no es espontaneidad ni libertad, eso es irracionalidad.
3. La moral no la impone la mayoría ni las leyes civiles. La moralidad de cualquier acción la juzga la conciencia individual rectamente formada a la luz de la recta razón y de la fe.
4. Examina con frecuencia tu conciencia reflexionando sobre tus actos, descubriendo a tiempo los desórdenes internos y jerarquizándolos. Esto dará paz y serenidad a tu vida.
5. Sé humilde, bondadoso y discreto en tu relación con los demás, esto te hará crecer y te llenará de fuerza y seguridad en ti mismo.
6. Usa el sacrificio, como medio para dominar tus propios impulsos, incluso en cosas o acciones lícitas. Esto te ayudará a tener un espíritu más dispuesto para que cuando se presente la tentación puedas salir triunfante. MALl

Si algún día te pierdes... 01

Cuando no estemos... 01

04 de Diciembre...

Buenos días... 2025-317

miércoles, 3 de diciembre de 2025

Día litúrgico: Jueves I (A) de Adviento

Texto del Evangelio (Mt 7,21.24-27): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No todo el que me diga: ‘Señor, Señor’, entrará en el Reino de los cielos, sino el que haga la voluntad de mi Padre celestial. Así pues, todo el que oiga estas palabras mías y las ponga en práctica, será como el hombre prudente que edificó su casa sobre roca: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, y embistieron contra aquella casa; pero ella no cayó, porque estaba cimentada sobre roca. Y todo el que oiga estas palabras mías y no las ponga en práctica, será como el hombre insensato que edificó su casa sobre arena: cayó la lluvia, vinieron los torrentes, soplaron los vientos, irrumpieron contra aquella casa y cayó, y fue grande su ruina».
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy Jesús nos pide que seamos obedientes a la voluntad de su Padre Dios. Si amas a tus padres, entonces obedeces a tus padres; si amo a Dios, quiero obedecer a Dios.
—En Navidad admiramos la obediencia del Hijo de Dios. Para curar nuestras desobediencias, el Hijo del Padre se hizo hombre: Jesús de Nazaret, Dios y hombre verdadero. Él amó la voluntad del Padre hasta dar su vida en la Cruz por nuestra salvación.

Un lugarcito...

Hermosa música nostálgica - Flauta y guitarra para relajarse...

La forma en que amamos - El lago de Como y la belleza atemporal de la Italia de los años sesenta...

