Fundadora, 02
de Octubre
Martirologio Romano: En
Castres, Francia, Santa Emilia de Villeneuve, virgen, fundadora de la
Congregación de las Hermanas de la Inmaculada Concepción de Castres. (†
1854)
Fecha de beatificación: 5 julio de 2009, durante el pontificado de
S.S. Benedicto XVI.
Fecha de canonización: 17 de mayo de 2015, durante el pontificado
de S.S. Francisco.
Nació en Toulouse el 9 de marzo de
1811. Emilie de Villeneuve era nieta del Conde de Villeneuve y tercera de los
cuatro hijos del Marqués de Villeneuve y de Rosalie d'Avessens. Los primeros
años de su vida trascurrieron en el castillo de Hauterive, en la proximidad de
Castres, a donde su madre debió retirarse por su delicado estado de salud. A la
edad de 14 años, Jeanne Emilie de Villeneuve pierde a su madre, y tres años
después a su hermana Octavie. Estos hechos trágicos marcarán su existencia, así
como el contacto que traba con el padre jesuita Le Blanc, a quien trasmite las
preocupaciones que de índole social habían germinado en ella, en especial por
la miseria que veía a su alrededor, en el contexto histórico de los primeros
albores de la revolución industrial.
Tras la
muerte de su madre, la vida de la familia trascurre entre Hauterive y Toulouse,
donde la abuela se hace cargo de la educación de sus nietos. A la edad de 19
años, Jeanne Emilie se traslada definitivamente a Hauterive con su familia,
donde lleva a buen puerto la gestión diaria de la vida familiar, descargando de
esta tarea a su padre, alcalde de Castres (1826-1830). Poco después, declara a
su padre su voluntad de entrar a formar parte de las Hijas de la Caridad. Éste
no acepta su petición y le solicita un plazo de reflexión que durará cuatro
años. Antes de que transcurra ese plazo, y con la aprobación del obispo, Jeanne
Emilie de Villeneuve decide crear, junto a dos compañeras, la Congregación de
Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de Castres (8 de diciembre de 1836),
llamada abreviadamente «las monjas azules», por el color de su hábito.
Entre los
principios que regirán esta Congregación, destacan dos: «Dios sólo» y «Servir a
los pobres». La austeridad y la preocupación social por los menos favorecidos
de la sociedad serán los ejes principales de la acción social y religiosa de
esta Congregación. Partiendo de un humilde local en la localidad de Castres,
presta ayuda a las jóvenes del sector social menos favorecido, a obreros, a
condenados a prisión y a enfermos. La Congregación ve aumentar el número de
Hermanas, y en 1848, todavía en vida de su fundadora, su horizonte se amplía
desde la Francia natal hasta Senegal, Gambia y Gabón, donde se desplazan las
primeras Hermanas Misionarias.
En 1853,
Jeanne Emilie de Villeneuve solicita ser sustituida como guía de la
Congregación, consiguiendo que esta tarea le sea confiada a la Hermana Hélène
Delmas. Escribe por este motivo a sus Hermanas Misionarias «Tras las elecciones
tengo el consuelo de poder dedicarme mayormente al aspecto espiritual de la
Congregación».
A mediados
de 1854 una epidemia de cólera y de fiebre asola el sur de Francia, llegando
sus efectos hasta Castres. Jeanne Emilie de Villeneuve muere el 2 de octubre de
1854 como consecuencia de esta epidemia, rodeada del afecto de las Hermanas de
su Congregación.
Los inicios
de la causa de beatificación se remontan a 1945, pero el impulso fundamental lo
recibe con la promulgación del decreto papal de heroicidad de sus virtudes, de
1991.
Milagros registrados en las causas de beatificación
y canonización
El milagro
que abrió la posibilidad de la beatificación fue la curación de Binta Diaby
(Mamou, Guínea Conakry, 1 de enero de 1978); esta joven, tras ser repudiada por
su padre por creerla embarazada, intentó el suicidio a la edad de 19 años
mediante la ingestión de soda cáustica, lo que le provocó daños irreversibles
en diferentes órganos de su cuerpo. Fue llevada a Barcelona (España), ingresada
y operada de urgencia. Entró en coma y su caso fue considerado, desde un punto
de vista clínico, en fase terminal.
Las Hermanas
y Novicias de la Congregación de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción de
Castres, informadas por miembros del hospital de la situación en que se
encontraba Binta Diaby, dirigieron una novena a Jeanne Emilie de Villeneuve,
rogando por su curación, y depositaron diferentes reliquias en la habitación
donde se encontraba la enferma. Se produjo una inesperada y rápida curación de
la enferma, que aun vive y trabaja en Barcelona.
El segundo
milagro necesario para la canonización, ocurrido a una niña pequeña, fue el
siguiente: Emily María de Souza nació el 2 de agosto de 2007 en Brasil. El 5 de
mayo de 2009 cuando sólo tenía 9 meses. Fue víctima de un grave accidente.
Hacía mucho calor en Petrolina y el ventilador estaba enchufado. Emilly andaba
a gatas por el suelo. El papá Luiz Viturino de Souza, salió un momento para
contestar al teléfono. Al volver encontró a Emily por el suelo toda encogida.
Había puesto su dedito en el enchufe. El choque eléctrico fue terrible...
tomó a la niña y salió corriendo pidiendo ayuda. Su cuñado, Fabio José
Rafael, le acompañó al centro médico más cercano. El chófer no tenía licencia
pero ante la urgencia del caso no dudó un instante. A la llegada al centro, el
médico examinó a Emily y dos horas más tarde la transfirió al hospital Dom
Malan.
El segundo
médico declaró que no había nada que hacer, que la niña estaba muerta. El papá
insistió mucho para que su hija se quedara en el hospital y pidió que hicieran
todo lo posible por ella. Vive, afirmó el padre. Ante esta situación, Emily se
quedó 10 días en la UCI y 6 en pediatría antes de mandarla a casa en muy mal
estado. Es un caso muy grave dijo el médico y declaró que no podía hacer nada
más ; que si volvía a la vida no podría ni ver, ni oír, ni hablar y menos aun
andar.
Cuando
volvió del hospital no hacía más que llorar, no controlaba sus miembros, su
cuello no aguantaba la cabeza que se le iba para atrás. No veía nada, ni
siquiera a las personas. Parecía una muñeca de trapo.
El 21 de
mayo la hermana Ana Célia de Oliveira, religiosa de la congregación fundada por
Jeanne Emilie de Villeneuve, fue a casa del abuelo materno de Emily, el
Señor Rafael. Esta casa es el centro de la misión y lugar de encuentro para la
oración comunitaria. Aquí fue donde se empezó la novena a la Beata con la
presencia de la pequeña Emily. Toda la familia se reúne en la sala y la hermana
Ana Celia tenía en brazos a Emily, completamente desfigurada, con un cuello sin
consistencia que no aguantaba la cabeza y además ciega. Sufría mucho, lloraba y
no se alimentaba.
El 20
terminaba la novena. Y el 30 a las 18 horas, según el relato de algunos
miembros de la familia, Emily empezó a comer, ver, dormir, y su cuello volvió a
su posición habitual. Desde este día Emily continúa con una evolución normal.
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