Científicos del Instituto Wellcome
Sanger, la Universidad de Newcastle y la Universidad de Cambridge (Reino Unido)
publican en Nature el mapa celular más detallado hasta la
fecha de la zona de contacto entre una madre con su futuro hijo.
Este atlas de la composición
celular apunta las posibles claves para evitar los problemas tempranos más
comunes y conseguir un embarazo exitoso sin complicaciones.
Los investigadores, entre los que
se encuentran los hermanos españoles Roser y Miquel Vento-Tormo, han conseguido
mapear más de 70.000 transcriptomas (ADN transcrito) de células sanas recogidas
entre las semanas 6 y 14 de gestación, gracias a técnicas genómicas y
bioinformáticas complejas.
“La idea ha sido
entender los mecanismos que suceden en el primer trimestre de un embarazo sin
complicaciones. Así, hemos creado un mapa de referencia de todas las células y
sus interacciones para comparar en un futuro las diferencias que existen entre
una gestación sana y una que presente problemas”, explica Roser Vento-Tormo,
del Instituto Wellcome Sanger.
El análisis se centra en el primer
trimestre por ser un momento crucial que determina la supervivencia del embrión
(y posterior feto). Durante estas primeras semanas, se forman las células
fetales de la placenta que interactúan con las de la madre para modificar su
respuesta inmunitaria, que tratan de evitar una situación de rechazo.
Gracias a ellas, el embrión
consigue adherirse al útero en la decidua, que es la capa más interna del útero
gestante que se engrosa para favorecer la implantación. Además, sirve como vía
para alimentar y oxigenar al feto durante los próximos meses. “Por primera vez
en la historia hemos sido capaces de observar qué genes están activos en las
células que componen la decidua y la placenta, descubriendo así cuáles son los
que modifican el sistema inmunitario materno y permiten el correcto desarrollo
del feto”, afirma Vento.
Menos complicaciones Las
posibilidades de sufrir complicaciones durante un embarazo son más altas
durante las primeras semanas, cuando el feto aún no se ha consolidado. De
hecho, dos de cada tres abortos involuntarios suceden de forma espontánea
durante el primer trimestre.
Vento aclara que, por el momento,
el estudio se ha centrado únicamente en el entendimiento de un embarazo sano.
Sin embargo, “en el futuro podremos predecir si existe algún tipo de alteración
al principio de la gestación, analizando muestras de pacientes”.
Muzlifah Haniffa, investigadora de
la Universidad de Newcastle, añade que estos resultados “tendrán implicaciones
importantes para entender mejor qué ocurre cuando una embaraza sufre de
preeclampsia o incluso cuando se produce un aborto involuntario”.
Para los expertos, este hallazgo
repercutirá también de manera importante en los estudios oncológicos, ya que es
sabido que las células tumorales utilizan mecanismos similares con el fin de
evadir al sistema inmunitario y nutrirse del flujo sanguíneo y aumentar de
tamaño. Los resultados han sido obtenidos gracias a la creación de una
herramienta desarrollada en colaboración con Miquel Vento-Tormo y su equipo de
la empresa española de desarrollo de software YDEVS.
Esta base de datos, que han
bautizado como CellPhoneDB, recoge las informaciones de las moléculas y sus
interacciones, además de predecir las interacciones celulares más probables.
Según indica Roser Vento, “esta herramienta se puede aplicar a cualquier
tejido. Junto con mi hermano Miquel hemos hecho que sea accesible para todo el
mundo”.
Este estudio forma parte de la
iniciativa Human Cell Atlas, un consorcio internacional liderado por Sara
Teichmann, una de las principales supervisoras de esta publicación y también
investigadora del Instituto Wellcome Sanger.
“Con esta
iniciativa, se pretende hacer un mapa completo de referencia de todas las
células humanas para diagnosticar mejor las enfermedades”, concluye
Vento. BP
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