Cuando las horas de luz comienzan a disminuir y el
clima se vuelve más frío, muchas personas suelen experimentar síntomas
parecidos a la depresión. En algunos casos, estos síntomas suelen ser
relativamente breves y pueden estar relacionados con factores estresantes
psicosociales estacionales. Sin embargo, en otros, su presencia puede llegar a
ser muy incapacitante.
La APA (American Psychological Association-Asociación
Americana de Psicología) en un artículo dedicado al Trastorno Afectivo
Estacional (TAE), aborda este trastorno y ofrece una serie de consejos para
hacerle frente. Tal y como indica la Asociación, el trastorno afectivo
estacional “es más que una simple tristeza invernal”. Es una forma de depresión
que sigue un patrón estacional, apareciendo, generalmente, durante los meses de
invierno. Sus síntomas son los mismos que en la depresión (estado del ánimo
persistentemente triste, pérdida de interés o de la capacidad para disfrutar de
todas o casi todas las actividades, sentimientos de desesperanza, fatiga o
pérdida de energía, alteraciones del sueño, incremento del apetito y aumento de
peso, etc.), su severidad puede variar y, con frecuencia, afecta a las
relaciones sociales, laborales o de otras áreas importantes de la actividad del
individuo. Si padeces esta depresión o conoces a alguien que la padece puedes
comenzar a aplicar los siguientes consejos:
1. Exponerse a
tanta luz solar como sea posible
Algunos estudios consideran la reducción de la
exposición a la luz natural del sol como una de las causas del trastorno
afectivo estacional, y recomiendan embeberse de luz con el objetivo de
disminuir sus síntomas. Acciones como sentarse junto a una ventana, dar paseos
durante las horas de día o realizar algún deporte de invierno para obligarse a
salir y mantenerse en movimiento, resultan bastante eficaces para tal fin.
2. Hábitos
alimentarios saludables
Las comidas reconfortantes no tienen por qué contener
calorías extra ni exceso de azúcares y grasas. Se puede ser creativo y buscar
recetas bajas en calorías y de fácil preparación. Por ejemplo, en lugar de
comer pasteles y/o galletas, tratar de hacer un postre de frutas de temporada,
como las manzanas y las peras.
3. Pasar más
tiempo con amigos y familiares
Este es un buen modo de levantar el ánimo y evitar el
aislamiento social. Acurrucarse con sus hijos o mascotas, ir a tomar un café a
casa de los amigos, jugar a juegos de mesa con la familia, etc. Es bueno que la
persona hable con su entorno social acerca de cómo le afecta esta estación del
año, tomándose un tiempo para enseñarles en qué consiste el TAE, de modo que
puedan comprender mejor su situación.
4. Buscar ayuda
profesional
Cuando se está luchando contra los síntomas de este
tipo de depresión, algunas personas pueden necesitar ayuda por parte de un
profesional de la salud mental, como un psicólogo. Los psicólogos pueden
detectar si la persona tiene un trastorno afectivo estacional y determinar el
mejor tipo de intervención. Las investigaciones demuestran que la Psicoterapia,
como la terapia cognitivo-conductual, es un tratamiento eficaz para el TAE.
Ambos tipos de tratamiento suelen evidenciar más beneficios a largo plazo que
la terapia de exposición a la luz (el uso diario de una lámpara luminosa
artificial) o la medicación con antidepresivos.
5. Mantenerse
activo
Es importante no encerrarse en casa durante todo el
invierno. Hay muchas actividades que pueden realizarse para evitarlo: salir y
disfrutar de su comunidad, hacerse voluntario, unirse a algún club local,
pasear, patinar sobre hielo, etc. Asimismo, en casos en los que el TAE lleva
apareciendo año tras año, es recomendable ser proactivo, anticipando el
invierno y planificando diversas actividades y compromisos para mantenerse
activo y así poder disminuir el impacto de este trastorno. YTL
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