La enfermedad cardiovascular es un problema no sólo
de los varones; pero aunque una de cada tres mujeres fallece por esa causa y el
aumento de muertes anuales por infarto en los últimos diez años en la Argentina
duplicó a la de ellos, culturalmente persiste la tendencia a actuar como si el
tema no las afectara.
A los factores de riesgo comunes a ambos sexos
(diabetes, hipertensión arterial, obesidad o sobrepeso, exceso de colesterol y
de triglicéridos, sedentarismo, tabaquismo, depresión y estrés) se agregan
otros factores de riesgo específicos: el embarazo pretérmino, hipertensión y
diabetes gestacionales, la menarca y la menopausia, además de los tratamientos
oncológicos y enfermedades autoinmunes, que también elevan el riesgo cardíaco.
Con el objetivo de que la sociedad tome conciencia
de este problema y sea posible desarrollar mejores acciones de prevención y
cuidado para todas, la Federación Argentina de Cardiología (FAC) adhirió a la
iniciativa internacional Mujeres en Rojo (Go Red For Women) liderada por la
American Heart Association, con una campaña nacional denominada Mujeres en Rojo
Argentina, que incluye charlas a la comunidad y otras actividades públicas,
difusión de información útil y comunicación interactiva a través de internet y
redes sociales.
“Nuestra federación fue y es precursora en la
concientización de la sociedad sobre este aspecto específico de la salud
cardiovascular. Existe una falsa percepción de que es un problema que no afecta
a las mujeres, y en ese sentido firmamos este año un convenio para sumarnos a
la iniciativa Go Red For Women, que es una campaña pionera y que va a la
vanguardia en la concientización sobre la necesidad de la prevención”, explicó
el médico cardiólogo Dr. Adrián D'Ovidio y presidente de la FAC.
El programa internacional Go Red For Women, al que
están suscriptas asociaciones médicas de 46 países incluye investigación
conjunta, desarrollo de materiales de comunicación para la población y
entrenamiento para profesionales en torno de este tema, más un distintivo común
que identifica a las entidades que alrededor del mundo luchan por la prevención
de las enfermedades cardiovasculares en la mujer, y que será el ícono de la
campaña de FAC de este año: el vestido rojo.
“Al sumarnos a esta iniciativa de alcance mundial,
la Federación Argentina de Cardiología refuerza y consolida el trabajo que
viene desarrollando desde hace más de una década, cuando creó su Comité de
Enfermedad Cardiovascular en la Mujer que hoy preside el Dr. Sergio Giménez”,
agregó el Dr. D'Ovidio.
Las médicas cardiólogas y directoras de esta campaña,
Dra. Mildren del Sueldo y Dra. Narcisa Gutiérrez, expresaron que “en los
Estados Unidos, Canadá y muchos países de Europa el vestido rojo ya está
plenamente identificado con una alerta roja por la salud cardiovascular de las
mujeres, así como el lazo rosado es reconocido en todas partes como símbolo de
la lucha contra el cáncer de mama”.
“Es un llamado de atención para todas las mujeres
que no saben que la enfermedad cardiovascular es su principal causa de muerte,
y para que las que lo saben actúen en consecuencia, porque ese conocimiento se
debe traducir en acción, en favor de hábitos de vida más saludables, de hacerse
los chequeos médicos correspondientes y de evitar todas aquellas cosas que
dañan nuestra salud cardiovascular y que son modificables”, señaló la Dra. Del
Sueldo.
Desconocer
es no actuar
“Hasta no hace mucho, se pensaba que las mujeres
éramos más resistentes a las afecciones coronarias o menos propensas a padecer
un infarto que el varón, pero hoy en día la mejora de las estadísticas demostró
que la patología cardiovascular está prácticamente igualada en mujeres y en
varones, y que la morbimortalidad aumentó, justamente por la falta de
conocimiento y por la falta de controles, porque esas creencias llevaron a las
mujeres a pensar que eso no les iba a pasar”, alertó la médica cardióloga y
secretaria de comunicación de la FAC, Dra. Analía Molteni.
Efectivamente, cada 11 minutos muere una mujer en
la Argentina a causa de una enfermedad cardiovascular. Entre 2005 y 2015, según
cifras oficiales del Ministerio de Salud, la mortalidad de mujeres por infarto
de miocardio aumentó más del doble que en los hombres. En ese período, las
muertes masculinas por esa enfermedad pasaron de 8.820 a 9.916 por año (12% de
incremento), mientras que entre las mujeres el incremento fue del 27% (de 5.676
a 7.204 muertes anuales por infarto).
