Compartir, ayudar y motivar son las prioridades de este blog, tratando de iluminar el camino de nuestros semejantes con nuestra pequeña luz interior, basados en tres pilares fundamentales: "Respeto, Humildad y Honestidad"
viernes, 11 de abril de 2025
Día litúrgico: Sábado V (C) de Cuaresma
Ronda de los Enamorados. La del Soto del Parral - Soutullo y Vert - Dir.: Miguel Roa…
EMZ - Espíritu tranquilo - 1 hora de música relajante (piano, flauta, violín, guitarra eléctrica y acústica)...
Toda la música - Monte Blanco...
Estrategias efectivas para proteger tu salud cardíaca…
¿Por qué me cuesta tanto perdonarme?...
El perdón hacia uno mismo es una práctica esencial para sanar y crecer. La gracia que recibimos de Dios nos enseña a extender esa misma gracia a nosotros mismos. Al aprender a perdonarnos, liberamos el peso del pasado y nos damos la oportunidad de avanzar con una nueva perspectiva y esperanza.
Sugerencias Prácticas para Perdonarte a Ti Mismo
1. Escribe una Carta de Perdón: Tómate un tiempo para escribir una carta a ti mismo expresando tus sentimientos sobre el error que cometiste. Reconoce tu dolor y expresa tu deseo de perdonarte. Este ejercicio puede ayudarte a manifestar y procesar tus emociones.
2. Reflexiona sobre la Gracia de Dios: Dedica tiempo a meditar en las Escrituras que hablan sobre el perdón y la gracia, como Efesios 4:32, que nos anima a perdonarnos así como Dios nos ha perdonado. Permite que esta correcta perspectiva te impregne y te ayude a aplicar la misma compasión hacia ti mismo.
3. Haz una Lista de Aprendizajes: Cada error trae consigo lecciones valiosas. Haz una lista de lo que has aprendido de tus experiencias pasadas. Reconocer el crecimiento personal puede ser un gran paso hacia el perdón.
4. Reemplaza los Pensamientos Negativos: Está atento a los pensamientos auto-críticos y reemplázalos con afirmaciones que reflejen compasión y comprensión. Por ejemplo, en lugar de pensar ‘Soy un fracaso’, cambia eso a ‘Estoy aprendiendo y creciendo’.
5. Busca Apoyo en Otros: Habla con alguien de confianza sobre tus luchas con el perdón. Compartir tus sentimientos puede ser liberador y recibir apoyo puede ayudarte a dar el paso hacia el perdón de ti mismo. RdeP
Hablar y callar... 02
Palabras y abrazos... 01
11 de Abril...
Buenos días... 2025-096
jueves, 10 de abril de 2025
Día litúrgico: Viernes V (C) de Cuaresma
Hermoso...
Toda la música - Fuego...
Antonio Hornero - Turenne...
Aumentan casos de embarazadas con hipertensión de alto riesgo…
Muy a la moda... hasta en las ideas…
Que
muchos jóvenes se uniformen con pantalones de mezclilla a la cadera no tiene
importancia, pero que todos piensen igual sí, porque implica muy probablemente
que no están pensando por sí mismos, sino que se limitan a aceptar las ideas de
moda sin mayor cuestionamiento. El uniforme escolar es externo, el uniforme
intelectual es interno y contrario a la autenticidad humana. Según los
filósofos, hoy vivimos en la posmodernidad. Lejos de ser un dato cultural sería
interesante descubrir qué tan posmodernos somos tú y yo. Porque en el fondo
conoceríamos qué tan libres somos. Al menos en el pensamiento. Esto sin olvidar
que la idea tiende a la acción. “El hombre posmoderno no mira hacia atrás ni
hacia delante, se limita a mirar su propio ombligo”. Así lo definió Froster.
Vivimos en la época del yo-ismo. Otros autores señalan, entre sus notas
fundamentales, al homo sentimentalis, al nihilismo y al ocaso del deber (una
nueva moral). Enfoquémonos en la primera, pues los dos temas últimos serán
objeto de una conversación posterior.
A
lo largo de los siglos se ha hablado del ser humano como homo rationalis, homo
faber, homo viator... Hoy nos dicen que predomina el homo sentimentalis. Es
decir, la emoción se convierte en criterio de verdad, donde lo fundamental es
sentirse bien, no estar bien. Esta persona busca emociones, sentimientos, nunca
es bastante para satisfacer sus ansias de placer, de comodidad. Vive
frecuentemente entre dos polos: el placer y la depresión. El placer equivale a
una carga estimulante de sensaciones, y la ausencia de las mismas acarrea la
desmotivación, la melancolía, el aburrimiento y la pesadez (o sea, la
depresión). “Porque me latió”, “no me nació”, “haz lo que sientas”, “lo que te
dicte el corazón”, son expresiones frecuentes que denotan el gobierno de lo sentimental
en nuestras vidas. El problema es que, más que gobierno, es anarquía. Porque,
para sorpresa de muchos, no somos libres de sentir, sólo somos libres de
consentir, encauzar u orientar ese sentimiento. Además los sentimientos son
volubles, inestables, irracionales, pero fuertes y atractivos. La propia razón
pasa a un segundo plano, que no tiene capacidad de contrarrestar la corriente.