La detección temprana del Alzheimer podría comenzar con la nariz…

La mayoría de la gente piensa que la pérdida de memoria es el primer signo del Alzheimer, pero ¿qué pasaría si las señales de advertencia comenzaran mucho antes, y justo debajo de tus narices? Resulta que tu olfato podría revelar mucho más sobre tu cerebro de lo que crees. Una nueva investigación sugiere que una simple prueba de rascar y oler podría ayudar a detectar el Alzheimer mucho antes de que la memoria empiece a fallar.
Un grupo de investigadores del Hospital General de Massachusetts ha estado trabajando en una prueba de olfato que podría hacer precisamente eso: detectar discretamente cambios cognitivos tempranos, incluso antes de que notes algo extraño.
El estudio, publicado en Scientific Reports, presenta una revolucionaria prueba de olfato casera conocida como AROMHA. Este innovador enfoque busca abordar un desafío importante en la medicina: la necesidad de métodos asequibles y no invasivos para detectar la enfermedad de Alzheimer antes de que aparezcan los síntomas.
Lo que el olfato nos dice sobre el cerebro
El olfato no se trata solo de percibir el aroma de la cena o de percibir un perfume. Las partes del cerebro que procesan los olores están estrechamente vinculadas a las áreas responsables de la memoria y el pensamiento. Estas áreas se encuentran entre las primeras en verse afectadas en la enfermedad de Alzheimer. Mucho antes de que aparezcan los problemas de memoria, pequeños cambios empiezan a arraigarse en esos circuitos, a veces hasta 20 años antes de que aparezcan los síntomas.
Esto convierte al olfato en una herramienta interesante para detectar cambios cerebrales de forma temprana. Los científicos saben desde hace años que la pérdida del olfato es común en diversas enfermedades neurológicas. Lo que está cambiando ahora es cómo podemos aplicar ese conocimiento de forma práctica.
Descubre la prueba AROMHA: rasca, huele y piensa
La prueba desarrollada para esta investigación se llama AROMHA y es sorprendentemente sencilla. Se envía por correo un juego de tarjetas de olor. Cada una tiene una etiqueta con un olor. Solo hay que despegar, oler y seguir las instrucciones en línea.
Pero no se trata solo de reconocer el olor. La prueba también evalúa la capacidad de una persona para distinguir diferentes olores, su intensidad y si puede recordarlos más adelante. Incluso incluye una autoevaluación integrada: tras responder, los participantes evalúan su nivel de confianza en su elección. Este tipo de autoconciencia se ha vinculado a la rapidez con la que se producen los cambios cerebrales, lo que añade un nuevo nivel de información.
Lo que descubrió el estudio
Los investigadores analizaron a más de 180 personas, incluyendo aquellas con función cerebral sana, algunas con problemas de memoria pero con resultados normales en las pruebas, otras con deterioro cognitivo leve (DCL) y algunas con pérdida de olfato diagnosticada.
Lo que más llamó la atención fue la gran dificultad que tenían las personas con DCL para identificar y reconocer olores. Esta disminución no se debió solo a la edad. Si bien es normal que el olfato se desvanezca un poco con el tiempo, el deterioro en este grupo fue más pronunciado, lo que sugiere algo más que el envejecimiento laboral.
También hubo un grupo con pérdida total del olfato, y sus puntuaciones rondaron los niveles de incertidumbre, lo que demuestra que la prueba cumplía su función: medir la capacidad olfativa real.
Fácil de realizar, sin importar dónde te encuentres
Un aspecto interesante de la prueba fue su flexibilidad. Las personas la realizaron en diferentes entornos: en casa, a solas, durante una sesión remota con un investigador o en persona. Independientemente de cómo la realizaran, los resultados se mantuvieron constantes. El idioma tampoco influyó; funcionó bien tanto en inglés como en español.
Y a pesar de lo que se suele suponer sobre la tecnología y los adultos mayores, la mayoría de las personas mayores de 55 años pudieron realizar la prueba sin problemas. Esto es importante, ya que abre la puerta a que una prueba como esta forme parte de la atención médica de rutina: sencilla, accesible y económica.
¿Por qué esto podría cambiar la forma en que realizamos la detección del Alzheimer?
Hoy en día, muchas personas no se hacen la prueba hasta que los problemas de memoria ya están afectando su vida diaria. Pero para entonces, el daño ya está muy avanzado. Detectar los problemas a tiempo podría abrir la puerta a nuevos tratamientos, o incluso permitir que las personas participen en ensayos clínicos mientras sus cerebros aún están en mejor forma.
Una prueba de olfato podría convertirse con el tiempo en una parte normal de los chequeos médicos para personas mayores de cierta edad, al igual que los controles de colesterol o presión arterial. También es posible que diferentes problemas olfativos ayuden a distinguir diferentes afecciones cerebrales: el Alzheimer suele causar dificultad para identificar olores, mientras que el Parkinson tiende a reducir el olfato en general.
Y como la prueba se puede realizar en casa, podría ayudar a personas en zonas con acceso limitado a especialistas. Esto hace que la detección temprana sea más realista para un grupo mucho más amplio de personas.
El panorama general
Aún queda mucho por hacer antes de que este tipo de prueba se convierta en una práctica habitual. Pero es un paso emocionante. Demuestra que nuestro sentido del olfato podría hacer más que guiarnos hacia la comida o advertirnos sobre peligros: podría detectar silenciosamente cambios cerebrales mucho antes de que aparezcan problemas de memoria. JQR

