Conde y
Monje, 04 de Marzo
Martirologio Romano: En Chambery, Saboya (Francia), beato Humberto, tercer conde de
Saboya, que habiendo sido coaccionado a dejar el claustro para ocuparse del
gobierno, volvió más tarde a la vida monástica, viviendo con fidelidad
(1188).
Fecha de beatificación: Su culto fue confirmado el 7 de
septiembre de 1838 por el Papa Gregorio XVI.
Nació en el castillo de Avigliana junto a Turín el
4 de agosto de 1135, hijo del conde Amadeo III de Saboya y Mahaut (o Mafalda, o
Matilda) de Albon, hermana de Guy IV de Dauphinois. Reemplazó a su padre en el
condado en 1148, cuando tiene doce años. Humberto llegará a tener hasta cuatro
esposas sucesivas: su primera esposa murió joven; su segunda unión terminó en
separación. Los nobles y el pueblo de Saboya le pidieron que se casara otra
vez; esta tercera esposa le dio dos hijas, y Humberto intentó por volver a la
vida monástica, pero fue persuadido de casarse otra vez. Esta cuarta esposa,
Beatriz, le dio un hijo -Tomás- que le sucedería en el trono.
Como gobernante tendió a limitar las autonomías
feudales y comunales, lo que le llevará a conflictos con algunos obispos, entre
ellos San Antelmo de Belley, que no dudará en excomulgarlo, pero prospera su
apelación al Papa Alejandro III que le levanta la excomunión. En el conflicto
guelfo-gibehno, Humberto intenta una obra de mediación, procurando conservar la
amistad tanto del emperador como del papa. Pero no pudo evitar su roce con el
emperador y que éste lo citara en vano ante la justicia imperial llegando a
declararlo contumaz (2 de septiembre de 1185).
Fue un hombre de acendrada religiosidad y piedad en
el que influyó notablemente el Beato Amadeo de Lausana, de cuyos consejos y
asesoramiento se sirvió. Se mostró siempre generoso con las iglesias y
monasterios, y favoreció a la Igles1a todo cuanto pudo.
Sintió el deseo de abrazar la vida religiosa, pero
comprendió que esto le era imposible por necesitarlo sus súbditos al frente de
sus Estados. Como compensación no deja de acudir al claustro para vivir con
sinceridad tiempos de retiro, integrándose el tiempo que pasaba en los
monasterios en la vida de la comunidad. La muerte le llegó cuando estaba en la
abadía de Haute Combe, Vistiendo el hábito cisterciense, el 4 de marzo de 1188.
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