Los conocedores del tema se refieren al pensiero debole, pensamiento débil que
no reconoce la verdad de las cosas, sino que se centra en lo que esas cosas me
hacen sentir sin valorar causas ni consecuencias, sino concentrándose en el
momento presente. “Hakuna matata” es el himno de la posmodernidad. Quienes
fuman son conscientes del hecho: fumar puede causar cáncer. Sin embargo, te
perdono el mal que me haces por lo bien que me sabes. No es cuestión de razón,
es cuestión de corazón.
Por
si lo anterior fuera poco, hay algo más: los sentimientos son fácilmente
manejados por agentes externos. Una película, determinada canción, las
telenovelas, frases dirigidas a la esfera emotiva del corazón pueden lograr que
una persona se vea envuelta de manera tal que, sin considerar lo que piensa
(sus principios y valores), tome decisiones con base en sus emociones o, en su
defecto, en su hígado. Hoy está de moda ser posmoderno, ser homo sentimentalis.
Querido lector, ¿estás a la moda? MC
Fanatismo... 02
Hablar... 04
10 de Abril...
Buenos días... 2025-095
miércoles, 9 de abril de 2025
Día litúrgico: Jueves V (C) de Cuaresma
Alza la vista...
Estrellas del Sur - Hermosa música instrumental de un mundo mediterráneo - Sonidos de ensueño...
Toda la música - Por tu amor...
Usos del Aceite de Zanahoria para el cuidado de la Piel y el Cabello…
¿Hay una libertad verdadera y otra falsa?…
Creo que el sacerdote a quien usted oyó dijo una
gran verdad, y por cierto ‘evangélica’, pues es Jesús quien dijo: Si el Hijo os
diere libertad, seréis realmente libres (Jn
8,36). El texto griego de San Juan usa el adverbio óntos,
trasladado al latín por vere: ‘verdaderamente libres’; y
el Lexicon Graecum del Nuevo Testamento lo define: “por
este vocablo se opone tácitamente una cosa verdadera a otra ficticia, falsa,
aparente – una cosa absolutamente cierta a otra dudosa”. Por tanto se afirma
–implícitamente al menos– la existencia de una libertad que no es real.
De hecho por ‘libertad’ podemos referirnos a cosas
diversas.
Hay (primeramente) una libertad ‘perversa’: aquella
en que uno abusa de su libertad para pecar; se trata, si podemos decirlo así,
de ‘estar liberados –o alejados– de la santidad’.
Hay (en segundo lugar) otra libertad que debe ser
llamada ‘vana’ o ‘ilusoria’; es la libertad de los carnales; los que se creen
libres porque no llevan pesadas cadenas de hierro; pero nada dice de las
cadenas interiores y morales; es vana porque los hombres creen ser libres
porque no ven barrotes o rejas en las ventanas de su habitación, olvidando los
cepos y grilletes que esclavizan el corazón con el vicio y el pecado: quien obra
el pecado es esclavo del pecado (Jn
8,34).
Finalmente existe una libertad espiritual y
verdadera. Es la libertad que da la gracia por la que se carece de los negreros
lazos del pecado. Y aún ésta conoce grados:
Puede encontrarse en un estado imperfecto; y tal es
la que podemos alcanzar en esta vida; porque aquí, aun viviendo en gracia, la
carne lucha contra el espíritu, sin permitirnos realizar todo el bien que
queremos: Pues la carne codicia contra el espíritu, y el espíritu contra la
carne; como que estas cosas son contrarias entre sí; de manera que no hagáis lo
que queréis (Gal 5,17).
Pero puede alcanzarse un estado pleno y perfecto:
en la Gloria celestial. Allí se dará lo que dice San Pablo: La misma creación
será liberada de la servidumbre (Ro
8,21). Porque allí no habrá ningún mal, nada que incline al mal, nada que
oprima. Será la total libertad de la culpa y de la pena; libertad de todo miedo
y preocupación.
Esta libertad solo el Hijo la puede dar, porque Él
se rebajó anonadándose hasta tomar forma de esclavo (Fil 2,7). Es su esclavitud la que nos ha liberado. MAF
Aceptación... 01
Saber y no saber... 01
09 de Abril...
Buenos días... 2025-094
martes, 8 de abril de 2025
Día litúrgico: Miércoles V (C) de Cuaresma
La Gran Vía - Jota de Los Ratas - Federico Chueca…
Fuego y Luz - Guitarra Mágica y Acordeón – Música Encantadora para Relajarse...