Cristo en la ciudad – Esperando el ‘ADVIENTO’…

‘El primer destello’.
Algunos días comienzan sin avisar. No traen promesas nuevas ni cambios visibles, sólo esa sensación tenue —como un susurro— de que algo se está acomodando por dentro.
Hoy fue uno de esos días.
Abrí la ventana y la ciudad seguía igual que siempre: tráfico, prisas, voces mezcladas. Pero en medio del ruido había una calma rara, casi antigua, que no venía de afuera sino de una rendija muy pequeña dentro de mí.
Pensé entonces que, quizá, los días importantes no llegan con estruendo. Llegan despacio.
Como una luz que apenas se atreve a entrar por debajo de la puerta.
Y me descubrí agradeciendo. No por grandes cosas, sino por las pequeñas que pasan desapercibidas: el aire fresco, una llamada pendiente, el pan caliente, la mirada de alguien que no me olvida.
Agradecí incluso lo que dolió este año, porque entendí que no me dejó igual. Y a veces no ser el mismo es una forma de empezar.
No sé si este día significa algo. A lo mejor no. Pero también podría ser el primer destello de algo que está por nacer. Y por si acaso, decidí estar atento. RM

Soledad... 06

03 de Diciembre - Día Internacional de las Personas con Discapacidad... 03

03 de Diciembre...

Buenos días... 2025-316

martes, 2 de diciembre de 2025

Día litúrgico: Miércoles I (A) de Adviento

Texto del Evangelio (Mt 15,29-37): En aquel tiempo, pasando de allí, Jesús vino junto al mar de Galilea; subió al monte y se sentó allí. Y se le acercó mucha gente trayendo consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos; los pusieron a sus pies, y Él los curó. De suerte que la gente quedó maravillada al ver que los mudos hablaban, los lisiados quedaban curados, los cojos caminaban y los ciegos veían; y glorificaron al Dios de Israel.
Jesús llamó a sus discípulos y les dijo: «Siento compasión de la gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Y no quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino». Le dicen los discípulos: «¿Cómo hacernos en un desierto con pan suficiente para saciar a una multitud tan grande?». Díceles Jesús: «¿Cuántos panes tenéis?». Ellos dijeron: «Siete, y unos pocos pececillos». El mandó a la gente acomodarse en el suelo. Tomó luego los siete panes y los peces y, dando gracias, los partió e iba dándolos a los discípulos, y los discípulos a la gente. Comieron todos y se saciaron, y de los trozos sobrantes recogieron siete espuertas llenas.
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy vemos a Jesús curando a muchos enfermos y dando de comer a muchas personas que tenían hambre. Dios quiere curarnos y alimentarnos a todos. Por esto Jesús va a nacer en Navidad: se acerca a nosotros para salvarnos a todos; quiere llevarnos a la casa eterna del Padre.
—¿Puede Jesús salvar a todos los hombres? Sí, porque es Dios. Entonces, ¿cómo es que todavía hay tantos males en el mundo? Porque todavía no le hemos acogido. ¿Quieres tú recibirle de verdad?

Universo literario - Si pudieras, amor...

Música de mandolina italiana suave y relajante – Un hermoso paseo por la costa amalfitana...

Richard Clayderman - Mar de lágrimas...

Las 5 medidas principales para prevenir el cáncer de piel...

