jueves, 20 de mayo de 2021

Reflexiones sobre la libertad de prensa…

La entrada de la prensa en la historia fue discreta pero supuso la voluntad de compartir y acercar el fruto de la reflexión y el pensamiento entre los hombres. Desde entonces, y cada vez con más fuerza, ha conocido un desarrollo sorprendente. Lo que un día empezó, cuando se inventó la imprenta, con la publicación moderada de libros y algunos periódicos, hoy constituye una amplia gama de medios de comunicación que se extiende a la radio, la televisión e Internet.

La prensa venía siendo catalizadora de educación, luz que interpela a las mentes y, las más de las veces, contestataria y fiel defensora de la verdad y del hombre. El que en algunos periodos de la historia, bajo regímenes totalitarios, se le haya procurado la muerte, no fue un gesto insignificante. Los dictadores sabían qué papel tenía ésta y por ello quisieron controlarla: o se contaba con su apoyo para la difusión de su ideología o se le exterminaba.

En la caída de aquellos sistemas jugó un papel central la prensa. No porque hubiese tenido todas las facilidades para alzar la voz o expresar libremente el pensamiento no afín al gobierno en turno, sino porque en la lucha por defender los ideales de libertad, verdad y justicia desde la clandestinidad, logró encontrar resonancia en otros seres humanos que compartían los mismos deseos. Sí, la prensa ha jugado un papel determinante en la configuración de las sociedades libres y democráticas.

Pero echando una mirada al amplio panorama actual de aquellos países que un día se alzaron contra el yugo y la opresión, constatamos otro tipo de prensa muy lejana a aquella que logró ayudar a constituir los Estados soberanos; nos encontramos de frente a un estilo mayoritario de prensa que parece haber abdicado de la misión de formadora en la verdad, de apoyo para la verdad, de conducto de la verdad. Aquel papel primigenio parece haber cedido al interés económico o, más grave aún, a la complicidad en una nueva era de las dictaduras: la del relativismo.

¿Sigue importando la verdad? ¿No es la verdad el fundamento de la libertad de prensa y de los dos pilares donde ésta se apoya (la libertad de pensamiento y expresión)? Cuando el 3 de mayo de 1993 la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el día de la libertad de prensa, se rendía un homenaje a todos aquellos que en la búsqueda e interés por transmitir la verdad a los otros hombres habían dejado la propia vida. Pero tal parece que la fecha sólo suele prestarse como pretexto para reivindicaciones laborales, reclamos más o menos justificados y demagogia engalanada. ¿No debería constituir para el periodista y el escritor un examen de conciencia, una invitación a mirar otra vez a los orígenes de la misión de la prensa y por ende de la propia labor? ¿No debería interpelar a los lectores a reflexionar sobre qué lee, si en ello profundiza y por qué lo hace? Si no hay verdad no hay libertad de prensa ni de ningún tipo.

No se puede confundir la libertad de expresión con una falsaria expresión de la libertad; no se puede caer en una errada libertad de pensamiento donde el pensamiento piensa mal la libertad, la prostituye, la vacía de sentido y la desliga de la verdad que es su base.

No, no podemos quedarnos, ni periodistas ni lectores, dormidos en el letargo del interés económico ni de la fama mediática. En juego está la verdad, el hombre, la sociedad, la vida. La verdad nos hará libres. La prensa puede hacer caer de nuevo la dictadura actual y nosotros podemos colaborar a que esa caiga exigiendo la verdad en los escritos que leemos y juzgando críticamente lo que no va de acuerdo con la naturaleza del hombre. No podemos ser esclavos de la mentira, de la dictadura del relativismo o de las opiniones comunes. Si caemos en cuenta de la importancia que tiene aquella máxima -la verdad nos hará libres- estaremos aún a tiempo de no habernos acostumbrado a vivir como esclavos de esos nuevos absolutismos cuya primera victoria puede estar siendo el hacernos creer que somos auténticamente libres. JEM

No hay comentarios.:

Publicar un comentario