Nápoli Casa Mía...
La vacunación, herramienta fundamental para prevenir el Sarampión…
Agradecimiento en acción…
W.T. Purkiser.
Nada es más importante
que nuestras relaciones con otras personas. Digamos: sembrar semillas es importante; viajar y conocer otras
geografías es relevante; conocernos a nosotros mismos es básico; ahondar en el
mundo del conocimiento es apasionante; explorar la creación es deleitable;
trazar proyectos es estimulante; pero establecer o construir relaciones con
otras personas es lo mejor de esta vida. Hacer crecer nuestros apegos y
desarrollar hermandad, cariño, amistad, confianza, compañerismo, amor, lealtad,
aprecio, gratitud con o hacia otras personas es lo más trascendente que podemos
hacer.
Solos podemos lograr muchas hazañas, pero cuando lo
hacemos junto a otros seres humanos la victoria es más dulce y, por supuesto,
gratificante para más personas. Cuando invertimos en nosotros mismos (lo que
sea), la satisfacción es grande; pero cuando invertimos en otros la recompensa
es mayor y más profunda. Amar a otros significa nutrir nuestra vida y darle
significado. Cualquier bendición que recibamos es más significativa si podemos
compartirla con los demás.
Por supuesto, nuestra
relación más alta es la que establecemos con Dios. Y uno de los valores que Él aprecia con pasión es
el agradecimiento. Pero el agradecimiento activo. Por supuesto, es bueno estar
agradecidos por todo lo que tenemos, pero ser agradecidos es mucho más
productivo. El agradecimiento pasivo dice “Estoy
agradecido por un día más de vida. Punto”. El agradecimiento activo dice “Estoy
agradecido por un día más de vida, y, por lo tanto, voy a usar cada hora
haciendo algo de provecho”.
No es lo mismo pensar “Estoy agradecida de tener un
esposo tan trabajador, responsable y amoroso”, que ir y decirle a mi esposo “Mi
amor, estoy muy agradecida contigo y con Dios por lo amoroso, responsable y
trabajador que eres”. Una cosa es sentir agradecimiento por algo, y otra cosa
es hacer algo de ello, es decir, expresarlo, usar ese agradecimiento para
honrar a alguien.
“El ser agradecido te
puede cambiar desde un día hasta una vida completa. Sólo necesitas decir las
palabras” Margaret Cousins.
Dice el diccionario etimológico: “La palabra
‘gracias’ proviene del latín gratia, la cual deriva de gratus (agradable,
agradecido), y en latín gratia significa la honra o alabanza que sin más se
tributa a otro, para luego significar el reconocimiento de un favor”.
En el evangelio de Lucas (17:11-19) encontramos la historia de los diez leprosos que
fueron sanados por Cristo, de los cuales sólo uno regresó para expresarle su
agradecimiento. Seguramente los demás estaban profundamente agradecidos por
haber sido sanados de tan terrible enfermedad, y salvados de la muerte, pero
sólo uno de ellos decidió regresar a donde Jesús estaba y darle las
gracias. El Señor preguntó con admiración dónde estaban los
demás a quienes había sanado. ¿Cómo es que un agradecimiento tan grande puede
no ser expresado?
Si estoy agradecido por la provisión que tengo, es
decir, porque tengo un buen empleo y recibo buenos beneficios para mí y para mi
familia, una manera de ser agradecido es expresárselo a menudo a mi Dios y
Proveedor, además de ir y dar a otros un poco de lo que yo tengo. Esto es
porque la gracia se expande. Si bien es cierto que la gracia debe ser recibida
por cada uno de nosotros, también es cierto que potencialmente podemos ser
conductos transmisores de esa gracia, cuando estamos dispuestos a trabajar en
ella.
Al ser agradecidos activamos nuestra habilidad de
salir de nosotros mismos para ir al encuentro de otros. El
agradecimiento es siempre un motivador de buenas acciones. Hay gran
reciprocidad en el acto de agradecer. La acción de gracias
hacia Dios nos conecta inmediatamente a su amor y provisión. La comunicación se
abre en gran manera cuando abrimos nuestros labios y nuestro corazón para
expresar lo agradecidos que estamos.
El agradecimiento tiende puentes, afianza
amistades, alienta corazones, hace que todo esfuerzo valga la pena, eleva todo
sacrificio, fortalece todo amor, ennoblece nuestro carácter, fructifica toda
buena acción, extiende la gracia, evita malos entendidos, en pocas palabras, el
agradecimiento engrandece toda relación. Pero en especial, estrecha nuestra
relación con el Padre dador de vida, quien es rico en gracia y misericordia, y
quien derrama su gloria sobre todo ser viviente y sobre la extensión de la
tierra.
MG