miércoles, 16 de diciembre de 2020

Cirugía al final de la vida, ¿vale la pena?

A todos nos gustaría llegar al final de nuestras vidas con salud y lucidez; sin embargo esto no siempre es posible. Hasta una quinta parte de las personas de edad avanzada  en EEUU fallecen en una unidad de cuidados intensivos, y una cuarta parte recibe reanimación cardiopulmonar en los días previos a su muerte. 

Un tratamiento tan agresivo ¿vale la pena?

Los pacientes mayores sometidos a una cirugía responden de manera diferente a los pacientes jóvenes, debido a que son más frágiles y muchas veces la cirugía no mejora su expectativa ni calidad de vida. Además estos pacientes tienen una estancia hospitalaria más prolongada, y un porcentaje mayor amerita cuidados intensivos. Aún así, casi 1 de cada 3 pacientes mayores de 65 años que son beneficiarios de Medicare son operados el año antes de su fallecimiento.

¿Cómo tomar la decisión del tratamiento?

El paciente deberá tomar una decisión informada, estando consciente de los riesgos y beneficios que cada intervención conlleva y que pueden ser varias. En primer lugar, estamos acostumbrados a un tratamiento médico agresivo, que a toda costa trata de preservar la vida. En segundo lugar, los médicos son generalmente remunerados por realizar más procedimientos. Y en tercer lugar, los familiares deciden muchas veces. Debido a estos factores se le presta poca atención a lo más importante: la voluntad del paciente.

Decisión final debe hacerla el paciente

Es importante que médicos y familiares tomen en cuenta los deseos de los pacientes mayores. La mayoría de ellos buscan una mejor calidad de vida y no necesariamente vivir más años. Gracias a los avances que se han dado en la medicina paliativa hoy en día es posible ofrecer alternativas a muchos pacientes mayores, las cuales les permiten disfrutar de manera cómoda y plena sus últimos días.

Muchos familiares prefieren llevar a los pacientes a asilos o lugares de residencia para adultos mayores en lugar de hospitales para los pacientes terminales que cuenten con servicio médico. Otra opción que podría ser mejor para pacientes y familiares es quedarse con la familia con asistencia de enfermería y médico geriatra responsable. Esto permite seguir proporcionando cuidados médicos requeridos y es en especial importante por brindar cuidados afectivos hasta el último momento de vida del paciente.

Para poder cambiar la manera en que abordamos a este grupo tan vulnerable serán necesarias varias intervenciones. El paciente deberá tomar una decisión informada, estando consciente de los riesgos y beneficios que cada intervención conlleva. El médico deberá optar por los tratamientos menos invasivos y los cuidados paliativos. Tanto médicos como familiares deberán respetar la voluntad del paciente. De esta manera será posible ofrecer un verdadero beneficio a la salud de los adultos mayores. AV

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