Actualmente vivimos en una sociedad
inmersa en el individualismo, vivimos como si fuéramos habitantes
de islas, cada uno en su mundo y espacio, alejados y algo temerosos de
construir relaciones profundas y comprometidas. Hoy en día para
poder comunicarnos de manera adecuada con otra persona resulta complejo y
extraño ¿cuándo fue la última vez que pudiste hacer
completamente a un lado la tecnología y sentarte sin pensar en el tiempo o las
prisas de la vida y dedicarle tu completa atención a otra persona? Incluso
¿cuándo fue la última vez en la que verdaderamente te sentiste escuchado y
atendido en verdad? Tal vez estoy polarizando un poco, sé que hay muchas
personas que aún conservan relaciones sanas, pero es una realidad que cada vez
parecemos más comunicados pero menos cercanos.
En el noviazgo no es diferente, me ha tocado conocer varias parejas en las que cada uno tiene su propia vida, en la que ambos tienen un ‘acuerdo silencioso’ que dice: no te metas en mis cosas y yo no me meteré en las tuyas, nos queremos y nos acompañamos, pero resulta, que el noviazgo no es tener a un caballero o a una dama de compañía, no es no estar sólo en eventos y sentirse seguro.
Tenemos que entender que el
noviazgo significa diseñar juntos el plano para un gran proyecto, para el
matrimonio, es conocerse profundamente, los valores, metas y
sueños de la otra persona y compartirle los tuyos y así ir uniendo las vidas
poco a poco hasta concretarlas en el Sacramento del Matrimonio, o bien,
descubrir que no es la persona indicada para ti y habrá que seguir adelante.
¿Cómo podemos ser novios NO solteros?
1.
Ten fuerza de voluntad para alejarte de las redes
sociales y del celular varios momentos al día y sobre todo cuando se tenga que
compartir tiempo con tu pareja.
2.
No entres en una relación si no quieres dejar nada
de tú vida y la otra persona pasa sólo a ser parte de tu lista de actividades.
El compromiso implica renuncias y entrega.
3.
Sal de la peligrosa zona del egoísmo, empieza a
interesarte en verdad por la otra persona, trata de ver más allá, se empático.
4.
Busca espacios en la semana en la que atiendas a
alguien de tu familia o amigos que tengas descuidados y compártelo con tu
pareja.
5.
Has una actividad generosa por alguien necesitado,
puedes ir una vez al mes o a la semana a un asilo con tu pareja, no sabes lo
que esta experiencias unen.
6.
Reza, sean piadosos, si pueden hacerlo juntos
¡mejor! Recuerda que si pones a Dios primero a todo, aprenderás a amar en
verdad.
7.
Deja de pensar todo el día en ti, empieza a pensar
en los demás ¿cómo puedes alegrarle el día a los demás?
8.
Conócete a ti mismo y descubre tus limitaciones y
virtudes. Todos los días esfuérzate por ser mejor persona que ayer, como decía
el P. Tomás Morales “nunca es tarde para estar empezando siempre”.
Así como estas cosas hay muchas más. No tengas miedo: ¡Comprométete! Vale la pena dar la vida por el amor
verdadero. AGMN
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