Si te gusta hacer ejercicio que puedes hacer en
cualquier lugar, o la emoción de competir en una carrera de 5 km, o simplemente
sabes que ningún otro ejercicio tonifica tus abdominales y glúteos con la misma
eficacia que correr, no estás solo. Casi el 10% de los estadounidenses
mencionan que correr es su
método preferido de ejercicio, y considerando los beneficios inherentes de todo
el cuerpo, no es de extrañar que esos números continúen aumentando.
Sin embargo, hay un pequeño problema. El hecho de
que pienses que sabes cómo hacerlo no significa que lo estés haciendo
correctamente o de manera efectiva. Ya sea que estés haciendo algo
incorrectamente de antemano, cometiendo errores con tu equipo deportivo o no
estés respirando adecuadamente, hay varias maneras en las que puedes estropear
este ejercicio. A continuación hay 8 cosas que por lo general todos hacemos mal
mientras corremos.
1. Elegir los zapatos deportivos equivocados
1. Elegir los zapatos deportivos equivocados
Al usar los zapatos equivocados, te estás saboteando
a ti mismo incluso antes de haber salido por la puerta. La elección de los
zapatos deportivos incorrectos no solo hace que sea mucho más difícil correr
cómodamente durante un largo período de tiempo, sino que también puede hacerte
más propenso a las lesiones.
Glenn Dickstein, fundador y CEO de Neighborhood
Trainers, dice que “elegir el calzado adecuado es crucial. Es importante
conocer tus pies. ¿Tu pisada es de pronador o de supinador? ¿De arco alto o
arco bajo? Dependiendo de tu tipo de pie, sabrás si necesitas un calzado con
más amortiguación o más estabilidad. Elegir los zapatos incorrectos puede
provocar dolor, lesiones y, luego, no correr”. Es mejor si vas a una tienda
especializada en calzado deportivo o de atletismo, donde hacen análisis de pies.
Con su ayuda, puedes elegir los mejores zapatos deportivos para ti, dependiendo
de la forma, el tamaño, el paso y el peso corporal de tu pie.
2. Atar tus cordones demasiado apretados
Si bien los zapatos ajustados pueden hacerte más
susceptible a las lesiones, apretarlos demasiado puede ser igual de malo. Los
zapatos que están demasiado apretados pueden ejercer presión sobre los huesos
de tu pie, lo que te obliga a adoptar una marcha desigual, al tiempo que
también limita tu circulación.
3. Descuidar tu calentamiento
Si bien puedes estar ansioso por correr
inmediatamente en el pavimento al salir, descuidar tu calentamiento puede tener
algunas consecuencias graves. Para ayudar a disminuir el riesgo de lesiones en
el futuro, asegúrate de estirar antes de comenzar a correr y relajar las cosas
a un ritmo gradual. “Si no te tomas un par de minutos para estirarte o calentar
antes de una carrera, estás aumentando tus posibilidades de lesionarse”, dice
Hoop.
4. No respirar adecuadamente
La respiración es algo natural para todos nosotros,
pero eso no significa necesariamente que sepas cómo respirar para facilitar tu
carrera. Esto podría hacer que te quedes sin aliento y te rindas. Dennis Hoop,
experto en acondicionamiento físico y médico, dice que “la respiración es la
esencia de todo movimiento. Sin una respiración adecuada, no obtendrás
suficiente oxígeno para tus células y te fatigaras muy rápidamente. Encuentra
un patrón de respiración que te resulte cómodo y que puedas mantener la
consistencia durante toda tu carrera, sin ningún esfuerzo. Cuando corres, haces
dos inhalaciones cortas y una exhalación larga.
5. No ser consciente
Aunque muchas personas asocian la atención plena
con actividades más meditativas, también es esencial para una carrera efectiva.
“Cuando estás atento, notarás cuando tu cuerpo te envía señales, si te sientes
bien y con energía, o si te estás quedando sin aliento y realmente estás
luchando”, dice Hoop. Si no eres consciente de cómo se siente tu cuerpo cuando
corres, puedes lastimarte al presionar demasiado tus articulaciones.
6. Comenzar a correr sin hidratarte
Un poco de agua puede recorrer un largo camino
cuando se trata de convertirte en un mejor corredor. Sin embargo, lo que ayuda
no es solo beber durante la carrera: la clave para una mejor carrera es
asegurarte de que estés adecuadamente hidratado antes de comenzar. Varios
estudios han demostrado que una pérdida del 5% del agua corporal inhibe tu
rendimiento en un 30%. Por lo tanto, asegúrate de beber mucha agua alrededor de
tu tiempo de entrenamiento (antes, durante y después). Como regla general,
debes reemplazar cada 30 ml de líquido corporal perdido con 60 ml de líquidos.
7. No controlar tu ritmo cardíaco
Realizas un seguimiento de muchas métricas cuando
se trata de tus hábitos de carrera, entonces, ¿por qué no estás monitoreando tu
corazón?
Tu frecuencia cardíaca es un excelente monitor y
herramienta para regular la intensidad de tu carrera, así como para mostrar el
progreso de tu nivel de condición física. Imagina que estás corriendo a un
ritmo de 12 km por hora, con una frecuencia cardíaca de 140, y seis meses
después, tienes una frecuencia cardíaca constante de 120, al mismo ritmo, que
muestra un gran progreso. Así que cómprate un buen monitor de frecuencia
cardíaca y aprovecha la información que obtienes de él.
8. Comer los alimentos equivocados
Comer los alimentos equivocados puede causar
estragos en nuestros niveles de energía e incluso puede hacernos más propensos
a sufrir calambres mientras hacemos ejercicio. Media hora antes de salir a
correr, come un refrigerio que incluya proteínas y un carbohidrato complejo
como tostadas de trigo integral y mantequilla de maní. Verás una diferencia en
tus niveles de energía de cuando corriste con el estómago vacío. JQ
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