Las charlas a la comunidad en el marco de la
campaña se centrarán, entre otros temas, en la hipertensión arterial como
factor de riesgo y cómo tratarla (especialmente en las mujeres embarazadas), la
diabetes tipo 2 y el síndrome metabólico, factores de riesgo en los que tienen
un papel relevante el sobrepeso y el sedentarismo, y las dificultades en el
cambio de ciertos hábitos de vida que pueden ser letales para el corazón, y que
incluyen, además de la alimentación y la falta de ejercicio, al tabaquismo y la
aceleración del ritmo de vida con la consiguiente sobrecarga de estrés.
El mensaje central de la FAC es que esta preocupante
prevalencia de enfermedad cardiovascular y sus factores de riesgo en las
mujeres no son un hecho inevitable ni inmodificable, sino que se puede hacer mucho
para revertir sus causas: “Si soy hipertensa y mantengo controlada mi presión
arterial, si tengo sobrepeso y mejoro mi alimentación, o si soy sedentaria y
comienzo a hacer actividad física regularmente, tendré mucho menos riesgo de
enfermar mi corazón que si no tomo ninguna de esas medidas”, destacó la Dra.
Del Sueldo.
La
mujer sufre más el estrés
En los últimos años apareció evidencia suficiente
de que a la conocida lista de los factores de riesgo crónicos para la salud del
corazón deben sumarse el estrés y la depresión. La depresión -señaló la Dra.
Molteni- “es estadísticamente más frecuente en mujeres que en varones”.
¿Y el estrés? A lo largo del día, el organismo pasa
por diferentes ritmos de producción de adrenalina y noradrenalina, hormonas
generadoras de estrés. “Al levantarse a la mañana, siguiendo su ritmo
circadiano normal, el hombre hace un pico de estas sustancias. Se va a su
trabajo: ahí el ritmo puede llegar a incrementarse, hasta hacer un nuevo pico
hacia la mitad del día para luego descender progresivamente, hasta la mañana
siguiente –detalló la Dra. Del Sueldo–. Pero lo que se vio es que la mujer
vuelve a hacer otro pico de noradrenalina después de volver del trabajo, y esto
es porque generalmente es la que se ocupa de las cosas del hogar”. Si su
corazón está sano, probablemente este “pico adicional” que cotidianamente
padece no la afecte, pero incrementa su presión arterial y su frecuencia
cardíaca y, con el tiempo, este efecto acumulado puede llegar a pesar.
Según relevamientos epidemiológicos hechos –incluso
a nivel local, en la ciudad cordobesa de Villa María, donde se usó una escala
denominada HADS (Hospital Anxiety and Depression Scale)-, el 52% de las mujeres
alcanzaban niveles críticos de estrés, mientras que en los varones esa proporción
no sobrepasaba el 30%. “Esto significa que, en general, la mujer sufre más el
estrés crónico que el varón”.
“El tema es tratar de manejar el estrés, ya que es
imposible vivir sin él”, destacó la Dra. Del Sueldo, quien hizo hincapié en las
situaciones de estrés agudo, como las que se producen ante un hecho de
violencia o la pérdida de un ser querido: “La reacción a estas situaciones
puede causar lo que se ha dado en llamar enfermedad de Takotsubo,
miocardiopatía inducida por estrés o 'síndrome del corazón roto', una patología
que fue identificaba en el mundo oriental y que en el 90% de los casos afectaba
sólo a mujeres, pero en los últimos años, sin que sepamos por qué, se ha
occidentalizado”.
La campaña también presenta su costado
parlamentario. Se aspira a que pronto se apruebe el proyecto de ley para que se
declare oficialmente Día Nacional de Concientización de la Salud Cardiovascular
en la Mujer al 26 de agosto de cada año, que ya cuenta con media sanción de la
Cámara de Diputados desde noviembre de 2017, y espera sanción definitiva por
parte de la cámara alta.
“Elegimos esa fecha por ser el natalicio de la
Madre Teresa de Calcuta, una mujer con un corazón gigante. La idea fue asociar
a la prevención cardiovascular con algo positivo, y el objetivo es que todas
las mujeres argentinas tomen el mes de agosto de cada año como referencia para
hacer el control médico de todos sus factores de riesgo cardiovascular, así
como se toma el mes de octubre para hacer los chequeos preventivos de cáncer de
mama, por ejemplo”, subrayó el presidente del Comité de enfermedad
cardiovascular en la mujer, Dr. Sergio Giménez. BP
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