05-05 Día
Internacional del Celíaco
La enfermedad celíaca, a veces llamada celiaquía o enteropatía sensible
al gluten, es una reacción del sistema inmunitario al consumo de gluten, una
proteína que se encuentra en el trigo, la avena, la cebada y el centeno (el
famoso T.A.C.C.).
En la enfermedad celíaca, comer gluten desencadena una respuesta
inmunitaria en el intestino delgado. Con el tiempo, esta reacción daña el
revestimiento del intestino delgado e impide la absorción de algunos
nutrientes, generando lo que se llama malabsorción. El daño intestinal
ocasionado a menudo causa diarrea, fatiga, pérdida de peso, hinchazón y anemia,
y también puede provocar complicaciones graves. En los niños, además, afecta el
crecimiento y desarrollo.
«En los adultos las manifestaciones de la enfermedad celíaca pueden
variar ampliamente incluyendo los malestares digestivos antes mencionados,
además de náuseas y vómitos, estreñimiento. Pero también pueden tener otros no
relacionados con este sistema como la pérdida de densidad ósea (osteoporosis) o
reblandecimiento óseo (osteomalacia), erupción cutánea con picazón y ampollas
(dermatitis herpetiforme), úlceras en la boca, dolores de cabeza y fatiga,
lesiones en el sistema nervioso, dolor articular o disminución del
funcionamiento del bazo (hipoesplenismo)», explicó la Lic. Florencia Sauter,
nutricionista de INEBA.
En lo que respecta a los niños, los que padecen esta enfermedad son más
propensos a tener problemas digestivos, incluso en mayor medida que los
adultos. Entre sus síntomas se presentan náuseas y vómitos, diarrea crónica,
abdomen hinchado, estreñimiento, gases y heces pálidas y con mal olor.
«El único tratamiento -sin importar la edad del paciente- consiste en
llevar una dieta libre de gluten. Los resultados se obtienen rápidamente ya que
durante las primeras dos semanas de la dieta ya se suele observar disminución
de algunos de los signos y síntomas en la mayoría de los pacientes», comentó la
especialista. El principal
objetivo de la dieta es eliminar definitivamente los alimentos que pudieran
contener proteínas de trigo, cebada, centeno y avena, por el gluten que
contienen.
«Comúnmente se le llama gluten a la mezcla de proteínas que encontramos
en los cereales. Sus nombres correctos son glutaminas y gluteninas. Entre las
glutaminas encontramos la gliadina (en el trigo), la hordeina (en la cebada),
la secalina (en el centeno) y la avenina (en la avena). El gluten propiamente
dicho se forma al mezclar gliadinas y gluteninas con agua», comentó la Lic.
Sauter.
Es relevante aclarar la diferencia entre la enfermedad celiaca, que es
una condición crónica, y la intolerancia al gluten. La alergia implica al
sistema inmunológico y puede tener efectos serios para la salud, incluso de
vida o muerte. Una intolerancia al gluten es, simplemente, una reacción
sensible que resulta desagradable, pero que no es peligrosa.
El listado de alimentos permitidos para las personas celíacas se
encuentra disponible en el sitio web oficial de la ANMAT. De todas formas, la
dieta debe ser guiada por un profesional en nutrición, haciendo hincapié en que
es el tratamiento excluyente para la enfermedad y para la negativización de
anticuerpos.
«Considero fundamental tener en cuenta dos premisas respecto del
tratamiento. Por un lado, no realizar trasgresiones alimentarias, es decir, que
no sirve hacer un poquito de esta dieta. Eso no es viable. Y, por otro, tener
gran cuidado con la contaminación cruzada de los alimentos. Para ello, se debe
prestar especial atención al uso de utensilios diferenciados, así como también
hornos o microondas diferentes. Las partículas de harina pueden quedar
adheridas a las paredes y luego caer sobre la preparación sin TACC. A su vez,
también deberán separarse los alimentos en la alacena y en la heladera»,
recalcó la nutricionista de INEBA.
Actualmente, la industria alimentaria ofrece una gran variedad de
alimentos, harinas y pre-mezclas de sabor similar a las de los productos
elaborados con harinas de trigo, lo que hace más llevadera la dieta, sobre todo
para personas cuyo diagnóstico se realizó en su adultez. Por otro lado, hay
gran variedad de cereales disponibles en el mercado como el trigo sarraceno, el
amaranto, la quinua y el mijo.
Los productos sin TACC deben, por ley, encontrarse en todos los
supermercados, en góndolas apartadas del resto de los alimentos. Por sus
valores más altos, las obras sociales y empresas de salud privada deben cubrir
una cuota mensual de los mismos, mediante reintegros. BP
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