El cáncer de piel comienza como una proliferación de células en la piel, las cuales pueden invadir y destruir los tejidos sanos del cuerpo, mientras que, a veces, las mismas pueden desprenderse y diseminarse a otras partes del cuerpo.
Este tipo de cáncer puede ser causado por la exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol o de camas de bronceado, mientras que se manifiesta como lunares nuevos o cambiantes, llagas que no cicatrizan o crecimientos con color, tamaño, forma o textura inusuales.
En el marco de la Campaña Nacional de prevención del cáncer de piel, un informe del Hospital Británico advierte sobre la incidencia de esta enfermedad en nuestro país, la importancia de las medidas para prevenir el daño solar, así como la revisión de los lunares.
“El cáncer de piel tiene una tasa de incidencia de 212 casos por 100.000 habitantes (considerando ambos sexos y todos los tumores a excepción de piel no melanoma), cifra que la posiciona dentro de los países del mundo con incidencia de cáncer media-alta, ubicándola a su vez en el séptimo lugar en Latinoamérica”, advierte el Dr. Gabriel Noriega, jefe del Servicio de Dermatología del citado centro de salud.
En este sentido, el especialista señala: “Las dos causas principales que generan el cáncer de piel, el más común en el ser humano, son los rayos ultravioletas (UV) del sol y el uso de camas solares. Como el daño solar es acumulable, las exposiciones reiteradas e indiscriminadas producen a largo plazo un envejecimiento prematuro, lesiones precancerosas y esta enfermedad”.
“Si el cáncer de piel se detecta a tiempo, puede tratarse con altas probabilidades de curación, incluso en etapas tempranas cuando aún el tumor no se ha desarrollado”, resalta el Dr. Noriega.Las 5 principales medidas de prevención son:
1.  Evitar el sol directo de 10 a 16 hs.
2. Utilizar ropa que cubra el cuerpo, lentes con protección UV y sombreros.
3. Usar protector solar igual o mayor a FPS 30. Hay que reponerlo cada 2 horas si se transpira o nos mojamos mucho.
4. Los protectores solares FPS 50 son muy útiles en personas con antecedes en cáncer de piel.
5. Si la piel se pone roja, es por el efecto de los rayos solares. El bronceado es un mecanismo de defensa de la piel.
¿Cuándo hay que realizar consulta por los lunares?
“Los lunares o nevos melanocíticos son comunes a todas las personas. Pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo y en todas las edades, siendo más frecuentes en los primeros 20 años de vida. Frecuentemente son de color amarronado, de bordes regulares y de un tamaño menor a 5-6 mm. Pueden comenzar como una mancha y con los años hacerse sobresalientes, perder el color y, en ocasiones, tener pelos”, precisa el profesional.
Los nevos atípicos o displásicos suelen ser de más de 6 mm, forma levemente asimétrica, varios tonos de marrón o rosados, mostrando un aspecto raro.
Los lunares debemos chequearlos:
• Si apareció recientemente y es llamativo
• Cuando crece continua o abruptamente
• Si cambia de color
• En caso de erosión, picazón, sangrado o costra sobre el lunar. BP

