Un reciente estudio, publicado en
la revista científica JSM Alzheimer’s Disease
and Related Dementia, sugiere que la activación
musical progresiva mejora la capacidad atencional de búsqueda visual de las
personas con Alzheimer.
El cerebro y la música
Escuchar música activa la corteza
auditiva y una amplia red bilateral de las regiones cerebrales, que incluye los
ganglios basales, el cerebelo, la corteza premotora dorsal y el área
suplementaria motora; todas ellas áreas relacionadas con la atención, el
procesamiento semántico, la memoria, las funciones motoras y el procesamiento
emocional.
Es probable que la capacidad de
integración de la música favorezca la plasticidad neuronal en personas mayores
sanas y en personas con enfermedad de Alzheimer. Así, este papel de la música
podría explotarse para desarrollar nuevas terapias que mejoren las habilidades
cognitivas, afirman los investigadores españoles del Instituto de Neurociencias
de Castilla y León (Incyl) y la Universidad de Salamanca.
Las intervenciones terapéuticas
basadas en la música ya han sido utilizadas con el fin de mejorar los síntomas
psicológicos y conductuales de la demencia y para ajustar las alteraciones
cognitivas y factores emocionales. Escuchar música podría asumir el papel de
activación, orientación y ajuste de atención.
Estudios anteriores demuestran
cómo después de sufrir un accidente cerebrovascular, los pacientes fueron
capaces de recuperar la capacidad de la atención focalizada y sostenida,
mejorado esta mucho más en un grupo de escucha de música que en grupos de
control. Este dominio también parece estar implicado en la enfermedad de
Alzheimer.
Considerando que la atención se
encuentra aparentemente preservada en personas con Alzheimer, otros tipos de
atención dividida o atención selectiva – parecen ser más vulnerables al
deterioro durante las primeras etapas de la demencia, es decir, cuando la
persona no puede concentrarse y se siente dominada por la información circundante
irrelevante. Aparentemente, las tareas más deterioradas son aquellas que
dependen del desplazamiento espacial de la atención de un estímulo a
otro.
“Lo que buscamos son efectos
específicos de la escucha musical sobre la capacidad atencional de la persona
con Alzheimer”, explica la autora Dra. Nuria Carcavilla. Este estudio añade
evidencia al uso de la música como terapia no farmacológica en las demencias,
mejorando el tratamiento integral de las personas afectadas.
La capacidad de prestar atención selectiva
a la información pertinente sin distraerse por estímulos irrelevantes es un
proceso que se deteriora con la edad. La atención es responsable del buen
funcionamiento de los procesos mentales, como la memoria, los procesos
ejecutivos y con dificultades en las actividades de la vida diaria. Por lo
tanto, es necesario trabajar para mantener los procesos de atención lo mejor
posible a lo largo del envejecimiento.
El estudio
Con este objetivo, los
investigadores incluyeron en el estudio incluyó a un total de 58 personas
mayores, con y sin enfermedad de Alzheimer. Fueron asignados de manera
aleatoria a un grupo control y un grupo experimental.
Tras la evaluación
neuropsicológica inicial, el grupo experimental recibió un total de 12 sesiones
grupales de activación musical progresiva, con una duración de treinta minutos
y una frecuencia de dos veces por semana. En estas sesiones, se realizaron
sencillos ejercicios de relajación (basados en la técnica de Jacobson) antes y
después de recibir la estimulación musical.
Los investigadores encontraron
diferencias significativas entre la capacidad atencional de búsqueda visual y
el tiempo, implicando una mejora en la ejecución de la tarea atencional una vez
finalizada la intervención, tanto en las personas con Alzheimer como en las
personas mayores sin deterioro cognitivo del grupo experimental en comparación
con el grupo control.
Los datos obtenidos en este
estudio son congruentes con otros estudios de características similares. En
este sentido, las actividades de ocio musical pueden tener efectos cognitivos a
largo plazo, emocionales y sociales en la demencia leve / moderada y podría por
lo tanto ser utilizado en el cuidado y la rehabilitación de la demencia. Del
mismo modo, un programa de ejercicios musicales en un grupo de pacientes con
demencia moderada a grave sugiere un efecto beneficioso sobre la cognición y en
la calidad de vida.
Conclusiones
Los resultados dados y sus
implicaciones podrían ser de utilidad para futuros estudios sobre la mejora
selectiva de la atención en personas mayores y personas con demencia. De esta
forma, es posible trabajar para mejorar la calidad atencional en las personas
mayores y las personas con demencia. Los investigadores encontraron que la
intervención con música puede mejorar el déficit de atención en las personas
con demencia; por lo tanto, recomiendan implementar tales intervenciones con
métodos estandarizados para medir diferentes índices fisiológicos en futuros
estudios.
Comprender la naturaleza del
procesamiento de la música y la atención en pacientes con enfermedad de
Alzheimer puede permitir desarrollar terapias efectivas e integrales para
abordar la enfermedad, que es cada vez más predominante. Además será
interesante probar la importancia de la relajación en la música efecto, ya que
es la relajación en sí, lo que permite prestar atención al estímulo auditivo.
Por esta razón, los investigadores recomiendan a los centros gerontológicos y
centros de atención a personas con demencia adoptar el procedimiento de grupos
activación progresiva musical como actividad rutinaria. BP
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