Andar te mantiene en forma. Es
bueno para la salud. E incluso te puede ayudar a perder peso. Es además una de
las mejores acciones para prevenir enfermedades y, sobre todo, para las
personas que ahora mismo están recuperándose de la Covid.
José
Luis Felipe, profesor e investigador de la
Facultad de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte de la Universidad
Europea, y María Jesús Marín,
investigadora del grupo IGOID (Investigación en la Gestión de Organizaciones e
Instalaciones Deportivas), nos cuentan todos los beneficios de andar.
Caminar a diario, a un ritmo suave, ¿adelgaza?
Caminar a ritmo suave es un tipo
de actividad física leve o moderada, según la persona que lo realice. Según
define la OMS, la actividad física es cualquier movimiento corporal producido
por los músculos esqueléticos, con el consiguiente consumo de energía.
Ello incluye las actividades
realizadas al trabajar, jugar y
viajar, las tareas domésticas y las actividades recreativas. Por lo tanto, caminar suave se encuadraría dentro de estas
actividades. A pesar de no requerir una elevada intensidad y velocidad
para su ejecución, tiene considerables beneficios para la salud, en todas las edades. Realizar algún tipo de actividad física es
mejor que no realizar ninguna, ya que contribuirá a reducir los hábitos
sedentarios. Incluyendo de 30 a 60 minutos de caminata a lo largo del día nos
ayudará a alcanzar fácilmente los niveles recomendados de actividad física,
mejorando nuestro equilibrio energético y, por consiguiente, a controlar el
peso. Ahora bien, si la finalidad es adelgazar, es recomendable incrementar la
intensidad o el tiempo de esta actividad.
¿Es bueno el peso en los tobillos para perder peso o
es más para ganar músculo?
Al utilizar pesas en los tobillos
estamos añadiendo un valor
adicional al trabajo realizado. Este desplazamiento o levantamiento de
peso, aumenta nuestra masa
muscular en el tren inferior. La consecuencia de desarrollar más
masa muscular no es la pérdida de peso, sino la tonificación de la musculatura.
Desarrollar masa muscular puede ir de
la mano con la pérdida de masa grasa (la alimentación en este
proceso juega un papel fundamental). La parte no grasa del cuerpo se llama masa
muscular o masa magra e incluye el músculo, agua, huesos y órganos. Cuanta más
masa magra tengamos, mayor gasto metabólico tendremos en reposo ya que es la
parte de nuestro cuerpo que quema calorías durante todo el día para que nuestro
organismo funcione correctamente. Por lo tanto, utilizar pesas en los tobillos, nos permitirá desarrollar masa muscular y
consecuentemente, a pesar de que se potencie la pérdida de masa grasa, esto
podrá ir acompañado o no de una disminución del peso corporal. Tendremos
que tener en cuenta el tipo de ejercicio realizado y que, a mayor número de
kilos o mayor número de repeticiones, este proceso se acelerará. En estos tiempos de pandemia, ¿es mejor (si
no tenemos tiempo) salir sólo a andar que no hacer nada? Cualquier
cantidad de actividad física es mejor que ninguna, y cuanta más, mejor. Para
mejorar la salud y el bienestar, la OMS recomienda al menos entre 150 y 300
minutos de actividad aeróbica moderada a la semana para todos los adultos, y
una media de 60 minutos de actividad física aeróbica moderada al día para los
niños y los adolescentes. Caminar puede ser una actividad moderada según la
intensidad a la que se realice, y teniendo en cuenta que toda actividad física
cuenta, deberíamos integrar la caminata en el trabajo, en las actividades
deportivas y recreativas o en los desplazamientos, así como en las tareas
cotidianas y domésticas. Por lo tanto, andar nos ayudará a reducir altos niveles de sedentarismo, y esto
conlleva una disminución en el riesgo
de cardiopatías, cáncer y diabetes de tipo 2. Podríamos concluir que
limitar el tiempo en el que estamos sentados y mantenerse físicamente
activo, practicando actividades
como la caminata, es bueno para la salud.
¿Cómo de positivo es para los que han superado la
COVID, andar a diario?
Las consecuencias de haber
sufrido COVID son diferentes en función a la persona que lo haya padecido.
Aquellas con poca sintomatología no suelen referir consecuencias a nivel
funcional. Sin embargo, un pequeño
porcentaje de las personas infectadas mantienen sintomatología durante más de 4
semanas una vez pasada la infección. Uno de los síntomas más comunes
tras pasar el virus es la fatiga excesiva al realizar actividades cotidianas
que podían realizar previamente con normalidad. Ante esta situación, se recomienda iniciar de manera paulatina un
programa de ejercicio físico. La Sociedad Española de Neumología y
Cirugía Torácica, recomienda un programa de ejercicio terapéutico basados en
ejercicios de fuerza-resistencia con bandas elásticas o pesas, entre otros, y
resistencia aeróbica, como caminar, de manera progresiva. Los beneficios de incorporar la caminata en
nuestro día a día una vez pasado el COVID son múltiples. Nos
ayudará a aumentar las defensas del organismo, ya que el ejercicio físico actúa como inmunoprotector y,
además, a controlar el peso y reducir el sedentarismo, contribuyendo de esta
manera a reducir todas las enfermedades asociadas a él. Por otro lado, mejorará nuestra capacidad pulmonar y
cardiovascular, siendo este el paso previo para poder hacer actividades
de mayor intensidad en el futuro. Por último, mejorará nuestro estado de ánimo, ya que el ejercicio
contribuye a la liberación de dopamina durante su práctica.
¿Se puede decir, que andar previene enfermedades?
Sí, además de todos los
beneficios descritos previamente, caminar mejorará nuestro estado muscular y
cardiorrespiratorio, la salud ósea y funcional, reducirá el riesgo de padecer
hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular, diabetes,
depresión o algún tipo de cáncer, y disminuirá el riesgo de caídas y de
fracturas vertebrales o de cadera. Por último, equilibrará la energía del
organismo y ayudar a controlar el peso (OMS, 2020).
Si queremos perder peso, ¿empezamos por andar o por
otra actividad?
Lo
ideal para una correcta y sana pérdida de peso es hacerlo de manera progresiva,
e incluyendo ejercicios de fuerza y trabajo aeróbico. El ejercicio de fuerza aumenta tu gasto
metabólico en reposo, es decir, acelera el metabolismo, y eso contribuye a una
mayor pérdida de peso. Por otro lado, el ejercicio aeróbico, como caminar, hará que aumente nuestra
frecuencia cardíaca y con ello, nuestro gasto energético. No obstante, la
intensidad a la que se debería realizar esta actividad debería ser más elevada
si nuestro objetivo es perder peso. Para principiantes optaría por combinar
entrenamiento de fuerza y caminar como actividad aeróbica, e ir progresivamente
aumentando la intensidad.
¿Cuánto peso se puede perder, de verdad, simplemente
andando?
En esta respuesta intervienen
innumerables factores. Afirmar o dar un valor exacto sería un gran error. En
todo ejercicio intervienen tres elementos: la persona que practica la
actividad, el tipo de actividad y planificación de esa actividad. Nunca dos
personas reaccionan de la misma manera ante un mismo ejercicio. El metabolismo del individuo, el momento del
día en el que se practique, la cantidad e intensidad de esa actividad, son
entre otros, factores que repercuten en la pérdida de peso.
No obstante, todo se podrá
calcular de manera indirecta, más aproximada, y de forma individualizada si
conocemos ciertos parámetros fisiológicos como el gasto metabólico basal de una
persona al día, así como el consumo energético que le supone la actividad que
realiza. LM
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