Según información publicada en
estos días, la Cámara de Diputados de la Legislatura de Mendoza, por una
diferencia de cinco votos, dio media sanción al proyecto que deroga la Ley
8116, la cual prohibía la venta del Misoprostol en esa provincia.
Así, con un
medicamento que estará a la venta en farmacias, se favorece la “interrupción
del embarazo” -es decir, la muerte de un niño por nacer en el vientre materno.
Los legisladores que promovieron
el proyecto intentan justificar la sanción afirmando que, de ese modo, se
desalentará la venta clandestina del mismo, mostrándose obedientes a las
normativas de la Organización Mundial de la Salud que recomienda se facilite el
acceso al Misoprostol, tanto en grandes hospitales como en puestos
sanitarios.
Así, con la simple ingesta de un medicamento que
podrá comprarse con receta médica y en farmacias atendidas por profesionales de
la salud, cuando el Senado provincial le de sanción definitiva y el Ejecutivo
promulgue la ley, se abrirán las puertas al genocidio que significa la matanza
de inocentes en el vientre materno.
Hasta ahora solo estaba prohibida
en San Juan y Mendoza.
¡Es lamentable que en los medios
de comunicación se festeje la apertura
al consumo de ese “medicamento”, el cual facilitará el acto de mayor
discriminación y de violencia como debe ser calificado el aborto voluntario, es
decir, el decidir quién nace y quién no, pretendiendo olvidar que la existencia
de vida humana desde el primer instante de la concepción es un hecho científico
con demostración experimental! PHO
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