El edema macular diabético es una enfermedad
causada por la diabetes que produce daño en la retina y aumenta la
permeabilidad de los vasos sanguíneos del ojo. Este deterioro provoca la
filtración de fluidos y sangre a la retina, produciendo hinchazón en la mácula,
responsable de la visión central y detallada, e impidiendo que el paciente
pueda ver correctamente.
La creciente filtración es un efecto de la
liberación de sustancias inflamatorias debido al daño causado por el avance de
la diabetes, por lo cual el desarrollo del edema está asociado a la falta de
control de la patología de base. Si bien la mayoría de los adultos que padecen
diabetes están diagnosticados, en el caso de los jóvenes, la patología suele
presentarse de manera abrupta, por lo que el conocimiento de los síntomas y
consecuencias de la enfermedad son importantes para evitar otras
complicaciones.
La Dra. Anat Loewenstein, directora del
Departamento de Oftalmología de la Universidad de Tel Aviv, y de paso por
Buenos Aires para participar de la convención Beyond Retina, cuyo tema
principal fue el tratamiento personalizado para los pacientes con edema macular
diabético, destacó que “la enfermedad se desarrolla de forma más agresiva
cuando se presenta en edad temprana, por lo que es más peligrosa. En cambio, en
personas adultas es común que tengan la enfermedad durante mucho tiempo sin
saber que la padecen, por lo tanto, cuando diagnostican un tipo de diabetes ya
desarrollaron consecuencias oftalmológicas”.
Durante la última década se produjeron grandes
adelantos en los tratamientos para frenar el avance del edema macular
diabético. Anteriormente la única opción era la cirugía láser, que se utilizaba
para eliminar las filtraciones de fluidos. Hoy en día también se puede aplicar
un tratamiento farmacológico. “El láser se utiliza sólo en los casos donde el
edema se encuentra lejos del centro del ojo, ya que aumenta el riesgo de
pérdida de la visión”, señaló la Dra. Dinah Zur, oftalmóloga del Hospital
Sourasky de Tel Aviv.
Si bien la pérdida de la agudeza visual es
irreversible, cuando el paciente realiza el tratamiento correcto para tratar la
diabetes, tiene un 95% de posibilidad de estabilizar su visión e impedir el
avance.
A la hora de seleccionar el mejor tratamiento se
tienen en cuenta un conjunto de factores relativos a la predisposición del
paciente y las enfermedades previas que pueda tener. La primera opción es
comenzar con la aplicación del agente anti-VEGF cuyo objetivo es frenar los
químicos que producen las filtraciones en el ojo. “Si bien es el primer
tratamiento que se recomienda, cerca del 40% de los pacientes no responden a
los Anti VEGF. En esos casos, se persigue otro tipo de tratamientos, como el
uso de esteroides”, explicó el Dr. Matías Iglicki, profesor e investigador de
la UBA. La aplicación de los Anti-VEGF se realiza de manera mensual durante por
lo menos un año y luego va mermando su aplicación hasta los tres años.
“Si la persona no está dispuesta a realizar estos
controles o de acudir al médico para realizarse las inyecciones de Anti-VEGF se
recomienda el uso del implante de esteroides que no requiere visitas mensuales
para su aplicación. Asimismo, se debe considerar si el paciente tuvo un evento
cardíaco severo como un infarto ya que puede ser riesgoso para su salud”, detalló
la Dra. Loewenstein.
Otro tratamiento por el que se puede optar es el uso
de implantes de esteroides. “Estos se inyectan del mismo modo que el agente
Anti-VEGF pero tienen un efecto más duradero, por lo que sólo se realiza cada
cuatro meses. Como consecuencia le permite al paciente tener una vida normal
durante este tiempo”, destacó el Dr. Iglicki. Con este tipo de implantes sólo
se debe concurrir a un control médico posterior a la intervención y prestar
atención a aquellos signos de pérdida visual hasta la nueva consulta.
Los profesionales resaltan la importancia de
concurrir a las consultas médicas oftalmológicas y de controlar el nivel de
azúcar en sangre. “Es importante que los pacientes asistan a las consultas
mensuales. Luego de dos o tres años se puede dar por terminado el tratamiento,
pero es necesario realizar controles para controlar la reaparición del edema”,
agregó la Dra. Loewenstein.
Por último, el Dr. Iglicki insistió en la
importancia de “hacer un diagnóstico en tiempo y forma para comenzar a tratar
el edema lo antes posible así la posibilidad de mejora es mayor”. Según los
expertos, la dificultad para diagnosticar no está en la tecnología, sino en que
las personas no acuden a las consultas y no se controlan la glucosa. BP
No hay comentarios.:
Publicar un comentario