¿Alguna vez te has preguntado por qué existen
variantes de frutas y verduras en rojo, azul e incluso negro que normalmente
son blancas o amarillas? La respuesta está, al igual que en los humanos y los
animales, en la pigmentación.
Esta diferencia de color no es superficial, ya que
las frutas y verduras de color oscuro contienen un componente esencial llamado
antocianina, y resulta que este componente puede beneficiar a la salud humana
en una variedad de formas.
La antocianina es un pigmento, que normalmente hace
que las frutas y verduras se oscurezcan, y su consumo se ha relacionado con
varios beneficios para la salud.
Como regla general, cuanto más oscuro sea el
producto, más rico en antocianina será, pasando del rojo al morado profundo,
casi negro. Buenas fuentes de este pigmento son las berenjenas, las frambuesas
negras (las moras de aspecto similar son algo menos ricas en antocianina), la
grosella negra, las bayas del saúco, el maíz azul (Hopi) y los arándanos.
Verduras azules contra la diabetes e inflamación
Pero ¿por qué son estos pigmentos buenos para
nosotros, de todos modos?
Una serie de estudios que siguieron a más de 200.000
mujeres y hombres durante un período de más de 20 años en total demostraron que
una dieta rica en antocianinas, que se traduce en aproximadamente dos porciones
de arándanos a la semana, está fuertemente asociada con un menor riesgo de
diabetes tipo 2. Los participantes que tenían una dieta rica en antocianinas
tenían un 23% menos de probabilidades de desarrollar resistencia a la insulina.
La diabetes tipo 2 ocurre cuando nuestros cuerpos
desarrollan una tolerancia a la insulina, la hormona encargada de absorber los
carbohidratos en el cuerpo, y se asocia con el consumo excesivo de alimentos
azucarados y ricos en carbohidratos. Lo que parece hacer la antocianina es
promover la sensibilidad a la insulina en el cuerpo, lo que ayuda a prevenir la
aparición de la diabetes. Además, las antocianinas en la dieta han demostrado consistentemente
que son efectivas para reducir la inflamación asociada con la obesidad y las
condiciones crónicas que la acompañan.
El pigmento que evita el cáncer
Las antocianinas también han demostrado ser
potentes antioxidantes, una palabra que se ha vuelto cada vez más prominente en
los círculos de salud. Pero, de todas formas, ¿qué es un antioxidante y para
qué sirve?
En resumen: la oxidación en el cuerpo tiene el potencial de
crear átomos de oxígeno defectuosos (llamados radicales libres) con déficit de
electrones. El átomo busca rectificar esto ‘robando’ electrones del medio
ambiente, es decir, nuestro cuerpo. Esto causa mutación celular en diferentes
órganos y tejidos, e incluso se demostró que altera el ADN.
Esto, a su vez, puede conducir a una serie de
diferentes enfermedades degenerativas que a menudo se asocian con el
envejecimiento, como el cáncer, el Alzheimer, el Parkinson, la diabetes y
otros. Los antioxidantes neutralizan estos radicales libres al donar los
electrones que tanto se necesitan. De hecho, se ha demostrado que comer solo
media taza de arándanos en cada comida aumenta la capacidad del cuerpo para
neutralizar estos dañinos radicales libres y proteger sustancialmente la
integridad de nuestro ADN.
¡Y eso son solo las antocianinas! Obviamente, todas
estas bayas y verduras azules o moradas también son ricas en nutrientes que
pueden ayudar a aliviar y prevenir una gran cantidad de problemas de salud.
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