Corona de Adviento - La justicia…

“Dar a cada quien lo suyo”. Así se ha definido siempre la justicia.
Si vamos a la etimología, justicia proviene del sustantivo latino ‘ius’, que significa derecho. Es justo el hombre que concede a cada uno sus derechos, lo que le es debido por ser lo que es en todos los órdenes. Por tanto, la justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a los demás lo que les es debido.
La justicia es un valor que acompaña el ejercicio de la correspondiente virtud moral cardinal. Desde el punto de vista subjetivo, la justicia se traduce en la actitud determinada por la voluntad de reconocer al otro como persona. Desde el punto de vista objetivo, este valor y virtud constituye el criterio determinante de moralidad en el ámbito intersubjetivo y social.
Hoy la justicia se muestra particularmente importante en el contexto actual, en que el valor de la persona, de su dignidad y de sus derechos, está seriamente amenazado por la generalizada tendencia a recurrir exclusivamente a los criterios de utilidad y del tener.
La justicia no es una simple convención humana, porque lo que es ‘justo’ no es originalmente determinado por la ley, sino por la identidad profunda del ser humano.
Esta virtud regula las relaciones entre los hombres en sus múltiples manifestaciones: con Dios, con los demás y consigo mismo.
Tenemos que ser justos, primero, con Dios. La justicia con Dios se llama virtud de religión. Debemos dar a Dios honor y gloria. Debemos dar a Dios el primer lugar. Y esto se demuestra en dedicar un tiempo al día para agradecerle la vida, la fe, y tantas gracias que a diario Él nos da en el orden espiritual y material, familiar y laboral. Aquí entrarían esos minutos al día para leer la Biblia y entrar en diálogo con Él. Aquí entraría ese participar activa y fervorosamente de la misa dominical. Aquí también la oración de agradecimiento antes de las comidas. O ese rezo del rosario en familia. Todo esto es justicia con Dios por ser quien es: nuestro Señor, nuestro Padre y nuestro Dios.
Tenemos que ser justos, sobre todo, con los demás. Esta justicia garantiza básicamente el respeto mutuo en el uso de los bienes que Dios nos ha otorgado, que son para todos y que miran no sólo a nuestra utilidad en este mundo, sino también para que nos ayuden a llegar hasta Dios. El Magisterio social de la Iglesia evoca al respecto tres formas clásicas de justicia: la conmutativa, la distributiva y la legal. Dice el Catecismo de la Iglesia católica: “Los contratos están sometidos a la justicia conmutativa, que regula los intercambios entre las personas y entre las instituciones en el respeto exacto de sus derechos. La justicia conmutativa obliga estrictamente; exige la salvaguardia de los derechos de propiedad, el pago de las deudas y el cumplimiento de obligaciones libremente contraídas. Sin justicia conmutativa no es posible ninguna otra forma de justicia. La justicia conmutativa se distingue de la justicia legal, que se refiere a lo que el ciudadano debe equitativamente a la comunidad, y de la justicia distributiva que regula lo que la comunidad debe a los ciudadanos en proporción a sus contribuciones y a sus necesidades” (número 2411). “En virtud de la justicia conmutativa, la reparación de la injusticia cometida exige la restitución del bien robado a su propietario…” (Número 2412).
Por tanto, bajando a detalles, se falta a la justicia, y a veces gravemente, mediante el hurto, la rapiña, el fraude, la usura, la extorsión, el plagio, la retención injusta del algo ajeno. Se falta a la justicia, cuando por negligencia se retrasan los salarios o pagos, pudiendo hacerlo a tiempo. Mientras se pueda, convendría pagar al contado, sobre todo a los que lo necesitan, y al día siguiente de terminar el mes. Sí, falta a la justicia:
• El patrón que retrasa el pago del salario a los obreros, sin causa justa.
• El que se niega a pagar sus deudas pudiendo hacerlo.
• Los que no devuelven las cosas prestadas o las devuelven en mal estado.
• Los que engañan en la administración de bienes ajenos.
• Los que falsifican dinero.
• El que estafa a quien le confió la administración de sus bienes.
• Los que guardan la cosa perdida sin buscar al dueño.
• El que con gastos excesivos se imposibilita para pagar sus deudas.
• Los comerciantes que provocan quiebras ficticias para declararse insolventes.
• El que sabiendo que en el supermercado se ha equivocado la cajera y le ha dado dinero de más, y no hace nada por devolverlo.
Tenemos que ser justos, finalmente, con nosotros mismos. A esto lo llamamos humildad. La justicia con nosotros mismos significa ponernos en el lugar que nos corresponde: ni arriba ni abajo. Y si ahondamos un poco, sabemos que el lugar que nos corresponde es el último, porque somos criaturas de Dios, servidores de nuestros hermanos y además pesa sobre nosotros una realidad profunda: somos pecadores.
Tratemos de vivir esta virtud de la justicia con más conciencia, sobre todo con nuestro prójimo. Y unamos a la virtud de la justicia, la virtud del amor y de la solidaridad. Sólo así superaremos la visión contractual de la justicia, que es visión limitada. La justicia sola no basta. Puede incluso llegar a negarse a sí misma, si no se abre a aquella fuerza más profunda que es el amor. AR

Hay silencios... 01

02 de Diciembre - Día Internacional para la abolición de la Esclavitud... 02

02 de Diciembre...

Buenos días... 2025-315

lunes, 1 de diciembre de 2025

Día litúrgico: Martes I (A) de Adviento

Texto del Evangelio (Lc 10,21-24): En aquel momento, Jesús se llenó de gozo en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a los pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar». Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: «¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron».
 
