Las mujeres embarazadas que
ingieren cafeína, ya sea en café o en té, ven incrementado su riesgo de tener
un parto prematuro y bebés con bajo peso o tamaño al nacer, concluyó un estudio
de la University College Dublin (Irlanda), publicado en The
American Jorunal of Clinical Nutrition.
“Niveles altos de
cafeína pueden restringir el flujo sanguíneo en la placenta que,
posteriormente, pueden afectar al crecimiento fetal. La cafeína también puede
atravesar la placenta fácilmente y, debido a que la depuración de la cafeína
disminuye a medida que avanza el embarazo, puede haber acumulación de la misma
en los tejidos fetales”, explicó el investigador principal del estudio Ling-Wei
Chen.
El American College of
Obstetricians and Gynecologists (ACOG, por sus siglas en inglés) indica que un
consumo menor a 200 miligramos de cafeína diarios durante el embarazo “no
parece ser un factor importante que contribuya a un aborto espontáneo o al
parto prematuro”. Por su parte, la Organización Mundial de la Salud recomienda
a las mujeres consumir menos de 300 miligramos de cafeína al día durante la
gestación.
Una taza de café contiene
aproximadamente 200 miligramos de cafeína, pero el té contiene menos. Además,
la cantidad puede variar según el tipo. Estudios previos ya habían relacionado
la exposición a la cafeína con efectos negativos en la gestación, pero en la
mayoría de ellos el café fue la bebida con cafeína más consumida. “La sociedad
no reconoce que el té tiene cafeína”, afirmó la también autora del estudio
Catherine Phillips.
“Sin embargo, la ingesta materna
de té y café debe tenerse en cuenta cuando se trata de minimizar la ingesta
total de cafeína durante el embarazo. Esto es especialmente importante cuando
el té es la fuente predominante de cafeína”, dijo Phillips.
El estudio observó a 941 parejas
madre-hijo nacidos en Irlanda, donde el consumo de café y té es alto. Casi la
mitad de las madres del estudio bebieron té y cerca del 40% café.
Los investigadores asociaron 100
miligramos adicionales de cafeína consumidos diariamente durante el primer
trimestre del embarazo con un peso menor al nacer de 72 gramos, así como con
una edad gestacional significativamente menor, la longitud del nacimiento y la
circunferencia de la cabeza.
Además, los científicos hallaron
que las mujeres que tomaron más cafeína tuvieron bebés con un peso de unos 170
gramos menos que las que consumieron menos. No se encontraron diferencias en
los resultados si la bebida consumida era té o café. No obstante, Chen ha
reconocido que el estudio no puede probar causa y efecto de los
resultados.
“Basándonos en las
asociaciones consistentes que hemos observado y porque la mayoría de los
embarazos no se planean, recomendaríamos a las mujeres que están embarazadas o
que desean estarlo que limiten al mínimo su consumo de café y té con cafeína”,
señaló Chen.
“Mi consejo es que
traten de reducir la ingesta lo máximo que puedan, pero si lo pueden dejar
completamente, sería incluso mejor”, concluyó. BP
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