Su utilización se extiende a casi
todos los ámbitos de la comunidad. La búsqueda por aclimatar el ambiente tiene
consecuencias por factores que a menudo desconocemos.
«Los aparatos de aire
acondicionado enfrían el aire, le quitan humedad y tienden a acumular polvo u
otro tipo de sustancias orgánicas en los filtros. Todo ello favorece la
irritación, inflamación o infección de las vías respiratorias», explica la Dra.
Ana Putruele, jefa de la División Neumonología del Hospital
de Clínicas José de San Martín y
agrega: «Los problemas más graves se relacionan con los gérmenes acumulados en
los filtros sucios del aire acondicionado cuando no hay un mantenimiento
adecuado».
Entre estos gérmenes, el más
conocido es la bacteria Legionella pneumophila, responsable de una neumonía que
puede ser grave. Otros de los principales contaminantes del aire son los hongos
Aspergillus niger y Aspergillus fumigatus, que provocan rinitis, asma, neumonía
o neumonitis por hipersensibilidad.
Además, hay otras afecciones
frecuentes causadas por el uso prolongado de estos aparatos: resfríos,
laringitis, faringitis, sinusitis, crisis de alergias, broncoespasmos en
personas asmáticas y episodios de agravamiento de EPOC en casos más
complejos.
«Debido a que los aires
acondicionados secan los conductos nasales, pueden causar irritación en las
membranas mucosas», asegura la especialista.
«En ausencia de esta protección
nos volvemos más vulnerables al ataque de algunos virus», sostiene la Dra.
Putruele y agrega que «el empleo del aire acondicionado favorece la permanencia
de las personas en ambientes cerrados, con menor ventilación, facilitando de
este modo la transmisión y el contagio de gérmenes».
En cuanto al uso del aire
acondicionado a la hora de dormir, la especialista recomienda mantener la temperatura
regulada entre 24°-27° C utilizando la función de modo nocturno, para no
enfriar en exceso el ambiente durante la noche.
«No es recomendable encender y
apagar el aire acondicionado constantemente, la temperatura debe mantenerse
estable», comenta y agrega que las mismas recomendaciones cuentan para los
equipos instalados en el cuarto de los más chicos, pero deben ser más
estrictas, manteniendo el control remoto alejado del alcance de los más
pequeños.
Algunos
aspectos deben ser considerados desde momentos muy tempranos.
«Durante el primer año de vida,
las vías aéreas son muy estrechas y susceptibles a los cambios del medio
ambiente, y cualquier infección o irritación puede dificultar la respiración
normal. Para evitar la sequedad en el ambiente, se deben ventilar con
frecuencia las habitaciones donde estará el niño, una hora al día como mínimo»,
dice la especialista.
Y explica que «de esta manera,
aprovecharemos también para hacer descansos ya que no es recomendable tener
continuamente en marcha el aire acondicionado. Hay que limpiar los filtros del
equipo con frecuencia y garantizar su higiene, ya que se pueden acumular en su
interior el polen, el polvo, los ácaros y los hongos».
Consejos a tener en
cuenta
·
Acondicionar el ambiente con una
temperatura de entre 24°-27° C. El flujo del aire no debe ser directo sobre las
personas.
·
Mantener siempre la humedad del
ambiente, usando la función de ventilación.
·
Mantener los filtros limpios para
evitar que se acumulen partículas alergénicas como polen, ácaros o polvo
doméstico.
·
Utilización de ventiladores como
opción de confort. El movimiento del aire y la evaporación de la humedad de
nuestra piel producen sensaciones de descenso de temperatura entre 3°-5°
C.
·
Evitar cambios bruscos de
temperatura. Regular la entrada y salida del calor al frio y del frio al
calor.
·
Tener presente que cuando uno
descansa, puede dormir con la boca abierta, y si lo hace con el aire
acondicionado encendido, puede sufrir irritación de las vías aéreas, más aún en
personas que tengan las defensas bajas. BP
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