Comentario del Evangelio
 
Hoy nos proponemos hacernos pequeños para celebrar el nacimiento de Jesús. El Hijo de Dios va a venir a la tierra como todos los niños y niñas: va a nacer de María, muy pequeño, muy pequeño... ¡Y es Dios! Los que se creen grandes e importantes no ven a Dios…
—Tengo que ser humilde, tengo que hacerme ‘pequeño’ para ver al Pequeño-Dios. Padre del cielo, bendíceme para poder recibir a tu Hijo cantando como los ángeles, con alegría.

Andrea Bocelli – Verano…

Boleros Instrumentales - Música latina suave para relajarse y disfrutar del día...

Escapada al amanecer mediterráneo - Música italiana romántica y vistas panorámicas...

¿Qué es el Método Buteyko y cómo puede mejorar tu salud?...

¿A veces sientes que te falta el aire? Podría deberse a problemas de salud como asma o ansiedad, pero a veces simplemente no sabemos respirar correctamente. Sí, es posible cometer un error tan simple como respirar mal, pero te alegrará saber que puedes aprender a controlar tu ritmo respiratorio y hacerlo más eficiente. Una forma de hacerlo es mediante el Método Buteyko, una técnica de respiración desarrollada en la década de 1950 por el médico ucraniano Konstantin Buteyko, diseñada para cambiar nuestros patrones respiratorios.
Los profesionales que practican este método afirman que puede ayudar a tratar alrededor de 150 problemas de salud diferentes, como diabetes, dificultades de atención y fatiga crónica. Si bien estas afirmaciones carecen de pruebas exhaustivas y basadas en la evidencia, existen estudios recientes que han demostrado los beneficios del Método Buteyko para afecciones específicas. Hoy te los presentamos, junto con una guía para aplicar el método y advertencias para quienes deben evitarlo.
2 beneficios comprobados del Método Buteyko
Antes de profundizar en los detalles de la aplicación del método, entendamos sus efectos comprobados en el cuerpo y por qué podría ser útil para algunas personas. Una vez que domines esta técnica de respiración, podrás respirar de forma más eficiente, lo que puede prevenir la sensación de falta de aire y tos, e incluso despejar las vías respiratorias. Esto tiene dos beneficios comprobados por estudios:
1. Regulación de la respiración durante ataques de asma y ansiedad
Hay momentos en la vida que nos provoca una condición médica conocida como ‘hiperventilación’. Esto suele ocurrir durante un ataque de asma o ansiedad, donde el cuerpo expulsa mucho dióxido de carbono pero absorbe poco oxígeno, lo que provoca una disminución de los niveles de oxígeno en sangre. El Método Buteyko se desarrolló específicamente para abordar este problema. De hecho, un estudio de 2018 demostró que ayuda a regular la respiración durante un ataque de asma.
Otro estudio realizado con 200 participantes y publicado en el año 2000 incluso demostró que podía reducir la necesidad de un inhalador cuando los participantes veían un video que demostraba el método y lo practicaban, en comparación con los participantes que vieron un video del método placebo. Además, un estudio de 2008 demostró que las personas que aprendieron el Método Buteyko (sin video) lograron un mejor control de sus síntomas de asma y también redujeron el uso del inhalador.
2. Reducción del riesgo de apnea del sueño
Un estudio de 2019 demostró que el Método Buteyko ayuda a tratar a las personas con obstrucción de la trompa de Eustaquio, que a menudo se relaciona con la apnea del sueño, y un estudio publicado en 2020 demostró que aliviar la presión y la obstrucción en la trompa de Eustaquio efectivamente ayuda a prevenir la apnea del sueño. Sin embargo, cabe destacar que en el primer estudio, los mejores resultados se observaron en los participantes que también usaron gotas nasales con esteroides, más que en aquellos que dependían únicamente de las gotas nasales sin la técnica de respiración. Para lograr estos resultados, es necesario practicar el Método Buteyko regularmente hasta que se convierta en un hábito natural y forme parte de tu vida.
Además de estos beneficios comprobados, mencionaremos nuevamente que quienes defienden el método afirman que también puede contribuir a dilatar los bronquios y aliviar la disnea asociada con el asma y otras enfermedades pulmonares crónicas. Se dice que ayuda a prevenir los ronquidos, las alergias, la hipertensión y la dificultad para concentrarse, pero, como se mencionó, estos beneficios no están comprobados por el momento.
¿Cómo realizar el Método Buteyko?
Este método puede ayudarte cuando lo necesites, como cuando experimentes disnea, pero es aún más efectivo si se practica a diario. De hecho, algunos médicos tratan las dificultades respiratorias con una serie de sesiones de entrenamiento personal. Para que este hábito se convierta en parte integral de tu vida, se recomienda practicarlo de 15 a 20 minutos, 3 veces al día, durante 6 semanas. Así es como se hace:
1. Preparación
·        Siéntate en el suelo o en una silla.
·        Mantén la espalda recta y erguida.
·        Relaja los músculos respiratorios: el diafragma y los músculos intercostales.
·        Respira con normalidad durante unos minutos.
2. Pausa controlada
·        Exhala el aire con calma y luego aguanta la respiración (sin inhalar).
·        Usa el índice y el pulgar para taparte la nariz.
·        Continúa conteniendo la respiración hasta que sientas la necesidad de inhalar (esto puede provocar movimientos involuntarios del diafragma) y luego inhala.
·        Respira con normalidad durante al menos 10 segundos.
·        Repite esto varias veces más.
3. Pausa Máxima
·        Exhala el aire con calma y luego contén la respiración (sin inhalar).
·        Usa el índice y el pulgar de nuevo para taparte la nariz.
·        Aguanta la respiración todo lo que puedas, aproximadamente el doble que en el paso anterior.
·        Cuando sientas una incomodidad moderada, inhala.
·        Respira con normalidad durante al menos 10 segundos.
·        Repite esto varias veces más.
Consejos para principiantes
·        Al realizar el Método Buteyko, inhala y exhala siempre solo por la nariz.
·        Si empiezas a sentir falta de aire, mucha incomodidad o ansiedad, detén el ejercicio inmediatamente y vuelve a respirar con normalidad.
·        Cuanto más persistas y practiques el ejercicio, más tiempo podrás contener la respiración. Si llegas a un punto en el que la pausa controlada dura un minuto y la pausa máxima dura 2 minutos, ¡excelente!
¿Quién debería evitar el Método Buteyko?
A pesar de los beneficios de esta técnica de respiración, no es adecuada para todos y se recomienda evitarla si padeces:
·        Hipertensión arterial
·        Enfermedades cardíacas
·        Epilepsia
·        Afecciones graves
Si te preocupa, lo mejor es consultar con un médico experto en esta área (normalmente un otorrinolaringólogo o un médico especializado en el Método Buteyko) antes de comenzar este tipo de autotratamiento. También puedes probar otras técnicas de respiración que te ayuden a abordar problemas respiratorios de otras maneras.
En resumen
El Método Buteyko ha demostrado ser útil principalmente para quienes sufren de dificultad para respirar debido al asma, la ansiedad o la apnea del sueño. Puede realizarse durante un episodio de dificultad para respirar o practicarse regularmente para mejorar la respiración de forma natural, incluso durante el sueño. Si deseas obtener buenos resultados y mejorar tu respiración, deberías practicarlo 3 veces al día durante 6 semanas. También puede ser recomendable consultar con un médico especialista para que te enseñe y guíe personalmente. JQR

Cristo en la Ciudad - A la Puerta, Cristo Espera…

‘A la puerta, sin escándalo’.
No hay truenos. No hay ángeles cantando. Solo una casa sencilla, una noche callada y Cristo esperando.
No derriba. No exige. Solo está... como quien respeta el umbral del alma ajena.
Quizá adentro hay miedo, cansancio o silencio acumulado. Pero Él no se impacienta. Porque el amor verdadero no toca para entrar: toca para avisarte que está ahí... cuando te atrevas a abrir.
“Mira que estoy a la puerta y llamo...” (Ap 3,20)
Ni la fe de tus padres, ni las oraciones de otros pueden girar el picaporte por ti.
Solo tú puedes abrir. Solo tú decides si se queda fuera... o si conviertes tu casa en hogar. RM